Mientras que los filósofos expresan la representación mental que tienen del mundo en las estructuras lógicas de los razonamientos que dejan escritos, el ser humano común, lejos de padecer una ausencia de una representación mental propia del universo, la tiene y la expresa en la forma en que se comporta y en las estrategias que se arma para conducirse en su mundo. Tendemos a familiarizarnos con personajes anacrónicos olvidando que el anacronismo es fuente de una potente otredad.
La visión del mundo cambia con la época y con el grupo. Darnton practica exégesis de textos de diversos grupos sociales de la Francia del SXVIII: pueblo rural, pueblo urbano, burguesía popular, policía, intelectuales y filósofos citando respectivamente proverbios una historia de una rara matanza de gatos, costumbres y ritos, el preámbulo de La Enciclopedia, la visión de un policía y los escritos de Rousseau después de romper con los enciclopédicos que muestran otro modo de pensar y sentir desde la mirada del lector de la época, la época del Antiguo Régimen. Los franceses lo llamaron Historia de las mentalidades. Su traducción podría ser historia cultural. Es lo que el antropólogo hace con las otras culturas aplicado a la Francia del Antiguo Régimen. En lugar del historiador de la ideas, en su lugar el historiador etnográfico. Premisa: la expresión individual utiliza el lenguaje general, aprendemos a clasificar las sensaciones y atribuirle el significado a las cosas en el marco de la cultura. Si lo desmenuzo los conceptos involucrados son: lenguaje, expresión, sensaciones, aprendizaje, clasificación, cosas, significado, cultura o marco cultural. Lo digo en términos mas formales, entonces hay una realidad de cosas, de la cual percibimos sensaciones las cuales clasificamos y significamos de acuerdo a un diccionario cultural, de términos culturales, que previamente aprendemos/nos enseñan y son esas sensaciones con ese significado lo que utilizamos para expresarnos y comunicarnos. Aparentemente habría un universo cultural compartido y cada uno tiene un universo interno dentro del cual tiene como mínimo común denominador el universo cultural compartido por todos. Y no cabria otra forma de experimentar la realidad, sino a través de este diccionario cultural. No estoy de acuerdo en atribuirle semejante exclusividad al marco cultural, más bien lo agregaría como un elemento más usado por los mecanismos de significación mentales. La cultura moldea la forma de pensar. Acá lo noto algo más flexible. El gran pensador o el poeta puede explorar más allá de la cultura pero se encuentra con la frontera del significado más allá de lo cual se encuentra la locura aunque un gran pensador puede explorar más allá y cambiar los limites. El sentido común es una elaboración social de la realidad que varía de una cultura a otra, encontrar el sentido común de una época es encontrar la visión compartida que la gente de la época tenia del universo. La Francia del Antiguo Régimen, los 4 siglos antes de la revolución, son campesinos que viven al límite de la subsistencia y acorralados con el pago a los señores, al dueño de la tierra, el diezmo a la iglesia mas los impuestos, deudas, población, alrededor de 20 millones, superior a la producción de alimentos, necesitarían 15 ha por familia para sobrevivir y no las tienen, epidemias, en auge la teoría maltusiana de que la población crece con un orden de magnitud superior a la producción, viven con desnutrición crónica, sin carne y no llegando a las dos libras de pan diaria necesarias para 2000 calorías. Temerosos de aumentar el número de la familia se casan tarde, 27 años, no tienen hijos después de los 40, mueren, sobreviven 2 o 3 del promedio de 5-6 hijos que tienen, minado de huérfanos y de madrastras pues 1 de cada 5 viudos vuelve a casarse, y las mujeres 1 de cada diez. No existe la niñez, ni bien caminan ya son tratados como adultos, los padres si no pueden alimentar a sus hijos los dejan enfermar para que mueran, los que logran acumular algo, es decir algunos pocos ricos del pueblo más los señores emplean a los otros que pelean toda la vida en la línea entre la indigencia y la pobreza. Los chicos después de la cosecha se van y vagan por los caminos. Millones de pobres vagando por los caminos buscando algún empleo o robando lo que encuentren alguna vaca suelta para ordenar, contrabando. Mueren en los caminos en la sombra de un árbol o en su casa si se quedan. Dos lugares bien diferenciados, la casa y los caminos abiertos. No hay policía efectiva que custodie los caminos y entonces están al acecho de bandidos y lobos. Notar que ya había policía, ya que si no es efectiva es señal de que existe como figura. Pero no para cuidar a los pobres. Sino en Paris y Versalles y en los Castillos de los Señores suponemos. En tanto en los otros continentes, aun no había policía. No había explotadores que requirieran custodia. Pues por eso no está la policía en los caminos. Porque la custodia no era para los pobres, sino DE los pobres, custodia NO para el pueblo, sino DEL pueblo. Pero no se originó con el big-bang. Ni el juez, ni el fiscal, ni el policía, ni después los engaños con los peritos introduciendo la ciencia en la clarificación de casos, pero corrompidos y con técnicas NO científicas y minados de prejuicios y de tendencias ocultando el sentido oculto que no es impartir o asegurar la justicia, tampoco es hacer lo que se puede, ES CUSTODIAR LAS ARCAS, solo un soberbio podría sostener que existe otro motivo que en las poblaciones donde no hay explotación no hay oficiales de justicia y en las culturas con explotación legitima, si hay oficiales de justicia. El oficial de justicia es un elemento útil si y solo si existe explotación legitima. Repito EL OFICIAL DE JUSTICIA ES UN ELEMENTO UTIL SI Y SOLO SI EXISTE EXPLOTACION DE SERES HUMANOS LEGITIMA. Retomando, el aumento de la familia, por la fragmentación del campo, la teoría maltusiana de la pauperización por aumento poblacional, la alimentación de los niños o el cuidado de no tenerlo son temores del día del campesino y una buena comida, es su fantasía real. En este cuadro es que se desarrollan los cuentos de mama oca que Darnton retoma para hacer una exegesis de los mismos. Y en los cuales los temas recurrentes son como son el temor a necesitar deshacerse de los hijos, o las fantasías de cruzarse en los caminos con ayuda sobrenatural y así conseguir la tan deseada comida y ropa y una buena casa con hacienda, el ogro suele ser el señor o el rico del pueblo, la madrastra es la maltratadora que cuida a sus propios hijos pero no a los de su nueva pareja, los peligros de los caminos. Tanto si son para asustar a los niños o comedias para adultos. Los lobos que aúllan a las espaldas de los hebreos de pulgarcito, Hansel y Gretel y otros son un toque de realismo, son los caminos traicioneros que los muchachos deben recorrer con riesgo de ser asaltados o que les corten el cuello. No sabía que Clarín ya existía en ese siglo. Habría que verificar si no existía una sensación creada por rumores. De todos modos, siguiendo a Darnton, un hada disfrazada de mendigo posiblemente fuera un mendigo ya que buscar fortuna por los caminos era un eufemismo de pedir limosna. Los versos son composiciones circunstanciales y pueden fecharse. Los cuentos cambian el tono en cada cultura, aun manteniendo intacta la estructura. Las versiones francesas son dramáticas, las italianas cómicas, las alemanas terroríficas (nada se compara a los cuentos sanguinarios de los hermanos Grimm) y las inglesas chuscas. El tenor del narrador y el oyente determinaran en última instancia el efecto de cuento, pero un análisis sistemático sobre muchos cuentos puede ayudarnos a generalizar algunas condiciones generales de la cultura francesa impresas en el cuento. En La Muerte es el padrino, versión francesa, el padre se niega a que Dios sea el padrino de su hijo, porque esta favorece a los ricos y poderosos en cambio la Muerte trata a todos por igual y sugiere que el engaño funciona bien como medio de vida. La versión alemana de los hermanos Grimm no lo hace y aclara que el padre no sabe que Dios cuida por igual a pobres y ricos. La versión francesa muestra que no se puede engañar a la muerte, pero el engaño da un excelente y rápido medio de ganar dinero. La astucia es la única arma de los pobres en la versión francesa y la crueldad en la alemana. El narrador francés tiende al realismo, terrenal, obscenidad y comicidad y el alemán lo sobrenatural, la poético, lo exótico y la violencia. Los giros peculiares que los franceses le dan a sus cuentos ofrece algunas claves acerca de la manera de ver el mundo. El bueno recibe es recompensado por Dios. En los cuentos franceses, las madrastras y los sacerdotes son malos. También los ricos, los nobles y los señores. Sacerdotes que se vengan acusando a niños de brujerías. En Grimm (Alemania) los cuentos incluyen antisemitismo. Comparando los cuentos franceses con los alemanes, los primeros son más chispeantes, huelen a tierra. Descifrar el significado de cuentos narrados por narradores y oídos por una población campesina ya desaparecida. Arriesga dos proposiciones: los cuentos les decían a los campesinos cómo era el mundo y ofrecían una estrategia para hacerle frente. Sin sermones ni moralejas, dicen que el mundo es cruel y peligroso. La mayoría no estaban dedicados a los niños, pero tendían a ser admonitorios. Como señales de advertencia en la búsqueda de la fortuna. Algunos tienen mensaje positivo: muestran que la honradez, la generosidad y la valentía son recompensadas. Pero no alientan la eficacia de amar al enemigo y poner la otra mejilla. No todo mendigo será confiable. Algunos extraños pueden convertirse en príncipes y hadas buenas, otros en lobos y brujas y no hay forma de distinguirlos. Algunos personales tienen conductas edificantes, pero su mundo es arbitrario y amoral. Un universo sin ton ni son, la desgracia no se predice ni se explica, sencillamente debe soportarse y llega aun siguiendo el orden moral implícito que se lee en las señales escritas en el mundo que los rodea. Carácter inexorable, inescrutable de la fatalidad que hace conmovedores a estos cuentos y no el final feliz que adquieren después del SXVIII. La astucia toma el lugar del pietismo de los cuentos alemanes, ninguna moral gobierna el mundo de los caminos y las villas. No abogan por la inmoralidad, pero contradicen la idea de que la virtud será recompensada y que hay otro principio que no sea la desconfianza. Si los vecinos se enteran que se ha enriquecido, lo acusarán de robo si es que antes no pueden robarlo. Notar la sensación de facilidad de la falsa acusación o denuncia falsa. Ante un mundo cruel, una villa sórdida y una humanidad infestada de pícaros los cuentos no ofrecen respuesta explícita, pero ilustran lo adecuado del antiguo proverbio francés "se debe aullar con los lobos". Esta abundancia de pícaros es característica del cuento francés, incluso comparando con cuentos de indios de las llanuras o de los negros esclavos norteamericanos. El héroe pertenece a la misma especie de gente humilde que se encuentra en los cuentos europeos, parecen constituir un ideal, el individuo pequeño que sale adelante con su ingenio frente a los grandes. Los cuentos ingleses y alemanes se imponen con algunos héroes sobre un ideal negativo: la tontería. Los franceses no muestran ninguna simpatía por la tontería o la estupidez. La antítesis de la picardía, la candidez es un pecado mortal, en un mundo de hombres orgullosos es una invitación al desastre. Por eso el francés no perdonan ni siquiera a los ogros que no se coman al instante a sus víctimas. Los héroes tontos como pulgarcito solo lo fingen para manipular un mundo cruel, pero crédulo. Caperucita, sin la caperucita, para escapar pide ir al excusado. Pasa de un estado de inocencia a uno de fingida ingenuidad como Pulgarcito y El Gato con Botas. Héroes astutos y débiles frente a adversarios fuertes y estúpidos. Agrego yo que es David contra Goliat. Pero lo particular es el entorno en que se desarrolla: realista, es la villa, y los tiranos son el molinero rico, el terrateniente tirano. No se requiere mucho esfuerzo para advertir que son los tiranos reales, bandidos, molineros, administradores de fincas y señores feudales que hacían sufrir a los campesinos en sus propias villas. El héroe se siente satisfecho con la humillación, no sueña con la revolución. Después de ridiculizar a las autoridades locales las deja continuar en sus lugares privilegiados mientras él continúa en el suyo, donde es infeliz. La picardía habrá producido carcajadas junto a la chimenea, pero no envalentonaría a los campesinos para cambiar el orden social. Los pedos y rascarse las zonas nobles abundan. La astucia llevada a la vida real era eludir los tributos feudales o cazar en terreno vedado. Sería inútil buscar acá el germen del Republicanismo. Soñar con burlarse del rey y casarse con la princesa difícilmente desafiaba la base moral del Antiguo Régimen. Considerados fantasías de represalias, los cuentos parecen insistir en el tema de la humillación. El débil astuto se burla del opresor poderoso, levantando un coro de risa, preferentemente mediante una estratagema obscena. Hasta cierto punto la picardía conserva el orden. Le permite al débil cierta ventaja marginal. Pero el engañabobos funciona dentro del sistema, aprovecha sus puntos débiles y en última instancia lo confirma. Además, siempre puede haber alguien más pícaro, hasta en la fila de los poderosos. El pícaro superado en picardía muestra la vanidad de esperar una victoria definitiva. La picardía ofrece una forma de hacerle frente a una sociedad cruel y no una fórmula para vencerla, no es una tendencia latente radical. En la versión alemana abunda la piedad y casi no hay trucos. El afrancesamiento existe ,aunque se haya contaminado de mal olor, como la Voltsgeist, desde que la etnografía se contaminó de racismo, en 1930. Una idea puede ser válida aunque sea vaga y se haya abusado de ella. Estilo cultural, punto de vista del mundo, sentimiento de que la vida es difícil, es mejor no hacerse ilusiones sobre la generosidad de nuestros semejantes, la astucia y el ingenio vivo son necesarios para proteger lo poco que el hombre puede obtener de su medio ambiente y que la delicadeza moral no conduce a nada. Tiende a la indiferencia irónica y a ser negativo y desilusionante. A diferencia de su opuesto anglosajón, la ética protestante, no ofrece fórmulas para conquistar el mundo. Es una estrategia defensiva muy adecuada para los campesinos oprimidos o para un país ocupado por el enemigo. Hoy día aún se oyen diálogos coloquiales como éste: "¿Cómo estás?"; "Me defiendo" "Comment vas-tu; Je me defénds". Perrault, cortesano "moderno", arquitecto de la política cultural autoritaria de Colbert y de Luis XIV, no sentía simpatía por los campesinos y su cultura arcaica. Recogió historias de la tradición oral y adaptó el tono al público refinado del salón. Probablemente Homero hizo una reelaboración similar 26 siglos antes y GIde y Camus dos siglos más tarde. La gente bien nacida como Perrault pasaba su primera infancia con las nodrizas y las nadas donde posiblemente quienes posiblemente le contaban esas "historias de viejas" que adaptó a su ambiente y fue en ese escenario donde las dos culturas se conectaron, donde la élite bebió el folklore junto con su primera leche. Esta versión adaptada entra a la cultura popular cuando alguien que sabía leer en las villas leía la versión escrita en el primitivo libro de bolsillo la Bibliotheque bleue que incluyó muchos otros personajes no recogidos por Perrault. La bella durmiente, Caperucita roja, Gargantúa, Fortunatus, Robert le diable, Jean de Calais, les Quatre Fils Aymon, Maugis L'Encharteur y muchos otros no incluidos en Mama oca. La existencia del afrancesamiento, un estilo cultural francés (exceptuando bretones, vascos y otros grupos étnicos), que atravesaba todas las clases sociales, muestra la existencia de estilos culturales distintos, en una época donde también se distinguían otros pueblos identificados en esa época como: alemanes, italianos e ingleses. Los campesinos del Antiguo régimen no pensaban monográficamente como los historiadores de sabiduría convencional, sino que trataban de entender el mundo en su confusión susurrante con el material que tenían a mano entre ellos los cuentos derivados de la antigua cultura indoeuropea. Los narradores no solo los consideraban aterrorizadores y divertidos, también creían que eran convenientes para pensar. Recordemos los versos del Martín Fierro de José Hernández. El argentino cree tener en el Martín Fierro materia prima nacional y se siente al leer este texto como la mujer de Blade runner queriendo desafiar a la realidad con su vieja foto de niñez, en la que está abrazando a su supuesta mamá, al enterarse que era un clon y que esa foto era trucada y que ella no tenía historia. El americano tiene que buscar su esencia en América o contentarse con ser un clon. Los significados que los narradores imbuían en su estilo narrativo se han perdido irremediablemente. Sin embargo el texto francés tiene un estilo común que comunica una forma común de interpretar las experiencias. A diferencia de los de Perrault no ofrecen moralejas y a diferencia de los filósofos de la Ilustración no trabajan con abstracciones. Los cuentos dicen: el mundo está integrado por tontos y astutos y es mejor ser astuto que tonto. En el transcurso de los tiempos, el mensaje superó los límites de los cuentos y de los campesinos y llega a la cultura francesa en general, quizá el máximo apogeo fue El gato con botas de Perrault encarnando la astucia "cartesiana". Por otra los pícaros ladinos y los hombres confiados de los hombres del teatro y las novelas. En el lenguaje ordinario sobrevive en la forma aprobatoria en que un francés puede llamar a otro méchant y malin (ambas palabras significan "malvado" y "astuto"). Francia es un país donde resulta bueno ser malo. Desde luego la vida cotidiana ya no se parece a la miseria maltusiana del Antiguo Régimen. El pícaro moderno tiene nuevos escenarios, elude el pago de impuestos, hace trampa al Estado todopoderoso, en tributo a sus antepasados al Gato con botas y todos los demás. Los cuentos atravesaron las fronteras sociales y de los siglos desarrollando un gran poder de permanencia y sin perder su sabor y testifican la tenacidad del antiguo punto de vista del mundo.
La visión del mundo cambia con la época y con el grupo. Darnton practica exégesis de textos de diversos grupos sociales de la Francia del SXVIII: pueblo rural, pueblo urbano, burguesía popular, policía, intelectuales y filósofos citando respectivamente proverbios una historia de una rara matanza de gatos, costumbres y ritos, el preámbulo de La Enciclopedia, la visión de un policía y los escritos de Rousseau después de romper con los enciclopédicos que muestran otro modo de pensar y sentir desde la mirada del lector de la época, la época del Antiguo Régimen. Los franceses lo llamaron Historia de las mentalidades. Su traducción podría ser historia cultural. Es lo que el antropólogo hace con las otras culturas aplicado a la Francia del Antiguo Régimen. En lugar del historiador de la ideas, en su lugar el historiador etnográfico. Premisa: la expresión individual utiliza el lenguaje general, aprendemos a clasificar las sensaciones y atribuirle el significado a las cosas en el marco de la cultura. Si lo desmenuzo los conceptos involucrados son: lenguaje, expresión, sensaciones, aprendizaje, clasificación, cosas, significado, cultura o marco cultural. Lo digo en términos mas formales, entonces hay una realidad de cosas, de la cual percibimos sensaciones las cuales clasificamos y significamos de acuerdo a un diccionario cultural, de términos culturales, que previamente aprendemos/nos enseñan y son esas sensaciones con ese significado lo que utilizamos para expresarnos y comunicarnos. Aparentemente habría un universo cultural compartido y cada uno tiene un universo interno dentro del cual tiene como mínimo común denominador el universo cultural compartido por todos. Y no cabria otra forma de experimentar la realidad, sino a través de este diccionario cultural. No estoy de acuerdo en atribuirle semejante exclusividad al marco cultural, más bien lo agregaría como un elemento más usado por los mecanismos de significación mentales. La cultura moldea la forma de pensar. Acá lo noto algo más flexible. El gran pensador o el poeta puede explorar más allá de la cultura pero se encuentra con la frontera del significado más allá de lo cual se encuentra la locura aunque un gran pensador puede explorar más allá y cambiar los limites. El sentido común es una elaboración social de la realidad que varía de una cultura a otra, encontrar el sentido común de una época es encontrar la visión compartida que la gente de la época tenia del universo. La Francia del Antiguo Régimen, los 4 siglos antes de la revolución, son campesinos que viven al límite de la subsistencia y acorralados con el pago a los señores, al dueño de la tierra, el diezmo a la iglesia mas los impuestos, deudas, población, alrededor de 20 millones, superior a la producción de alimentos, necesitarían 15 ha por familia para sobrevivir y no las tienen, epidemias, en auge la teoría maltusiana de que la población crece con un orden de magnitud superior a la producción, viven con desnutrición crónica, sin carne y no llegando a las dos libras de pan diaria necesarias para 2000 calorías. Temerosos de aumentar el número de la familia se casan tarde, 27 años, no tienen hijos después de los 40, mueren, sobreviven 2 o 3 del promedio de 5-6 hijos que tienen, minado de huérfanos y de madrastras pues 1 de cada 5 viudos vuelve a casarse, y las mujeres 1 de cada diez. No existe la niñez, ni bien caminan ya son tratados como adultos, los padres si no pueden alimentar a sus hijos los dejan enfermar para que mueran, los que logran acumular algo, es decir algunos pocos ricos del pueblo más los señores emplean a los otros que pelean toda la vida en la línea entre la indigencia y la pobreza. Los chicos después de la cosecha se van y vagan por los caminos. Millones de pobres vagando por los caminos buscando algún empleo o robando lo que encuentren alguna vaca suelta para ordenar, contrabando. Mueren en los caminos en la sombra de un árbol o en su casa si se quedan. Dos lugares bien diferenciados, la casa y los caminos abiertos. No hay policía efectiva que custodie los caminos y entonces están al acecho de bandidos y lobos. Notar que ya había policía, ya que si no es efectiva es señal de que existe como figura. Pero no para cuidar a los pobres. Sino en Paris y Versalles y en los Castillos de los Señores suponemos. En tanto en los otros continentes, aun no había policía. No había explotadores que requirieran custodia. Pues por eso no está la policía en los caminos. Porque la custodia no era para los pobres, sino DE los pobres, custodia NO para el pueblo, sino DEL pueblo. Pero no se originó con el big-bang. Ni el juez, ni el fiscal, ni el policía, ni después los engaños con los peritos introduciendo la ciencia en la clarificación de casos, pero corrompidos y con técnicas NO científicas y minados de prejuicios y de tendencias ocultando el sentido oculto que no es impartir o asegurar la justicia, tampoco es hacer lo que se puede, ES CUSTODIAR LAS ARCAS, solo un soberbio podría sostener que existe otro motivo que en las poblaciones donde no hay explotación no hay oficiales de justicia y en las culturas con explotación legitima, si hay oficiales de justicia. El oficial de justicia es un elemento útil si y solo si existe explotación legitima. Repito EL OFICIAL DE JUSTICIA ES UN ELEMENTO UTIL SI Y SOLO SI EXISTE EXPLOTACION DE SERES HUMANOS LEGITIMA. Retomando, el aumento de la familia, por la fragmentación del campo, la teoría maltusiana de la pauperización por aumento poblacional, la alimentación de los niños o el cuidado de no tenerlo son temores del día del campesino y una buena comida, es su fantasía real. En este cuadro es que se desarrollan los cuentos de mama oca que Darnton retoma para hacer una exegesis de los mismos. Y en los cuales los temas recurrentes son como son el temor a necesitar deshacerse de los hijos, o las fantasías de cruzarse en los caminos con ayuda sobrenatural y así conseguir la tan deseada comida y ropa y una buena casa con hacienda, el ogro suele ser el señor o el rico del pueblo, la madrastra es la maltratadora que cuida a sus propios hijos pero no a los de su nueva pareja, los peligros de los caminos. Tanto si son para asustar a los niños o comedias para adultos. Los lobos que aúllan a las espaldas de los hebreos de pulgarcito, Hansel y Gretel y otros son un toque de realismo, son los caminos traicioneros que los muchachos deben recorrer con riesgo de ser asaltados o que les corten el cuello. No sabía que Clarín ya existía en ese siglo. Habría que verificar si no existía una sensación creada por rumores. De todos modos, siguiendo a Darnton, un hada disfrazada de mendigo posiblemente fuera un mendigo ya que buscar fortuna por los caminos era un eufemismo de pedir limosna. Los versos son composiciones circunstanciales y pueden fecharse. Los cuentos cambian el tono en cada cultura, aun manteniendo intacta la estructura. Las versiones francesas son dramáticas, las italianas cómicas, las alemanas terroríficas (nada se compara a los cuentos sanguinarios de los hermanos Grimm) y las inglesas chuscas. El tenor del narrador y el oyente determinaran en última instancia el efecto de cuento, pero un análisis sistemático sobre muchos cuentos puede ayudarnos a generalizar algunas condiciones generales de la cultura francesa impresas en el cuento. En La Muerte es el padrino, versión francesa, el padre se niega a que Dios sea el padrino de su hijo, porque esta favorece a los ricos y poderosos en cambio la Muerte trata a todos por igual y sugiere que el engaño funciona bien como medio de vida. La versión alemana de los hermanos Grimm no lo hace y aclara que el padre no sabe que Dios cuida por igual a pobres y ricos. La versión francesa muestra que no se puede engañar a la muerte, pero el engaño da un excelente y rápido medio de ganar dinero. La astucia es la única arma de los pobres en la versión francesa y la crueldad en la alemana. El narrador francés tiende al realismo, terrenal, obscenidad y comicidad y el alemán lo sobrenatural, la poético, lo exótico y la violencia. Los giros peculiares que los franceses le dan a sus cuentos ofrece algunas claves acerca de la manera de ver el mundo. El bueno recibe es recompensado por Dios. En los cuentos franceses, las madrastras y los sacerdotes son malos. También los ricos, los nobles y los señores. Sacerdotes que se vengan acusando a niños de brujerías. En Grimm (Alemania) los cuentos incluyen antisemitismo. Comparando los cuentos franceses con los alemanes, los primeros son más chispeantes, huelen a tierra. Descifrar el significado de cuentos narrados por narradores y oídos por una población campesina ya desaparecida. Arriesga dos proposiciones: los cuentos les decían a los campesinos cómo era el mundo y ofrecían una estrategia para hacerle frente. Sin sermones ni moralejas, dicen que el mundo es cruel y peligroso. La mayoría no estaban dedicados a los niños, pero tendían a ser admonitorios. Como señales de advertencia en la búsqueda de la fortuna. Algunos tienen mensaje positivo: muestran que la honradez, la generosidad y la valentía son recompensadas. Pero no alientan la eficacia de amar al enemigo y poner la otra mejilla. No todo mendigo será confiable. Algunos extraños pueden convertirse en príncipes y hadas buenas, otros en lobos y brujas y no hay forma de distinguirlos. Algunos personales tienen conductas edificantes, pero su mundo es arbitrario y amoral. Un universo sin ton ni son, la desgracia no se predice ni se explica, sencillamente debe soportarse y llega aun siguiendo el orden moral implícito que se lee en las señales escritas en el mundo que los rodea. Carácter inexorable, inescrutable de la fatalidad que hace conmovedores a estos cuentos y no el final feliz que adquieren después del SXVIII. La astucia toma el lugar del pietismo de los cuentos alemanes, ninguna moral gobierna el mundo de los caminos y las villas. No abogan por la inmoralidad, pero contradicen la idea de que la virtud será recompensada y que hay otro principio que no sea la desconfianza. Si los vecinos se enteran que se ha enriquecido, lo acusarán de robo si es que antes no pueden robarlo. Notar la sensación de facilidad de la falsa acusación o denuncia falsa. Ante un mundo cruel, una villa sórdida y una humanidad infestada de pícaros los cuentos no ofrecen respuesta explícita, pero ilustran lo adecuado del antiguo proverbio francés "se debe aullar con los lobos". Esta abundancia de pícaros es característica del cuento francés, incluso comparando con cuentos de indios de las llanuras o de los negros esclavos norteamericanos. El héroe pertenece a la misma especie de gente humilde que se encuentra en los cuentos europeos, parecen constituir un ideal, el individuo pequeño que sale adelante con su ingenio frente a los grandes. Los cuentos ingleses y alemanes se imponen con algunos héroes sobre un ideal negativo: la tontería. Los franceses no muestran ninguna simpatía por la tontería o la estupidez. La antítesis de la picardía, la candidez es un pecado mortal, en un mundo de hombres orgullosos es una invitación al desastre. Por eso el francés no perdonan ni siquiera a los ogros que no se coman al instante a sus víctimas. Los héroes tontos como pulgarcito solo lo fingen para manipular un mundo cruel, pero crédulo. Caperucita, sin la caperucita, para escapar pide ir al excusado. Pasa de un estado de inocencia a uno de fingida ingenuidad como Pulgarcito y El Gato con Botas. Héroes astutos y débiles frente a adversarios fuertes y estúpidos. Agrego yo que es David contra Goliat. Pero lo particular es el entorno en que se desarrolla: realista, es la villa, y los tiranos son el molinero rico, el terrateniente tirano. No se requiere mucho esfuerzo para advertir que son los tiranos reales, bandidos, molineros, administradores de fincas y señores feudales que hacían sufrir a los campesinos en sus propias villas. El héroe se siente satisfecho con la humillación, no sueña con la revolución. Después de ridiculizar a las autoridades locales las deja continuar en sus lugares privilegiados mientras él continúa en el suyo, donde es infeliz. La picardía habrá producido carcajadas junto a la chimenea, pero no envalentonaría a los campesinos para cambiar el orden social. Los pedos y rascarse las zonas nobles abundan. La astucia llevada a la vida real era eludir los tributos feudales o cazar en terreno vedado. Sería inútil buscar acá el germen del Republicanismo. Soñar con burlarse del rey y casarse con la princesa difícilmente desafiaba la base moral del Antiguo Régimen. Considerados fantasías de represalias, los cuentos parecen insistir en el tema de la humillación. El débil astuto se burla del opresor poderoso, levantando un coro de risa, preferentemente mediante una estratagema obscena. Hasta cierto punto la picardía conserva el orden. Le permite al débil cierta ventaja marginal. Pero el engañabobos funciona dentro del sistema, aprovecha sus puntos débiles y en última instancia lo confirma. Además, siempre puede haber alguien más pícaro, hasta en la fila de los poderosos. El pícaro superado en picardía muestra la vanidad de esperar una victoria definitiva. La picardía ofrece una forma de hacerle frente a una sociedad cruel y no una fórmula para vencerla, no es una tendencia latente radical. En la versión alemana abunda la piedad y casi no hay trucos. El afrancesamiento existe ,aunque se haya contaminado de mal olor, como la Voltsgeist, desde que la etnografía se contaminó de racismo, en 1930. Una idea puede ser válida aunque sea vaga y se haya abusado de ella. Estilo cultural, punto de vista del mundo, sentimiento de que la vida es difícil, es mejor no hacerse ilusiones sobre la generosidad de nuestros semejantes, la astucia y el ingenio vivo son necesarios para proteger lo poco que el hombre puede obtener de su medio ambiente y que la delicadeza moral no conduce a nada. Tiende a la indiferencia irónica y a ser negativo y desilusionante. A diferencia de su opuesto anglosajón, la ética protestante, no ofrece fórmulas para conquistar el mundo. Es una estrategia defensiva muy adecuada para los campesinos oprimidos o para un país ocupado por el enemigo. Hoy día aún se oyen diálogos coloquiales como éste: "¿Cómo estás?"; "Me defiendo" "Comment vas-tu; Je me defénds". Perrault, cortesano "moderno", arquitecto de la política cultural autoritaria de Colbert y de Luis XIV, no sentía simpatía por los campesinos y su cultura arcaica. Recogió historias de la tradición oral y adaptó el tono al público refinado del salón. Probablemente Homero hizo una reelaboración similar 26 siglos antes y GIde y Camus dos siglos más tarde. La gente bien nacida como Perrault pasaba su primera infancia con las nodrizas y las nadas donde posiblemente quienes posiblemente le contaban esas "historias de viejas" que adaptó a su ambiente y fue en ese escenario donde las dos culturas se conectaron, donde la élite bebió el folklore junto con su primera leche. Esta versión adaptada entra a la cultura popular cuando alguien que sabía leer en las villas leía la versión escrita en el primitivo libro de bolsillo la Bibliotheque bleue que incluyó muchos otros personajes no recogidos por Perrault. La bella durmiente, Caperucita roja, Gargantúa, Fortunatus, Robert le diable, Jean de Calais, les Quatre Fils Aymon, Maugis L'Encharteur y muchos otros no incluidos en Mama oca. La existencia del afrancesamiento, un estilo cultural francés (exceptuando bretones, vascos y otros grupos étnicos), que atravesaba todas las clases sociales, muestra la existencia de estilos culturales distintos, en una época donde también se distinguían otros pueblos identificados en esa época como: alemanes, italianos e ingleses. Los campesinos del Antiguo régimen no pensaban monográficamente como los historiadores de sabiduría convencional, sino que trataban de entender el mundo en su confusión susurrante con el material que tenían a mano entre ellos los cuentos derivados de la antigua cultura indoeuropea. Los narradores no solo los consideraban aterrorizadores y divertidos, también creían que eran convenientes para pensar. Recordemos los versos del Martín Fierro de José Hernández. El argentino cree tener en el Martín Fierro materia prima nacional y se siente al leer este texto como la mujer de Blade runner queriendo desafiar a la realidad con su vieja foto de niñez, en la que está abrazando a su supuesta mamá, al enterarse que era un clon y que esa foto era trucada y que ella no tenía historia. El americano tiene que buscar su esencia en América o contentarse con ser un clon. Los significados que los narradores imbuían en su estilo narrativo se han perdido irremediablemente. Sin embargo el texto francés tiene un estilo común que comunica una forma común de interpretar las experiencias. A diferencia de los de Perrault no ofrecen moralejas y a diferencia de los filósofos de la Ilustración no trabajan con abstracciones. Los cuentos dicen: el mundo está integrado por tontos y astutos y es mejor ser astuto que tonto. En el transcurso de los tiempos, el mensaje superó los límites de los cuentos y de los campesinos y llega a la cultura francesa en general, quizá el máximo apogeo fue El gato con botas de Perrault encarnando la astucia "cartesiana". Por otra los pícaros ladinos y los hombres confiados de los hombres del teatro y las novelas. En el lenguaje ordinario sobrevive en la forma aprobatoria en que un francés puede llamar a otro méchant y malin (ambas palabras significan "malvado" y "astuto"). Francia es un país donde resulta bueno ser malo. Desde luego la vida cotidiana ya no se parece a la miseria maltusiana del Antiguo Régimen. El pícaro moderno tiene nuevos escenarios, elude el pago de impuestos, hace trampa al Estado todopoderoso, en tributo a sus antepasados al Gato con botas y todos los demás. Los cuentos atravesaron las fronteras sociales y de los siglos desarrollando un gran poder de permanencia y sin perder su sabor y testifican la tenacidad del antiguo punto de vista del mundo.
Los obreros de una imprenta del Antiguo Régimen, 1730, protagonizan, matan, una gran cantidad de gatos de la familia del patrón, ante el pedido de estos de que los ahuyentaran porque no los dejaban dormir. Luego siguen divirtiéndose representando la escena con mímicas una y otra vez. La distancia para entender lo divertido de este episodio por el lector actual, es un indicador de que hay una significación importante que encontrar. En antropología los rituales, proverbios, chistes o costumbres que tienen particular importancia para el grupo y no ofrecen fácil comprensión para el antropólogo pueden verse dónde abordar un sistema de significados extraño con el objeto de estudiarlo. No tenemos la matanza de gatos de primera mano, solo la narración de Contat escrita 20 años después del suceso. Aunque fuera ficticia, su importante elaboración sobre la materia prima de la experiencia sirve para una elaboración de texto etnológica. Los historiadores describen el período artesanal como idílico o como una especie de familia amplia. La verdad es que desde la segunda mitad del SXVII se redujeron la cantidad de imprentas y aumentó la cantidad de obreros y pasar a la categoría de patrón era virtualmente imposible salvo casarse con la viuda. Los talleres serían un privilegio hereditario. Los obreros eran una raza indisciplinada y disoluta, perezosos, poco confiables, abandonaban el trabajo. Valoraban la constancia y la sobriedad. Los obreros y los patrones quizá vivieron como una familia feliz en cierta época y en alguna parte de Europa, pero no en las imprentas, en el siglo XVIII, en Francia y Suiza. El gobierno había destruido las asociaciones generales. Los burgueses pertenecían a una subcultura diferente, comían diferente, hacían horarios diferentes, sus hijos se entretenían con cosas mundanas y tenían mascotas, sobre todo esta clase no trabajaba. Los trabajadores querían recuperar aquella época donde eran una gran familia y todos comían juntos patrones y obreros. Dentro de los ciclos ceremoniales que marcaban el calendario de los primeros hombres modernos el carnaval y la cuaresma eran los más importantes. Un periodo de diversión seguido de otro de sacrificio. Durante el carnaval la gente común suprimía el orden social o lo ponía de cabeza en un desfile escandaloso. Disfrutaban quemar gatos encerrados en bolsas, una docena de gatos en una canasta en una hoguera o perseguir gatos con la piel incendiada, por las calles. Los tipógrafos seguían festejando en una organización informal aparte, la capilla, especie de gremio, pequeña "república" que se gobernaba de acuerdo a su propio código de conducta y que organizaba las fiestas de ingreso, salida, ascenso y hasta matrimonio. Celebraron "el delantal" de Jerone, comieron carne y bebieron vino en el segundo piso de una cantina, la ceremonia de iniciación consistió en ponerle un delantal nuevo confeccionado por ellos al recién llegado. No hablaron de teología, filosofía ni política. Cada uno habló de sus cosas, de su trabajo. Todos al mismo tiempo sin importar si los escuchaban. Después de 4 años y dos ascensos llegó a oficial como el resto. Había impresores, cajistas, oficiales. Lo atormentaban, se burlaban con bromas, lo hacían hacer tareas desagradables o lo usaban para los mandados. También se negaban a enseñarle porque el mercado de su oficio estaba saturado. Debió aprender por sí solo. Trabajo, alimentación, alojamiento y poco dormir suficientes para que un muchacho se volviera loco, pero era el trato común y no había que tomarlo demasiado enserio. Contat lo narró de forma alegre con un género usual La misere des apprentis. Etapa familiar y chusca entre la infancia y la edad adulta. Jerome vivía esta etapa recibiendo el maltrato de los impresores y poniendo en juego sus convenciones, desafíos tolerados por su "exceso de juventud" que necesitaba desfogar hasta llegar a cobrar un pago real que le permitiera pagar sus tributos y entonces sentaba cabeza, internalizaba las convenciones de su oficio, adquiría una identidad nueva, a veces hasta cambiaba de nombre. Noto yo la similitud con los ritos de las civilizaciones llamadas tradicionales. Una ley entre los trabajadores es la tasa de la salario por la cual nadie debe aceptar un trabajo dejado por otro por un salario menor. Recomiendan lealtad y honradez. El traidor es publicado en una lista negra en todas las provincias y Paris. Embriaguez excesiva signo de buena conducta, galantería y seducción son hazañas de juventud. El endeudamiento signo de ingenio. Irreligiosidad es sinceridad. Territorio libre y republicano en el que todo está permitido. Vive como quieras, pero sé un honnete homme, no un hipócrita. Hipocresía, principal característica del burgués, en este relato, un fanático religioso y supersticioso habitante de un mundo diferente con moral burguesa farisaica. Los trabajadores definieron su "república" en oposición al mundo y otros grupos de oficiales como los remendones que comían trozos carne de segunda y los albañiles o los carpinteros que siempre estaban dispuestos a pelear con los impresores, divididos en estados casse y presse, en la caverna los domingos. Al entrar al "estado" Jerome asimiló un etohos. Se identificó con un oficio y como oficial cajista recibió un nuevo tratamiento después de haber realizado el rito de la aprobación plena, en el sentido antropológico del término, se convirtió en Monsieur. Noto yo cómo sirvieron ritos por el estilo para que en esas mismas épocas identificaran como bárbaras y salvajes otras culturas y las esclavizaran y masacraran. Se habló de la ceremonia, pasamos a los gatos. Fascinaron a la humanidad desde la época de los antiguos egipcios. Puede percibirse una inteligencia casi humana en sus ojos. Según Levi-Strauss hay animales adecuados para jurar, para pensar, Darnton añade, otros para realizar ceremonias, tienen valor ritual. El maltrato con los animales y la matanza de gatos era común en toda Europa al inicio de la modernidad como atestiguan numerosos ejemplos históricos y literarios. Cuando Jerome y sus camaradas de trabajo juzgaron y ahorcaron a todos los gatos que pudieron encontrar en la calle Saint-Severin, se apoyaron en un elemento común de su cultura. Pero qué significado atribuía a los gatos esa cultura. Las costumbres y creencias tradicionales más comunes tenían que ver con gatos. Los gatos sugerían brujería. El remedio era mutilarlos. Un gato mutilado no podía asistir al aquelarre o vagar en las calles para hechizar. Cuando un gato era mutilado o apaleado a la mañana siguiente aparecía invariablemente una mujer con un miembro roto y sospechada de brujería. Los gatos podían echar a perder el pan en una panadería de Anjou, o la pesca en Bretaña, enterrando uno vivo podían recuperar un campo de mala hierba. Ingredientes comunes de la medicina popular y brebajes de brujas. El espacio específico es la casa y el dueño o dueña de la casa. Matar un gato significaba atraer la mala suerte sobre su dueño o la casa. También en el sexo. Chat, catte, minet en la jerga francesa es pussy, vagina en inglés, han servido como obscenidades durante siglos. El trato de los hombres con los gatos mostraba cómo eran con las mujeres y sus esposas. La fertilidad, suerte en el matrimonio y los cuernos. Orgías satánicas. Sexualidad destructiva. "en la noche todos los gatos son pardos" dice el refrán. Las brujerías, orgías, cornudos, cencerradas y matanzas podían oírse en el gemido de un gato durante el Antiguo Régimen. El burgués (un tonto supersticioso y apegado a los curas) tomó en serio este asunto, para los aprendices era una broma. Leveille actuó como un engañabobos. Al matar a su gato predilecto Grise acusaban a la patrona de hechicera. La doble broma no podía pasar inadvertida para quien pudiera interpretar el lenguaje tradicional de los gestos. La patrona tenía amoríos con su sacerdote. Un triángulo típico de las imprentas: patrón viejo y decrépito, mujer madura y su joven amante. El patrón recibe el papel de una figura cómica común: el cornudo. Por eso la diversión de los obreros tomó la forma de cencerrada. Contat lo describe como una fiesta. Como en muchos Mardi Gras, el carnaval termina en una parodia de juicio y ejecución. La parodia judicial era natural para los impresores que cada año al arreglar cuentas con el patrón este se encabronaba espectacularmente y como no podían acusarlo sin insubordinación la capilla armaba un juicio falso en ausencia del patrón, pero dejando un símbolo explícito aunque no lo suficiente que justificara represalias. Juzgaron y ahorcaron a los gatos. Condenaban a la casa y declaraban culpable al burgués. Y al ejecutar a la gata preferida, atacaban a la misma casa. Culpable de hacerlos trabajar mucho, alimentarlos mal, alejarse de los obreros sin compartir el trabajo ni la comida como en la antigua "república". La acusación se extendió de la casa a todo el sistema. Quizá al juzgar, confesar y ahorcar a varios gatos moribundos, los obreros deseaban ridiculizar todo el orden legal y social. Bastante humillados y resentidos para mostrar sus sentimientos en una orgía sangrienta. Medio siglo más tarde los artesanos de París se amotinarían de manera semejante combinando risa indiscriminada con los tribunales populares improvisados en las Matanzas de Septiembre de la Revolución francesa. Al matar a la gata favorita, estaban atacando a la mujer, identificando al gato con sexo y violencia, adecuado para identificar a la patrona. Una referencia explícita a la violación habría infringido las convenciones que normalmente se respetaban en la literatura del SXVIII. El simbolismo debía ser bastante ambivalente para engañar al patrón y bastante agudo para herir a la patrona. El diálogo fue: -patrón:"canallas en vez de trabajar están matando gatos" -patrona:"estos malvados no pueden matar a sus patrones, por eso mataron a mi gatita" a ella le parecía que "ni la sangre de todos los obreros bastaría para redimir semejante afrenta". Los obreros al atacar a su mascota violaron simbólicamente a la patrona y un insulto grave a su patrón, su esposa era su más valiosa posesión. Al matar a la gata los hombres violaron el tesoro más íntimo de la casa burguesa y salieron indemnes. Esta fue la belleza de su acción. El simbolismo disfrazó lo bastante el asunto como para que salieran con la suya. La esposa dijo virtualmente que la habían violado y que le gustaría asesinarlos. Los patrones se retiraron derrotados y humillados. Los impresores quedaron libres en el desorden y con una bella copia que les haría divertirse durante mucho tiempo. Era una risa rabelesiana. El texto insiste en su importancia: "los impresores saben reír, es su única diversión". Mijail Bajtin mostró cómo la risa de Rabelais expresaba una corriente de la cultura popular en la que la diversión tumultuosa podía convertirse en un motín. Qué era precisamente lo divertido en la matanza de gatos. Nada mejor para arruinar un chiste que analizarlo y recargarlo de comentarios sociales. Pero esta broma pide a gritos un comentario y no para probar que los artesanos odiaban a sus patrones, verdad axiomática aplicable a todos los periódicos de la historia laboral e ignorada por los historiadores del SXVIII, sino para advertir cómo los obreros hacían su experiencia significativa jugando con elementos de su cultura. En la única versión disponible, Nicolás Contat seleccionó lo significativo para él. Pero justamente él respiraba esa atmósfera. La matanza de gatos representa una venganza contra el burgués. La patrona es insinuada bruja. La cencerrona es para insultar sexualmente a la patrona y burlarse del patrón por cornudo. El patrón víctima de algo que él mismo inició y no se dio cuenta de que lo habían usado. Una agresión simbólica, del tipo más íntimo, contra la patrona y el patrón ni se dio cuenta. Demasiado tonto, un típico cornudo. Los impresores se burlaron de él, con magnífico estilo boccaccciano y salieron bien librados. Salió bien porque usaron muy hábilmente ceremonias y símbolos. Un insulto metonímico expresado mediante actos y no con palabras. Y afectó a la casa. Tener mascotas era tan ajeno a los obreros como torturar animales lo era para los burgueses. Convirtieron la cacería de gatos en una cacería de brujas, un festival, una cencerrada, un juicio de burla y en una broma obscena. Refundieron estos elementos en una pantomima. Y cada vez que se sentían cansados de trabajar transformaban el taller en un teatro y hacían copias; las suyas y no la de los autores. Esta broma, aunque hoy podría parecer insustancial, fue peligrosa en el SXVIII. El peligro era parte de la broma. Llevaban la matanza de gatos al borde de la reificación al punto que podría convertirse en una rebelión abierta. Esta hazaña mostró gran habilidad y que los obreros manejaban símbolos en su idioma con la misma eficacia que un poeta lo hacían por escrito. Los límites en que debía estar contenida la broma sugieren los límites de la militancia en el Antiguo Régimen. Hasta que empezó la proletarización a fines del SXIX generalmente las protestas de los obreros quedaban en un nivel simbólico. Una copia dejaba escapar vapor, pero también producía risas, ingrediente vital de los artesanos que no se ha destacado en la historia del movimiento obrero. Encontramos la risa rabeliana, franca, incontenible y desbordada y no la sonrisa afectada volteriana que nos es familiar.
Un burgués pone en orden su mundo: la ciudad como texto. Cómo penetrar en esa conciencia para desentrañar sus significados cuando describía un mundo que ya no existe. Necesitamos concentrarnos más en la manera de describir que en los objetos descritos. Nuestra tarea no es comprender cómo era Montpellier en 1768. Nuestra tarea es comprender cómo la veía nuestro observador. Primero algunas palabras sobre el tendencioso término "burgués": es insultante, agresivo, inexacto e inevitable. En Francia generalmente tiene connotaciones marxistas, el propietario de los medios de producción. Una variedad de Hombre Económico con su propia manera de vivir y su propia ideología. (ESTE TEXTO ME SIRVE PARA APRENDER A HACER UN ESTUDIO ETNOGRAFICO SOBRE TEXTOS PARA ANTROPOLOGIZAR A LOS OFICIALES DE JUSTICIA A PARTIR DE SUS TEXTOS) Enfrentado a la contradicción entre su poder económico y su impotencia política, agravado con el resurgimiento de la aristocracia al inicio de 1789, el burgués adquirió conciencia de clase, se reveló y dirigió un frente popular de artesanos y campesinos que desembocó en la Revolución Francesa. La ideología fue esencial para la fusión de esta fuerza asombrosa. Se las ingenió para saturar a la gente común con sus ideas de libertad (en especial libertad de comercio) y de igualdad (en especial la destrucción de los privilegios de la aristocracia). En 1789 la Ilustración había realizado su tarea. Ya que los libros franceses escritos por historiadores franceses aseguraron una generación de lectores "el siglo XVIII pensaba como burgués". No se han encontrado en la Francia del SXVIII rastros de este burgués industrial que nada podía detener que describe Marx y la revolución económica que se creía en Francia fue solo aparente, tomada por creer que el aumento del precio de los granos se había debido al aumento de la productividad, sólo algunos rentistas, o algún fabricante que luego de acumular se retiraba al campo y se dedicaba a vivir de rentas o nobles que invertían en distintos sectores. Al parecer "le take off" ha sido, contrariamente a lo que suponían los pensadores hasta 1970 que situaban al centro burgués precisamente en París, "anglosajón". Y el siglo que pensaba como burgués ?. Los pensadores pertenecían a élite tradicional de los nobles, sacerdotes, funcionarios estatales, médicos y abogados. El público era el mismo y los escritores provenían de todos los sectores de la sociedad excepto el industrial. Aun podría considerarse a la literatura de la Ilustración, burguesa porque podemos asociar ese término a un conjunto de valores y encontrarlos en letra impresa. La literatura burguesa es una literatura que expresa el punto de vista de la burguesía. En vista de esta experiencia, especifiquemos que este habitante de Montpellier está desvinculado de la nobleza, pero también de la gente común. Sus simpatías lo sitúan en el rango medio de la sociedad urbana (podría ser digo yo un librepensador) entre los médicos, los abogados, los administradores y los rentierns (agrego yo: por ahí no quiere declarar sus ingresos), sector intelectual de la mayoría de las ciudades provincianas. La "bourgeoisie d'Ancien Régime". Fueron burgueses según el sentido del término en el siglo XVIII y en diccionarios contemporáneos: "habitante de una ciudad" si bien también había significados del uso como adjetivo y adverbio "casa, sopa, vino burgués" "vive, habla, piensa, come burguesamente". Todos en Montpellier, como había ocurrido en toda Francia en las tres décadas entre 1740 y 1770, estaban un poco mejor, sin significar eso industrialización ni mucho menos, no era Manchester. Pero tenían mejores precios agrícolas. Se acumuló dinero y se desarrolló algo parecido a una oligarquía comercial. Cambiaron sus inversiones del comercio a las tierras y artesanías. Cuando compraron cargos en la alta jerarquía de la judicatura y de la burocracia real, llegaron a ennoblecerse. Cuatro familias más ricas dominaban la vida cultural y social de la ciudad pues no tenía antigua nobleza feudal. El más importante centro administrativo de la provincia tenía muchos funcionarios estatales. En 1770 25 mil habitantes aproximadamente. Los que formaban la élite se conocían, se encontraban en las academias de música, en las salas de espectáculos, en la Academia real de ciencias y en las ceremonias de una docena de logias masónicas y se reunían a comer todas las semanas después de asistir a misa en la Catedral, en la biblioteca y el club de lectura donde leían los mismos libros incluso una gran cantidad de Voltaire, Diderot y Rousseau. Ciudad progresista, muy próspera y de segundo rango. Esta descripción por categoría: económica, social y cultural, que utilizamos, es la que habíamos criticado y habría sido inconcebible para nuestro observador. Su descripción es una procesión, obispo, clero, autoridades civiles, "estado" y costumbres. La superestructura de la ciudad. Dignités, Cualités, corps y états que se creía formaban el orden social. En esa época una procesión era algo típico e importante. En el siguiente orden. Guardia de honor. El Primer Estado (el clero) órdenes religiosas seguidas de otras órdenes menores, huérfanos del Hospital General (el asilo). Mostraba que la ciudad se preocupaba por sus pobres y además se consideraba a los pobres intermediarios eficaces para obtener el favor de Dios. Después el clero regular con nueve órdenes. Lo seguía el clero secular representando "la cura" (el cuidado pastoral). Una cruz magnífica en oro y plata señalaba la llegada del obispo rodeado de los canónigos de la catedral marcando con su manto púrpura su importancia porque también era Conde, Marqués, Barón, Señor y propietario de renta por 60 libras anuales. Los otros obispos de otras ciudades si fuera una procesión provincial en Montpellier vestirían de negro salvo el arzobispo de Narbona, después la parte más solemne, el Santísimo, altar móvil muy elaborado sostenido por seis cónsules de la ciudad, eran el más alto cargo en la ciudad y marcaban el punto de unión entre autoridades civiles y religiosas. Cada uno representaba un grupo corporativo: caballeros (burgueses que vivían como nobles), abogados y notarios. Los otros tres elegidos de las filas de, primero, los comerciantes, los cirujanos, los boticarios o sus empleados; segundo, los orfebres, los fabricantes de guantes, los destiladores, los fabricantes de alfombras o miembros de otro "oficio respetable"; tercero, un maestro artesano de alguno de los oficios existentes. Los cónsules también representaban al Tercer Estado (los comuneros). Se veían en estos casos insignificantes frente al obispo, pues sólo usaban mantos cortos y no podían pronunciar discursos, pero recibían cuatro relojes de regalo. Un destacamento de guardias con uniforme siempre escoltaba esta sección, que era el centro de toda la procesión. Seguían los jueces de la corte del área, eran tres cámaras para los diferentes asuntos legales y administrativos. Primero su Primer presidente honorífico, un noble de sangre real, que presidía la corte en las ceremonias, generalmente acompañado por sus comandantes y generales, todos adecuadamente ataviados, después los jueces propiamente, trece, después sesenta y cinco Conseillers-Maitres, dieciocho Conseillers Correcteurs, veintiseis Conseillers-Auditeurs, tres Gens du roi (fiscales estatales) con un Greffier (secretario) con manto como los Conseillers-Maitres si tenían título de abogado, un Premier Huissier (alguacil) , y ocho alguaciles con otro traje. Después los Tresoriers de France que eran 31, incluyendo cuatro Gens du Roi y tres Greffiers. Eran ricos e importantes ya que tenían la autoridad legal decisiva sobre la mayor parte del cobro de impuestos. Terminaba la procesión con una larga fila del juzgado menor o presidiar. La procesión termina en un punto bastante elevado de la jerarquía local. En otra parte del ensayo agrega otros grupos corporativos que engrosaban las ramas locales de la burocracia real (real de rey, no de ontológica). Una procesión general en Montpellier no excitaba al público ni estimulaba al comercio. Expresaba el orden corporativo de una sociedad urbana. Se lo expresaba a sí misma, o ante Dios cuando había sequía o hambruna. Algunos detalles. El color rojo no podía ser usado por aquellos miembros de la corte de área que no habían estudiado leyes. Y había una proporción desalentadora de jóvenes que habían comprado su puesto sin asistir a la universidad. El color y la tela indicaban posición e ingresos. Los presidentes poseían nobleza hereditaria y derecho de commitmus ( ser juzgados por sus iguales en un juzgado soberano, exenciones fiscales y sus puestos les habían costado 110 mil libras. Los Consillers tenían nobleza hereditaria hasta la tercera generación, recibían título de Monsieur y su puesto costaba 60 mil. El autor enumera títulos, privilegios, ingresos y funciones (agrego yo: y costo del puesto). Igualmente para el clero que en orden pasan primero los Dominicos que recibían 6 mil libras al año y así otras que recibían menos agustinos y arrivistes. El autor explicaba que muchos monasterios con amplios edificios y grandes dotes económicas albergaban solo dos o tres sacerdotes improductivos. Para él los monjes tenían muy poca dignité y los profesores mucha. Los Professeurs Royaux de la universidad de Montpellier, de la facultad de leyes, los enorgullecía, tenían título de nobleza no transferible y derecho a ser enterrado con féretro abierto, manto y botas con espuelas de oro, pero percibían apenas 1800 libras al año, incompatible con la nobleza de su estado según nuestro autor. Pero la dignidad o la calidad no provenían de su riqueza. Los profesores eran caballeros de la ley por el carácter noble de sus conocimientos, y era más importante ser sepultado con espuelas de oro que dejar de herencia una fortuna. Por eso la riqueza, la posición social y el poder no estaban estrechamente vinculados en un solo código social. Había complejidades y contradicciones en la comedia humana que desfilaba en la Description. Los jesuitas, una vez ricos y poderosos, ya no desfilaban detrás de los recoletos, porque habían sido expulsados del reino. El intendente no desfilaba y percibía menos que el gobernador real, pero tenía más poder. Los penitents blues perdieron la disputa de querer desfilar delante de los penitents blancs y debieron retirarse de las procesiones. Los excluídos llamaban la atención de los observadores por su conspicua ausencia. Eran una categoría negativa y advertir estos vacíos era crucial para el significado del conjunto. Significado. No es un modelo social pues exaltaba algunos elementos y descuidaba otros. El clero predominaba en las procesiones, pero tenían muy poco prestigio a los ojos de los observadores y ya no eran invitados a comer en los altos círculos sociales. También señala nuestro observador que Montpellier era una ciudad comercial que daba importancia a la riqueza y en la procesión se daba un lugar significativo a los pobres, poco a los comerciantes y ninguno a los fabricantes. Y estaban excluidos casi todos los artesanos, jornaleros y sirvientes que formaban el grueso de la población. También se omitía a los protestantes aunque había uno por cada seis habitantes. La procesión no era una réplica, sino la esencia de la sociedad expresadas en las cualités y dignités que la daban el rango o puesto corporativo y no la valentía o la inteligencia y está formada por unidades corporativas y no por individuos aislados y los cuerpos pertenecían a una jerarquía que se manifestaba en las procesiones, pero no tenía un orden lineal y recto. La dignidad de los participantes provenía de las distinciones establecidas para el lugar que ocupaba y no por el contraste entre ellos y el plebeyo público general que observaba el desfile. En Montpellier como en India, el Homo Hierarchicus se beneficiaba con la segmentación de la sociedad y no con su polarización. En este caso en vez de clases había dignidades. Ordenaba la realidad, como muchas manifestaciones y obras de arte era una expresión clara de un orden social que se presenta ante sí mismo. En la segunda parte de su descripción el autor cambia metáforas ya no habla de dignités, habla de états (estados), clases. Los que rezaban, los que luchaban y los que trabajaban (clero o primer estado, nobleza o segundo estado y resto de la población o tercer estado). Descartó al clero audazmente alegando que no eran muy reconocidos en esta ciudad y no tenían influencia en los asuntos cotidianos. Después elevó a la nobleza al rango de "primer estado" (debe ponerse comillas para distinguirlo de su uso tradicional). En Montpellier no había nobleza feudal, solo nobles togados, magistrados que compraron puestos importantes y no producto de la espada. Aunque estos burgueses recientemente ennoblecidos podían ser una segunda clasificación dentro del primer estado, no se distinguían de los ricos pues en Montpellier las propiedades y la riqueza cuentan para todo. Después ubicó a la burguesía en el "segundo estado" donde hubiera ido tradicionalmente la nobleza. Según sus propias palabras, magistrados que aun no tienen título de nobleza, abogados, doctores, procuradores, notarios, financieros, comerciantes, pequeños industriales y aquellos que viven de sus rentas sin tener una profesión determinada. Esta clase es siempre la más útil, la más importante y la más rica en todos los países. Sostiene al primer [estado] y manipula al último según su voluntad. Luego presenta al Tercer Estado como un artisanat anticuado y no como una clase trabajadora dividida en tres ramas: pensamiento y las manos, mecánicos y campo. Finalmente los sirvientes y desempleados pobres, pero los dejó fuera porque no tenían existencia corporativa excepto los pobres del hospital general y unos cuantos pordioseros con permiso oficial. Vivían fuera de la sociedad urbana y no constituían un estado aunque podía vérseles por todas partes caminando por las calles. Los burgueses ocuparon la planta principal del edificio expulsando a la nobleza a la cumbre de la superestructura y la gente común bajo las escaleras. Pero el lenguaje de los estados no era más moderno que el de las dignidades. Los empresarios, sobresalían por su ausencia en la Description, ya que existía solo un pequeño número de ellos en Montpellier. El burgués no ayuda a la industrialización, viven de rentas, tienen vida de noble, no tienen oficio. Los sieurs Farel y Parlieur daban trabajo a 1200 obreros en sus fábricas textiles, pero ni los menciona ni a sus fábricas. Se dedica a dar una clasificación casi botánica de los oficios. Era su sitio de comodidad. Tenía dudas del valor de la industria, de su beneficio contra el daño que causaban produciendo elementos suntuosos y quitando mano de obra al campo que produce alimentos. No lo atraía el riesgo ni ningún espíritu moderno de empresa ni riesgo empresario alguno que parecía generarle más rechazo e incertidumbre. Un burgués del Antiguo régimen. De ninguna manera apologista del capitalismo. Pero algo lo definía inevitablemente como burgués. Se sentía a juzgar por el texto burgués hasta la médula. Veía amenazadores a los otros estados y definía la burguesía negativamente en oposición a sus hostiles vecinos la nobleza y los plebeyos. A pesar de su sensibilidad respecto a la dignidad en las posiciones sociales, rechazaba la idea aristocrática del honor. En su lugar mostraba un fuerte respeto por el dinero porque es éste el que da utilidad y permite obtener cosas en su ciudad donde casi no hay antigua nobleza. La inutilidad es un pecado capital. Un ciudadano debía ser útil por sobre todas las cosas. Despreciaba la inutilidad y el esnobismo de los caballeros que habían perdido categoría. Sentía respeto por la Court des Aides y Tresoriers, pero deploraba su estado. Critica al primer estado que no permite a sus hijos estudiar carreras burguesas cuando sus propios padres también las ejercieron y acude a que en esa ciudad se acepta la autoridad de la razón. Para nuestro autor la razón dice que debemos ser útiles por nuestro bien y de nuestra sociedad. Su punto de vista tenía mucho en común con las demandas del Tercer estado (cualquiera que no pertenecía al clero o a la nobleza) expresaría en 1789. Nuestro burgués no consideraba a la nobleza un estado, sino que aceptaba una jerarquía de estados como la organización natural de la sociedad. No le alarmaba cierto ennoblecimiento de la burguesía, sino el embourgeoirsement de la gente común es naturalmente mala, licenciosa, inclinada a la rebelión y al pillaje: engañan y estafan a sus patrones en cualquier oportunidad, nunca hacen bien un trabajo, abandonan el trabajo cada vez que encuentran una oportunidad para el libertinaje, se endeudan y nunca pagan. Versión negativa de la ética improductiva propuesta a Jerome por los impresores. Aceptaba que los artesanos a diferencia de los nobles, hacían algo útil: trabajaban, aunque mal. Pero se entregaban a la "brutalidad". Vagamente sabía que los camaradas de Jerome formaban en su ciudad asociaciones con extraños ritos de iniciación y comidas interminables, y solo sentía desprecio por su arcana cultura: "tan despreciable como absurda". Generalmente terminaba en violencia porque nada les agradaba más a los obreros, después de parrandear con sus camaradas, que golpear a un peatón inocente o reñir con un gremio rival, igualmente embrutecido. El único remedio para esta conducta era la horca, o por lo menos la deportación. Notar que cuando los europeos vinieron en las distintas camadas de emigrantes desde los primeros, encontraban las mismas características de vagancia en indios, gauchos y después en criollos, es decir que es una característica del burgués explotador creer que esa "vagancia" es natural y no obedece al contexto de una cultura de explotación, pero al mismo tiempo es extremadamente útil esta calificación para mantener a raya sobre todo en la cuestión de la paga a la clase explotada. Retomando, el único remedio para nuestro burgués era la horca o por lo menos la deportación. Pero las autoridades eran demasiado indulgentes, necesitaban pruebas antes de aplicar un castigo y nunca lo aplicaban con bastante severidad. Es una muestra de temor y de incomprensión ante una manera de vivir ajena. Se queja de la inseguridad en las calles donde cualquier hombre honesto puede ser asaltado. Pareciera que se había abierto un profundo abismo cultural entre la gente común y la alta sociedad (élite de nobles y de burgueses ricos a los que llama hombres honestos). Y dedica mucho a describir las costumbres y cultura. La gente común viste, come, se divierte y habla distinto. Al final de la Description directamente pareciera que hay dos campos hostiles: los patricios y los plebeyos. Montpellier tenía un dialecto local del francés. Los dos primeros estados eran entonces bilingues. Había una vestimenta adecuada para los primeros estados y otra para el tercero. Lo mismo con los hábitos alimenticios, qué, cómo y cuándo comer. Los albañiles tenían 8 espacios para comer. Los jornaleros se las arreglaban para tener cuatro. Los nobles togados y burgueses juntaban en un mismo acto desayuno, comida y cena. La taberna convertida en territorio extranjero para los primeros estados medio siglo antes era un lugar donde todos los hombres se embriagaban juntos, al menos eso creía el autor. Señaló con aprobación que el burgués y el noble no bebían hasta la ebriedad. También los juegos estaban clasificados en adecuados para los primeros o para el tercero. Los primeros estados jugaban a perroquet, un concurso de arquería, "el más bello, noble y único que divertía a los honnetes gens. A juzgar por esta crónica, el "Tercer estado" era el único que se divertía con una versión primitiva del fútbol y bailando alrededor de Le Chevalet y en carnaval. El baile era la pasión de la "gente menuda" (petites gens). Nuestro burgués dice con satisfacción que las diversiones populares han quedado para la gente común, pues los honnetes gens han pasado a sentir más satisfacción por ganar dinero. Ahora predominaban las diversiones decentes, reinaban el orden público y la decencia. La Academia de Música [sociedad de conciertos] es una de éstas y ha hecho que se olviden las otras [diversiones populares]. Lectura de buenos libros, el espíritu filosófico que gana terreno, haciendo que se olviden las tonterías de nuestros antepasados. Le preocupaba especialmente la violación de los límites sociales. Los efectos democratizadores de la riqueza se habían extendido a las capas inferiores y superiores. Muchos artesanos ricos tenían la misma vida que los burgueses. Como podía ser el caso del patrón de Jerome. Las mujeres todas usaban medias de seda por lo que para distinguirlas había que prestar especial atención a detalles, el peinado y los zapatos. Peor aun los criados a veces se ponían trajes tan buenos como los de sus amos y se pavoneaban entre aristócratas en los paseos públicos. Esla línea se borró principalmente entre las tres ramas del "Tercer estado". El artesano más vil se comporta como el artiste más eminente. Los continuos cruces sociales entre el Tercero y el Segundo estado eran más perturbadores. Por ejemplo los cirujanos causaban una impresión de calidad que confundía. Tradicionalmente habían estado en los rangos superiores del Tercer estado, pues eran artistes miembros de los barberos. Pero diez de ellos dictaban cursos como Professeurs-Demonstrateurs Royaux ante grandes grupos de estudiantes en la escuela superior de cirugía en Montpellier. Usaban simples togas negras y solo recibían 500 libras de salario; pero como otros profesores, podían aspirar a cierto tipo de nobleza. Así, por un decreto especial, gozaban de una posición híbrida de "habitante distinguido" que determinaba "la dignidad de su estado" siempre que no abrieran una barbería ni afeitaran a los clientes. La educación, como el dinero, tenía un efecto perturbador sobre las categorías sociales. Aunque nuestro autor respetaba la enseñanza, esto lo intranquilizaba y decididamente condenaba su difusión en el "Tercer estado". Le escandalizaba que los Hermanos de la Caridad tuvieran dos grandes escuelas, donde enseñaban a leer y escribir gratis a los niños de las capas bajas. También deseaba que se cerraran las escuelas y que se eliminara la enseñanza de la lectura entre los niños pobres del Hospital General. Se debería prohibir a los artesanos que enviaran a sus hijos a la escuela secundaria (college). Solo si se prohibía la educación superior al "Tercer Estado" la sociedad podría salvarse de tener que mantener a una población de intelectuales sin empleo, misma que debería dedicarse a caminar detrás del arado o a trabajar al lado de sus padres en los talleres. Esta argumentación era un lugar común en los debates sobre la educación en el SXVIII (Voltaire a menudo la había combatido). Lo que le inquietaba realmente no era la carga para la economía, sino perturbar la división entre los estados. "Es repugnante para las leyes de la decencia que un portador de una litera, un cargador callejero, un hombre vil y abyecto, pueda tener derecho a enviar a sus hijos a una escuela secundaria...y que los hijos de la gente común, que no tienen buena crianza ni sentimientos, puedan mezclarse con los hijos de la familias distinguidas, dándoles malos ejemplos y una contagiosa fuente de mala conducta". "Porque nada es más desagradable que ver a un cocinero o a un sirviente vestidos con trajes adornados con galones o encajes, con espada al cinto, e introduciéndose entre la mejor sociedad en los paseos; o ver a una recamarera vestida con tanta delicadeza como su patrona; o encontrar sirvientes de todo tipo ataviados como gentiles hombres. Todo eso es odioso. La posición de los sirvientes es la servidumbre, deben obedecer las órdenes de sus amos. No tienen derecho a ser libres, a formar parte del cuerpo social de los ciudadanos. Por ello debe prohibírseles que se mezclen con éstos; y si ha de realizarse cualquier mezcla, se debería poder distinguirlos mediante un distintivo que indique su estado y que haga imposible confundirlos con otras personas". La gente común era bastante mala por sí misma, pero era una amenaza para todo el orden social cuando se salía de su estado. Agrego yo, esto lo llamaría querer tener El pene más grande. Al leer en las estadísticas, sentimos satisfacción si estamos entre las franjas más atractivas y nos deprimimos si estamos en las franjas menos atractivas. Un Ser humano es atractivo cuando ofrece cualidades individuales reconocidas por el sentido común y cuando ofrece cualidades sociales, es decir grupales, referentes a los segmentos a los que se identifica, atractivas. Aquellos que pertenecen a un segmento dentro de una jerarquía privilegiado no quiere que los de segmentos menos privilegiados se hagan igual o más atractivos. Es un comportamiento natural, inevitable, lo que se puede intentar evitar es que no dañe a las desprevenidas víctimas de este comportamiento. Pero a nuestro autor le interesaba la compensación por la tendencia a la fusión cultural entre el "Primer Estado" y el "Segundo Estado", el aumento de la riqueza que parecía tan peligroso en la capa inferior de la sociedad, parecía muy promisorio en la capa superior. Los burgueses no estaban pagando para entrar en la nobleza, sino que estaban usando su dinero para crear un nuevo estilo cultural que los nobles también encontraban atractivo. Agrego yo: la atracción la encontraban el poder que la burguesía estaba demostrando que tenía el dinero pues podía comprar hasta la propia nobleza. En la comida, algo muy importante en Francia, la suntuosidad dejó lugar a la "moderación conveniente" y a la "economía saludable" en la mesa. Se había abandonado quiso decir la tendencia orgiástica en la mesa de Luis XIV con acontecimientos maratónicos de veinte o más platillos. Se imponía una couisine bourgeoise. Platillos menos numerosos, pero preparados con más cuidados. potages, ors d'oeuvre, relevés de potage, entrées, roti, entremets, dessert, café y pusse-café . Intimidannte hoy para la clase media, la simplicidad misma en el siglo XVIII. Y si no había invitados, la familia patricia se conformaba con entrée, roti, salade y dessert. Esto no implicaba rechazo al lujo, al contrario. Pero el lujo ya no era para ostentación pública, sino para la esfera doméstica. Redujeron número de sirvientes, eliminaron las livreas, no querían comer rodeados de sus sirvientes, querían comer en familia. Las nuevas casas reducían tamaño de las habitaciones y agregaban pasillos, agregaban intimidad. La familia se retiró de la esfera pública, se volvió más hacia sí misma. La nobleza estaba en decadencia. Pero no por falta de riqueza material ni abandono de pretensiones de nacimiento elevado. Al contrario. Adoptó un estilo citadino menos exaltado y más en común con la alta burguesía. La creación de un estilo cultural común implicaba interés por la cultura "alta" de la época de la Ilustración. Invertían mucho en edificios culturales.
Academia de música, bibliotecas, salas de historia natural, comercio de libros. Interés en ciencia y tecnología. Nuestro autor simpatizaba con la Ilustración, pero no con los monjes, un grupo de parásitos que acaparaban fondos que necesitaba el comercio. Le causó un gran placer la expulsión de los jesuitas. Estaba a favor de la tolerancia con los protestantes y los judíos y solo sentía desprecio por las disputas religiosas que sostenían los molinistas y los jansenistas. La teología le parecía una especulación vana más allá del alcance de la razón y era mejor interesarse en la terea de mejorar la vida en la tierra. Su orientación laica no significaba que hubiera roto totalmente con la Iglesia católica; simpatizaba con los curas de las parroquias que tenían demasiado trabajo y estaban mal pagados, sentía respeto por "la verdadera piedad". Pero su simpatía claramente estaba con los philosophes. La cultura tolerante de la Ilustración enraizón en la élite mixta . El ideal del honnete homme, el ciudadano decente, bien educado, que no deja de repetir el autor, calza con la cultura tolerante de la Ilustración, con el deidismo que aprueba todo tipo de práctica religiosa sin adherirse a ninguna, provenía de la idea aristocrática del noble del siglo XVII, quero que en 1768 adquirió un matiz burgués. Sugería buenos modales, tolerancia, racionalidad, moderación, pensamiento sereno, trato justo y un saludable autorespeto. No era un código de honor aristocrático ni una ética burguesa del trabajo, sino un nuevo tipo de ideal: el caballero, A menudo pertenecía a la burguesía y había desarrollado su propia forma de vivir. Rico, bien alimentado y vestido, seguro de su utilidad social y con una filosofía firme. Concluye: "felices los que viven en las grandes ciudades". Esta conclusión no tomaba en cuenta las filas de pobres que se formaban para recibir limosna, ni los asilos, los manicomios y los patíbulos. Pero les agradaba a los que habían tomado la delantera en la búsqueda de la felicidad: las honnetes gens del "Segundo Estado". En sus contradicciones se percibe una visión nueva de un mundo que luchaba por surgir. El autor escribió cientos de páginas impulsado por la necesidad de encontrarle sentido a su mundo, pero exagera groseramente la importancia de algunos grupos y descuida otros y hace un juego de manos para escamotear categorías hacen que su relato se convierta en una apología tendenciosa de la forma de vida burguesa. Cuando llegó al relato de la cultura abandona el lenguaje arcaico y se aproximó a una concepción cultural de clases, en la que la cuisine boirgeoise servía más que las fábricas para identificar a los nuevos dueños de la ciudad. Y aunque pueda parecer extravagante debe tomarse en serio porque como percepción de la realidad, modeló la realidad misma y sirvió para imponer su modelo durante los siguientes cien años en la historia de Francia, el siglo no sólo de Marx, sino también de Balzac. Nuestro autor explica que los jornaleros son los únicos útiles del "Tercer Estado" porque viven subordinados y al día y que sería conveniente premiarlos con favores o exceptuándolos de los impuestos para que cumplan mejor con su deber, pero sin que adviertan que son muy necesarios. Critica el abuso de la nobleza de hacerse transportar y a los sacerdotes en lugar de denunciarlo excomulgan a las brujas, que no existen o gusanos que no les importa ser excomulgados. Le preocupa que esa mano de obra fuera muy útil en el campo y en general le preocupa el derroche estatal en lujos ridículos de la nobleza y asistencia a los más pobres. Los sirvientes deberían llevar distintivo y prohibírseles que se mezclen, no tienen derecho a ser libres.
Un inspector de policía organiza su archivo: la anatomía de la república de las letras. Sin quererlo, el Inspector Joseph D'Hémery representa un censo de la clase que aun no tenía ni nombre, los intelectuales, lectores y escritores. No hay mayores datos sobre la manera en que se usaron los datos ni el objeto de la investigación. Agrego yo, está clarísimo, a quién podía interesarle más que a nadie lo que estaban escribiendo los nuevos libre pensadores más que al antiguo dueño de la palabra escrita: a la santa iglesia católica, el inquisidor o a la corona amenazada por la atmósfera ideológica. Qué haría un inspector (nuevo) con tremenda capacidad analítica, cuidando comercios de libros. Primera investigación conocida de los escritores como grupo social y en un momento crítico de la historia literaria. Informa sobre 501 personas de las cuales 67 nunca publicaron nada o unas pocas líneas en el Mercure. Comparado con La France Litteraire, única fuente con la cual comparar, que reunió 1187 autores, D'Hémery reunió un tercio, pero qué tercio. Se nos plantea el problema de definir qué es un escritor. D'Hémery usó el término auteur sin explicarlo y La France Littéraire aseguró que incluía a todo aquel que hubiera publicado un libro. Pero incluía también obras efímeras como sermones de curas de aldea, opúsculos de médicos del pueblo, discursos de funcionarios provincianos. Favoreciendo a los literatos menores provincianos. D'Héremy se limitó casi enteramente a Paris. En la terminología usual primer estado era el clero, el segundo la nobleza y el tercero la burguesía. En este punto burguesía hace referencia al capitalista que vive del comercio y de la industria. El 70% de los escritores provenían de este tercer estado (eso implica que no tenían títulos de nobleza ni eran sacerdotes, pero muy pocos vivían del comercio y de la industria). Solo un comerciante hijo de un impresor y ningún fabricante. Había algunos comerciantes entre sus padres. Pero la literatura floreció más entre los profesionales y los administradores burócratas de la corona. 10% de escritores era médico o abogado. 9% tenían puestos administrativos menores. 16% pertenecían a la organización del Estado si son incluidos en la cuenta los magistrados de los parlements y de los juzgados menores. 22 padres provenían de la baja administración y el 2do grupo más numeroso (19) abogados. Probablemente detrás de muchas carreras literarias había un ambicioso burócrata de la Corona con mucho talento. La literatura francesa tiene una deuda incalculable con los com miss, los amanuenses y los abates (como el abate Prévost). De un abate D'Hémery observó "Ha sido miembro de todas las órdenes religiosas". Los escritores se ganaban el sustento a través de oficios intelectuales, 36% periodistas, tutores, bibliotecarios, secretarios y actores; o beneficios de un protector por medio del mecenazgo por lo que los escritores sabían que parte de su pan tenía mantequilla. Ésta era la manera de conseguir el sustento en la república de las letras. Una sorprendente proporción, 6%, eran tenderos, artesanos y empleados menores. Incluía patrones de talleres (un impresor, un grabador y un pintor-esmaltador) y trabajadores relativamente humildes: un talabartero, un encuadernador , un guardabarrera y dos lacayos. D'Hémery señaló que uno de los lacayos, Viollet de Wagnon, publicó su L'Auteur laquais con la ayuda de un camarero y un abarrotero. Las clases bajas desempeñaron una parte, y sustancial, 19% de los padres pertenecía a las petits gens (en su mayoría zapateros remendones, panaderos y sastres) , en la vida literaria del Antiguo Régimen. Por esto las carreras de sus hijos, que se convertían en abogados, profesores y periodistas, mostraban esas posibilidades excepcionales de avance social que a veces se abrían a los jóvenes que sabían manejar la pluma. Sin embargo el mundo literario permaneció cerrado para un grupo social: los campesinos. Desde luego D'Héremy no buscó escritores en el campo ni encontró rastros campesinos de los que habían emigrado de las provincias a París. Predominaron los hombres. Las escritoras lo hacían después de enviudar o separarse en sus mayorías independientes y ricas. Dos eran maestras, una poseía una tienda donde se vendía limonada y otra era prostituta. Detalla muchas historias miserables como D'Allainval que luego de una vida de escribir para pagar deudas, pasó por La Bastilla por textos políticos y finalmente terminó paralítico postrado en la calle mucho tiempo hasta que murió."!Qué triste fin para un hombre con tanto talento !" finaliza su relato. Y de Chevrier dice "un mal sujeto, mentiroso audaz, mordaz, criticón y presuntuoso insoportable". Después de fracasar como abogado, soldado, dramaturgo y poeta se dedicó a escribir libelos políticos, al periodismo clandestino y al espionaje. La policía lo persiguió, pero murió antes de que lo atraparan. El monje La Coste, un renegado de 59 años, había huido de Lieja con una joven, y se mantuvo vendiendo billetes de lotería falsificados, libelos contra los franceses y según parece a la muchacha misma. Estos dos personajes pertenecieron a Grub Street, y su característica en general para sus miembros, embastillement. 45 escritores, el 10% de los que aparecen en la investigación, estuvieron encerrados por lo menos una vez en una prisión del Estado, generalmente en La Bastilla que el 14 de julio de 1789 estaba prácticamente vacía, pero llena de significado para los hombres que la convirtieron en el símbolo central de la propaganda radical antes de la Revolución francesa. En 1750, la población literaria, quizá estaba inconforme, pero no era revolucionaria. Luchaban para conseguir una reseña en el Mercure, una entrée para la Comédie Francais, o un asiento en la Academie. Nadie podía preveer en 1750 lo que ocurriría en 1789. Se mantenían de rentas, puestos, trabajos para quienes dominaban las rentas y los más afortunados, las sinecuras. Provenían de todos los sectores de la sociedad excepto del campo, y de todos los rincones del reino excepto de las zonas atrasadas del sur. Había un pequeño número de mujeres y una gran cantidad de jóvenes brillantes, hijos de funcionarios menores y de artesanos, que obtenían becas, les publicaban sus poemas y terminaban como abogados y burócratas, o, en algunos casos, como escritores de tiempo completo que vivían, como Diderot, aux gages des libraires (de las regalías de sus libros). Los teóricos de la literatura les han enseñado a los historiadores a tener cuidado con los textos, pues pueden convertirse sólo en "discurso" a través de una lectura crítica, sin importar lo sólido que puedan parecer. Por ello los historiadores deberían pensarlo dos veces antes de tratar los informes policiacos como sólidas pepitas de realidad irreductible, que sólo tienen que extraer de los archivos, examinar y reunir para hacer una construcción firme del pasado. Al redactar sus informes, D'Hémery actuó como una especie de escritor. Él también desempeñaba un papel en la república de las letras mientras permanecía subordinado al Lieutenant-Général y otros funcionarios del Estado francés. (En casi la mitad de los casos, el embastillement se produjo después de que d'Hémery terminó su informe). Aceptaba la realidad del mundo. No le molestaba un poco de picardía o de anticlericalismo moderado sobre todo si iba acompañado de genio, admiraba el talento sobre todo el ingenio. Se horrorizaba ante el ateísmo y parecía creer sinceramente en la ortodoxia oficial. Hizo el inventario del mundo de la literatura con simpatía, sentido del humor y aprecio por la literatura misma. Compartía algunos de los valores de la gente que estaba vigilando, pero era leal a la Iglesia y al Estado. Nada más anacrónico que interpretarlo como un policía moderno, o como una cacería de brujas. Realmente es algo menos común y más interesante: reunir información en la época del absolutismo. D'Hémery pertenecía a una línea de funcionarios racionalistas que se extendía desde Colbert y Vauban hasta Turgot y Necker. Pero trabajaba a un nivel modesto (el intelectualado era un punto clave, no sé si era tan modesto). Los expedientes a los que hace referencia evidencian su existencia y su desaparición. Sus informes se parecen al intento de poner orden al mundo. En este caso el mundillo de los escritorcillos y las celebridades de salón. Sólo que toma una forma diferente: la tendencia de la burocracia moderna por estandarizar, encasillar, archivar y clasificar. Sus descripciones intentando vincular rostros con carácter probablemente provenía de la fisonomía, seudociencia que había surgido en el Renacimiento y que se extendió por todas partes en los siglos posteriores por medio de libros populares vendidos por los buhoneros (véase Robert Mandrou, De la Culture populaire aux XVII et XVIII siecles: La Bibliotheque bleue de Troyes Paris 1964. Muchas descripciones eran del tipo "fisonomía detestable", "fisonomía dura, carácter duro también", "fisonomía muy honrada", "fisonomía pérfida", "fisonomía horrible", "la fisonomía más triste del mundo". El domicilio también tenía significado. Su forma de describir el domicilio y en sus anotaciones se deducía si era un marginado, un ser oscuro. Además por los detalles denotaba que esos hombres estaban vigilados. El policía parecía que escribía para sí mismo ya que muchas anotaciones no podrían haber sido leídas por un superior. Y los informes oficiales iban por separado. De manera que lo que anota es su visión del mundo y su intento de ponerle algún orden como necesita todo ser humano y además para organizarse en su investigación. Sus relatos sobre las historias de los escritores parecían resúmenes de novelas. Cuando describe la historia de Favart parece que estuviéramos leyendo al héroe de un cuento de campesinos, un pequeño hombre que se las ingenia para salirse con la suya en un mundo de cortesanos y lettres de cachet y luego de escapar del gigante (el Mariscal de Sisjornia) vivir felices para siempre con su amada esposa. Cuando describe a Francois-Joachim de Pierres, abate de Bernis, hijo acomodado que le permite hacer carrera, descarga su visión subjetiva y que es la misma visión común de la realidad que comparte sin saberlo con aquellos a quienes vigila, y escribe domicilio "conveniente", "en la flor de la edad...38", sobre su aspecto (también bueno..."bella fisonomía"). En éste caso no atiende a su trabajo literario, sino a su red de relaciones familiares, patrocinios y "protecciones", un término clave, que aparece en todos sus informes. Todo el que aparecía en los archivos de la policía estaba buscando, recibiendo u otorgando protección. Desde los príncipes y las amantes del rey hasta los folletistas de segunda clase. Mme. de Pompadour le consiguió una abadía a Bernis y éste le consiguió una sinecura a Duclos. Así funcionaba el sistema. La policía no cuestionaba el principio del tráfico de influencias. Se daba por supuesto: y nadie lo comentaba en la república de las letras ni en la sociedad en general. Yo me pregunto ¿Quién era Mme. de Pompadour que protegía a todos ? por ahí la que lo envió a D'Hémery. Servilismo de los escritores y vanidad de los protectores. La anotó sin disimulo. Jean Dromgold advirtió que el valor del conde de Clermont no había sido celebrado adecuadamente en un poema sobre la batalla de Fontenoy. Escribió el poema en un folleto y rápidamente fue nombrado Sécrétaire des Commandements de Mgr. el conde de Clermont. Y todos los casos son similares. Doufour, hijo del dueño de un café, era sospechoso, embroyador y buscavidas, un hombrecillo tortuoso y muy escurridizo, vendía literatura prohibida, escribió mucho, pero no le alcanzó para hacerse una posición y tuvo que renunciar al mundo literario y trabajar en una librería. D'Hémery no moralizaba y escribía sin disimulo sobre este mundo de servilismo y vanidad. Pero se conmovía cuando un protegido no tenía lealtad ciega hacia su protector. Y aprobó a un protegido que denunció a quienes iban a escribir una sátira contra la facción de su protector. Un escritor no sólo no debe morder la mano de quien lo alimenta, sino que debe golpear las manos de los enemigos. Así pensaba nuestro detective. El mercado literario, otro fenómeno, se distingue por su debilidad frente a la protección que figura por todas partes. Voltaire, que logró vivir de su pluma, era una excepción a la regla. Estos escritores también se convertían en protectores de los demás escritores. Un protector suyo logró también vivir de su pluma y lo llena de elogios en sus escritos, está consagrado a Voltaire, su protector. Cuando los escritores necesitaban dinero desesperadamente por lo general recurrían a actividades marginales como el contrabando de libros prohibidos o espiar a los contrabandistas para la policía. La dificultad estaba en un monopolio de los libros y en una industria pirata. Es famoso el caso de las 6000 libras que le pagaron a Rousseau por Emilio. Y 120 mil libras Diderot por 20 años de trabajo en la Enciclopedia. Había que estar pasándola mal para trabajar para los libreros. Lo que se buscaba era un sucedo de prestigio que le permita llegar a ganarse un protector que le consiguiera un puesto en la administración real o con una familia rica (me recuerda los libros de Dostoievski describiendo con furia la burocracia rusa y los inútiles funcionarios). También podían casarse. Lesueur representó un tipo ideal de carrera desde el punto de vista de la policía: empezando sólo con algo de talento y amabilidad, adquirió una reputación respetable, un protector, una sinecura y una esposa rica. (Noto yo que el perfil del policía es el del pícaro, el héroe de los cuentos de campesinos franceses, el ingenioso que sabe que con la moral no va a llegar muy lejos, y este perfil seguramente tenderá a desconfiar del moralista y del que tenga una ética muy dura y del lógico ingenio). No veía el matrimonio con ojos sentimentales. Lo veía como un movimiento estratégico para continuar en una carrera, o bien como un error. En sus informes, no las describía como inteligentes, cultas o virtuosas, sino como ricas o pobres. Parece que la mayoría de los escritores, en especial los que se dedicaban a los oficios intelectuales, nunca se casaban. Pero podían los escritores entregarse a las pasiones mientras buscaba el camino de la inmortalidad ?. D'Alembert aconsejó a los philosophes que llevaran una vida de castidad y pobreza. Pero D'Hémery sabía que esto no podía soportarlo un hombre. Después de espiar por el ojo de varias cerraduras, directamente o por medio de intermediarios, d'Hémery vio claramente que la mayoría de los escritores tenían amantes. Pero era más fácil decirlo que hacerlo. Las actrices de las Comedia Francesa raramente caían en brazos de los autores pobres, ni siquiera se enamoraban de los que tenían fisonomías como las de Marmontel y Favart. Los hombres de Grub Street tenían relaciones amorosas con mujeres de su medio: sirvientas, lavanderas, costureras y prostitutas. Este ambiente no tendía a producir familias felices.En general los matrimonios arruinaban a los escritores. El patrón se resume en la frase "es un caballero. Se casó con su lavandera". Visto así, los matrimonios de Rousseau y Diderot (uno se casó con una lavandera semianalfabeta y el otro con la hija de una lavandera) no parecen raros. Si los escritores no esperaban vivir de sus plumas y llevar vidas familiares respetables, ¿cómo es que las letras eran consideradas una carrera ? La dignidad de los hombres de letras y la santidad de su vocación ya habían surgido como leitmotiv en las obras de los philosophes. Pero este concepto no puede encontrarse en los informes de D'Hémery. La visión de la policía era la verdadera situación de los escritores de aquella época. No existía el autor moderno sin protectores, integrado al mercado literario y comprometido con su carrera. Los llamaba "muchachos" aunque tuvieran 57 años, casado y con hijos. Les faltaba una caracterización social. "oficios intelectuales". En el Antiguo Régimen no había una categoría para la gente como Diderot. "Muchacho" fue la mejor palabra que d'Hémery tenía para clasificarlos. Jamás hubiera usado este término para un oficial del ejército de 33 años o un médico de 31 como se ve en sus informes. "Muchacho" implicaba marginación y servía para situar a los que no podían ser situados, los indefinidos precursores del intelectual moderno, que aparecían mencionados en los archivos de la policía como gens sans état (gente sin posición social). Compartía los prejuicios de su época. La paliza que le dieron a Voltaire los sirvientes del caballero de Rohan es citada a menudo como ejemplo de la falta de respeto hacia los autores a principios de ese siglo, sin embargo en la era de la Enciclopedia, aun seguían siendo apaleados los escritores que ofendían a personas importantes. Saint-Fox había matado a varios críticos en duelos y aterrorizaba al que criticara sus obras de teatro. Era risible para la sociedad que un escritor defendiera su honor como si hubieran sido caballeros. Muchos escritores tenían su digneté independiente asegurada por otro lado, una posición de magistrado, abogado o funcionario de gobierno. Pero el escritor común estaba expuesto a las brutalidades de un mundo despiadado, y sus contemporáneos no lo tenían sobre un pedestal. Mientras que los philosophes ponían las bases del culto moderno al intelectual, la policía expresaba un punto de vista más ordinario y pedestre de su "juego". D'Hémery veía que la escritura producía hombres inútiles aunque admiraba el talento. Para él Voltaire era un águila por su espíritu, pero un mal sujeto por sus opiniones y Fontenelle era uno de los más hermosos genios de nuestro siglo. No existía la ideología como concepto para d'Hémery, pero la encontraba en la calle. Cierta forma de peligro por lo que había que vigilar. Y en este sentido de peligro calificaba a los escritores como buen sujeto, sujeto algo malo, sujeto malo, sujeto muy malo, o no sospechoso, sospechoso y extremadamente sospechoso (Lurquet). Relacionaba peligro con malos sujetos de una manera que era peculiar de la policía del Antiguo Régimen. Palmeux era un sujeto malo y peligroso porque enviaba cartas anónimas, contra sus enemigos, a las autoridades. Mlle Fauque de la Cépede era mala porque había engañado a dos amantes falsificando su escritura en dos cartas apócrifas, una intriga que podría parecer trivial hoy, pero que D'Hémery tomaba en serio: "ese talento es muy peligroso en la sociedad". La habilidad para comprometer a alguien parecía particularmente peligrosa en un sistema donde los individuos progresaban o se arruinaban según su crédit o reputación. (Nota mía: hoy en día un finder fee y administrador de inversiones de terceros depende exclusivamente de su reputación y el caso dreyfus la despedazó porque no recibió el dinero que esperaba). Los que gozaban de crédits, los que tenían altos puestos (gens en places) también tenían mucho que perder cuando dejaban de ser protegidos. A D'Hémery le preocupaba especialmente las personas que recogían información para dañar las reputaciones de los que tenían altos puestos. Así Nivelle de La Chaussée: "Nunca ha hecho nada sospechoso, sin embargo no lo quieren, porque lo consideran peligroso, capaz de dañar en secreto a la gente". Dañar en secreto-una idea que se transmite por los verbos como nuire y perdre (dañar, arruinar)- generalmente tomaba la forma de denuncia, el principio contrario a la protección, que funcionaba en el sistema como una fuerza compensadora. D'Hémery encontraba denuncias en todas partes a donde iba. La vigilancia de estas calumnias le requería tiempo completo a la policía. D'H'emery no se preocupaba cuando la reputación de la gente humilde estaba en juego (Nota mía: esto es una evidencia de que lo que protege la policía es el capital, incluso cuando se protegen derechos humanos se protegen con mayor preocupación derechos de humanos que representan mucho capital y con poca preocupación derechos de humanos que no representan casi nada de capital es decir que no valen casi nada). Era asunto de Estado cuando se calumniaba a los clanes y a los patrocinadores. Porque en un sistema de política cortesana, las personas contaban tanto como los principios, y la reputación personal podían ser minadas con un libelo bien distribuido. Nuestro inspector tenía su propios protectores que eran el inspector general de la policía y la facción d'Argenson en la corte cuyas reputaciones ponía especial interés en vigilar. Los informes muestran que a veces investigaba a un escritor puntualmente por órdenes de sus superiores . Sospechoso, malo y peligroso eran adjetivos que abundaban cuando investigaba alguien por encargo de sus superiores. Los libellistes más peligrosos apuntaban a las personas más importantes del reino, disparando sus sátiras desde el otro lado de las fronteras. Bertin escribía ´sátiras contra el país, gran virulencia contra el rey y toda la familia real y fue traído engañado de Londres por un agente y encerrado dos años en La Bastilla. Según él mismo interpretaba le incumbía la protección del reino y la supresión de todo lo que pudiera dañar la figura del rey "un hombre peligroso que puede destruir un reino" escribía. Nouvellistes, periodistas primitivos. Los tomaba en serio porque tenían serios efectos en la opinión pública. Los agentes de la policía siempre estaban recogiendo conversaciones sediciosas, propos. Y los escritores a menudo eran encarcelados por éstas. Un caballero se había vuelto novelista y se había vuelto "extremadamente libre en sus propos". Dreux du Radier, exiliado "por sus propos"; Mellin de Saint-Hilaire, enviado a La Bastilla "por haber hecho propos... contra Mme de Pompadour"; Antoine Bret en la Bastilla por hacer participado en "propos sediciosas contra el rey y Mme de Pompadour". A veces casi podemos oír esas conversaciones. (Jack Pauer que suena a power) La esposa de un vendedor, Mme. Dubois, le envió a la policía un poema criticando al rey para incriminar a su marido. Al rey lo atacaban en todos los medios de comunicación de la época: libros, libelos, gacetas, rumores, poemas y canciones. Por eso al policía le parecía frágil el reino. Si el protector supremo perdía la lealtad de sus súbditos, podía quedar destruido todo el sistema de protección. En tanto en la Place de l'Estrapade, un "muchacho" llamado Diderot estaba escribiendo un dictionnaire encyclopédique. Pero no eran libelles, sino ensayos sobre la Ilustración, que no parecía ser una fuerza amenazante en los informes. De hecho, sencillamente no se mencionaba. Aunque reunía expedientes sobre casi todos los philosophes que habían publicado algo hasta 1753, no los consideraba un grupo. Y a menudo les daba un certificado de buena conducta en forma individual. No solo escribía con respeto sobre las personas maduras y distinguidas como Fontenelle, Duclos y Montesquieu, sino que también describió a D'Alembert como "un hombre encantador por su carácter y su talento" Rousseau figuraba en sus informes como individuo irónico, pero como "persona de mérito eminente" y "gran inteligencia" que tenía un talento especial para la música y las polémicas literarias. Hasta Voltaire, "un sujeto muy malo" básicamente aparecía como una persona famosa e intrigante del mundo de las letras y de la corte. Ignoraba totalmente el grupo de intelectuales reunidos alrededor de casi todos los salones filosóficos. Por lo visto no había identificado el medio filosófico y no concebía la Ilustración como un movimiento coherente de opinión o ni siquiera la concebía. La corriente cultural que aparece como un movimiento dominante de la historia cultural en la mayoría de los libros de texto, no aparece en los informes de la policía. Sin embargo estaba allí, bajo la superficie. A diferencia de los libellistes y nouvellistes, Diderot representaba una variedad insidiosa de peligro: el ateísmo. La vigilancia de la religión era una parte importante del trabajo de la policía. El ateísmo minaba la autoridad de la Corona. Y debía ser vigilado por la policía pues a los libertins tanto como a los libelles. Ya sea golpeando bajo el cinturon con calumnias personales o se extendiera por la atmósfera desde las buhardillas de los philosophers. Por eso Diderot aparece como la encarnación del peligro en los archivos de la policía: "es un muchacho muy ingenioso, pero extremadamente peligroso".
Los filósofos podan el árbol del conocimiento: la estrategia epistemológica de la enciclopedia. Usamos categorías porque están dadas. Ocupan un espacio epistemológico anterior al pensamiento y por ello tienen un extraordinario poder de permanencia. Darnton pone de ejemplo la clasificación de animales en la enciclopedia china en El orden de las cosas de JL Borges comentada por Foucault donde éste dice que esa clasificación por inconcebible nos expone con la arbitrariedad de las clasificaciones que usamos para ordenar las cosas. Las cosas se mantienen unidas solo porque pueden acomodarse en un esquema clasificatorio que no es cuestionado. Clasificar, por consiguiente, es ejercer el poder. Un individuo relegado al trivium y que no se sitúa en el quadrivium, o en las ciencias "blandas" y no en las "estrictas", puede malograrse. Un libro mal colocado en un librero puede desaparecer para siempre. Un enemigo definido como infrahumano puede ser aniquilado. Toda actividad humana se realiza dentro de fronteras determinadas por esquemas de clasificación, elaborados o no explícitamente, consciente o inconsciente. Todas las fronteras son peligrosas. Si quedan desprotegidas pueden ser violadas. Nuestras categorías pueden destruirse y nuestro mundo disolverse en el caos. Establecer categorías y vigilarlas, por consiguiente, es cosa seria. El debate acerca del método y la disposición correcta en el ordenamiento del conocimiento conmocionó a toda la república de las letras en el siglo Toda actividad humana se realiza dentro de fronteras determinadas por esquemas de clasificación, elaborados o no explícitamente, consciente o inconsciente. Todas las fronteras son peligrosas. Si quedan desprotegidas pueden ser violadas. Nuestras categorías pueden destruirse y nuestro mundo disolverse en el caos. Desde luego, los filósofos habían reordenado la manera de pensar a partir de la época de Aristótles. Reordenar el trivium y el quadrivium, las artes liberales y las mecánicas, los studia humanitatis y todas las ramas de los antiguos estudios fue el juego favorito de los esquematizadores y de los sintetizadores durante la Edad Media y el Renacimiento. El debate acerca del "método" y la "disposición" correcta en el ordenamiento del conocimiento conmocionó a toda la república de las letras en el siglo XVI. De aquí surgió la tendencia a comprimir el conocimiento en esquemas, generalmente diagramas tipográficos, que ilustraban las ramas y las bifurcaciones de las disciplinas de acuerdo con los principios de la lógica ramista. Enciclopedia deriva del griego: concatenación de las ciencias. Esta clasificación que intentaban ponía en juego lo que sería aceptado como cognoscible y el límite con aquello sagrado y tabú. Circunnavegar el mundo del conocimiento. Mappemonde. El mismo intento de imponer un nuevo orden en el mundo volvió conscientes a los enciclopedistas de la arbitrariedad de todo el ordenamiento. La propuesta de clasificación de Bacón le resultaba más atractiva que la de Charbers porque surgía de las facultades de la mente (Nota mía: y las facultades de la mente fueron diseñadas por la especie y aprehendida del entorno y tienen un objetivo, la especie escogió una forma de funcionamiento, reglas de verosimilitud, para satisfacer un objetivo: seguir siendo voluntariamente). Bacon atribuía decisiones de la providencia en el mundo y los enciclopedistas se la atribuyeron a los intelectuales como ellos. El hombre forja su felicidad. La historia es la primera facultad mental, la memoria. Y la dividieron en los actos del hombre y su conocimiento. Grandes naciones y grandes genios. Reyes y hombres de letras. Conquistadores y filósofos. Posicionaba a los philosophes. Y le daba una gloriosa trayectoria histórica desde el Renacimiento hasta la Ilustración. Bacon con la metáfora de la estatua de Polifemo sin su ojo dice que se ve mejor al hombre si se desconoce su historia literaria o filosófica o del conocimiento (opuesta a las artes de la imaginación). Los enciclopedistas la misma metáfora la malinterpretaron estratégicamente y justificaron la necesidad de ponerle el ojo a la estatua. La filosofía era el tronco principal. La religión, aparecía como "teología revelada" y fue a parar junto a supersticiones, magia negra, espíritus buenos y malos. Transmitían un mensaje sólo con situar las cosas. Nueva dimensión en la catalogación del pensamiento. La forma tenía significado y la morfología se convertía en ironía. "No debemos someter los misterios de Dios a nuestra razón" decía Bacon (Nota mía: pero si decía otra cosa lo prendían fuego) y que de su mezcla salía una religión herética y una filosofía imaginaria y fabulosa (Nota mía: pero al separarlas tiene más libertad de filosofar sin que lo investigue el clero o el rey como justamente lo estaba haciendo D'Hémery a los escritores). Diderot y D'Alembert someten la religión a la filosofía, la descristianizan, profesan la ortodoxia. Dios se había revelado a sí mismo en la "historia sagrada" (nota mía: esto es aprovechado por el enfermo Hegel) y la revelación es un hecho sometible a la razón. Puede llegarse al conocimiento de Dios a través de la razón. La ciencia de Dios: plantean un progreso natural de la mente humana de individuos a especies y de ahí a especies y a géneros y así de géneros estrechamente relacionados a lejanos creando una ciencia en cada etapa y así a una inteligencia increada e infinita es la idea de Dios naturaleza infinitamente eterno y donde todo es accidente de ese Uno Dios de Spinoza, un monismo. La génesis del conocimiento en las mentes y la exposición de su desarrollo en la sociedad. Un tríptico con la morfología del conocimiento en el centro y su epistemología y su historia en los paneles laterales. Al circunnavegar el mappemonde del conocimiento D'Alembert se pierde en contradicciones. Planteo que todo el conocimiento deriva de sensaciones y reflexión. Siento, luego existo. La ideación empezaba con el zumbido de las sensaciones y no con una busca introspectiva de ideas innatas. Del conocimiento del yo, a los objetos externos, placer y dolor y luego las ideas morales. Parece plantear una ética utilitarista y pasa de la consideración de cómo se desarrollan las ideas en el individuo a cómo forma éste las sociedades. Esto lo llevo al principio: al hombre en estado natural. Los hombres pre sociales salvajes hobbesianos sometidos al derecho bárbaro de la injusticia llamado la ley del más fuerte y no la ley natural lockiana (Nota mía, Spinoza brilla por su ausencia). La opresión despierta sentido moral y se organiza en sociedades para proteger derechos legítimos. En sociedad cuestionan fuente de su moral. No venía del mundo físico. Del espíritu dentro de nosotros que obligaba a reflexionar sobre la justicia y la injusticia. Dos principios funcionales: mente y cuerpo. Al reconocerlos percibimos nuestra imperfección que implica una idea anterior a la perfección misma. Finalmente llegamos a un concepto de Dios. Era una argumentación extraña. Se embrolló entre Hobbes y Descartes. Dice que el surgimiento de la ética obliga al hombre a descubrir su alma y surge el dualismo cartesiano, separación entre cuerpo y alma (Nota mía: que Spinoza ya renegaba al decir que el cuerpo era parte del alma), la esclavitud mutua cuerpo-alma y su imperfección nos hace dar cuenta de Dios (chan). La ética fruto de las sensaciones (chan) esta incongruencia sugiere que Diderot que no era tonto quiso esquivar a los monjes. La moral es una muestra de conocimiento perceptivo del alma. Es incongruente. Pero se las arregla para relegar la teología al mundo de lo incognoscible y declarar cognoscible solo lo que llega por los sentidos usando argumentaciones morfológicas y epistemológicas. Esta tarea la concluye con la argumentación histórica. Historia: triunfo de la civilización, obra de los hombres de letras. Expone su punto de vista según el cual todos los grandes hombres eran filósofos. Lamenta la Edad del Oscurantismo y celebra la Edad del Renacimiento. Y se concentra en los más importantes grandes hombres: Bacon, Descartes, Newton y Locke. Propone a Bacon como el primer filosofo que libera a la humanidad de las tinieblas. Suscribe al Descartes que duda, pero no al Descartes metafísico. La doctrina de las ideas innatas era un retroceso porque la razón se descarriaba más allá de la experiencia sensible (Nota mía: estas ideas innatas son los pensamientos puros a priori cuyo origen suma: 1-proposiciones estructurales surgidos de la relación con otros individuos de la especie ya sea a través de la educación u otras experiencias principalmente con fuerte carga emocional como suelen ser las primeras experiencias y que frecuentemente derivan en prejuicios; 2-proposiciones en el subconsciente -experiencias emocionales y proposiciones recibidas genéticamente de la especie- y 3-proposiciones deducidas-no sintéticas, no creadoras de conocimiento nuevo, sino contenidas- de las anteriores). Al minarle el paso a las ideas no originadas en la experiencia, lo hace con la metafísica entera y le abre el camino a Newton, el filósofo moderno porque limitó la filosofía al estudio de los fenómenos observables. (Y la prueba de su verdad estaba en que había descubierto las tres leyes de la física inercia, reacción y relación masa-aceleración la relación entre fuerza, masa y movimiento y la tendencia del movimiento a mantenerse constante) Era este un Newton modesto. El Newton de las Letras filosóficas de Voltaire y no el de la Revelación. Había un paso a Locke y a la "física experimental del alma". Locke era la máxima modestia, fijó los límites definitivos de lo cognoscible: sensación y reflexión. Los otros científicos y filósofos llenarían los huecos. Galileo, Harvey, Huyghens, Pascal, Fontanelle, Buffon, Condillac, Voltaire, Montesquieu y Rousseau. Desde el Renacimiento, una marcha progresiva de la razón. Pero algunos precedían a los cuatro jefes. Entonces Pascal era un físico con inclinación teológica y Leibniz matemático que frecuentaba la metafísica. Rousseau era particularmente embarazoso su Discurso sobre las ciencias y las artes desaprobando los valores de las artes y las ciencias minaban toda la empresa enciclopédica. El discurso preliminar está minado de anécdotas violentas y heroicas. Cadenas que se rompen, velos que se rasgan. Descartes les mostró el camino para liberarse de los prejuicios y de la barbarie...y les permitía presentarse con un pasado heroico y de perseguidos o desdeñados. Parecía que la única historia era la intelectual y que los filósofos fueran profetas. Promulgó la declaración de la independencia de la gens de lettres como grupo social. Este punto de vista le debía mucho a Voltaire quien había proclamado la importancia de los hombres de letras en las Lettres philosophiques(1734). La historia progresaba por medio de la perfección de las artes y las ciencias; éstas mejoraban por los esfuerzos de los hombres de letras y estos ofrecían la fuerza motriz para el proceso total mediante su actividad como philosophers."Este espíritu filosófico parece constituir el carácter de los hombres de letras”. Enciclopedista y filósofo llegaron a ser casi sinónimos y D'Alembert contribuyó al glorificarlos como lo máximo de las gens de lettres, los herederos de Newton y de Locke, al final del Discours préliminaire. Civilización=gens de lettres=philosophes. Así como en la primera parte se demostró que no había un conocimiento legítimo fuera de las ramas del árbol baconiano, en la última parte se mostró que no había gens de lettres legítimas fuera del círculo de los philosophes. En la segunda parte se podó el árbol para adaptarlo a las necesidades de la epistemología de las sensaciones y en la primera parte se excluyó todo conocimiento que no tuviera una base empírica. Así el conocimiento no empírico, la doctrina enseñada por la Iglesia, fue desterrada, y los guardianes de las fronteras en la tercera parte resultaron ser los philosophes. Lejos de ser un compendio neutral de información la moderna Summa modeló el conocimiento de tal forma que se lo quitó al clero y lo puso en mano de los intelectuales comprometidos con la Ilustración. El triunfo definitivo se produjo con la secularización de la educación (Nota mía: acá al revés dos siglos después la iglesia sigue firme y en aumento "educando") y el surgimiento de las modernas disciplinas académicas durante el siglo XIX (continuación de las universidades internas al monasterio). En 1750 los enciclopedistas reconocieron que el conocimiento significaba poder, y al deslindar el mundo del conocimiento, se propusieron conquistarlo. (se sumaba otra forma de poder al que ya venía surgiendo también nuevo: la riqueza, es decir que en la Revolución francesa se establece el conocimiento como forma de movilidad social y ya en la Revolución Industrial se había establecido el dinero)
Los lectores le responden a Rousseau: la creación de la sensibilidad romántica. Estudio antropológico de la lectura. Cómo hace el hombre para darles significado a los signos escritos que recibe de la cultura. Qué interpreta en un lugar y tiempo determinado. La pelea de JJ Rousseau con Diderot por su discurso sobre las ciencias y las artes donde las tacha de corroer la moral, da en el corazón mismo de la Enciclopedia. Su crítica a la gens du monde, (gente de mundo) frívola. Ama Ginebra y a Suiza. Critica la novela y después quiere escribir una y no sabe como justificarse. La lectura intensiva hasta 1750 y la extensiva posterior. El vínculo íntimo y sin intermediarios escritor-lector que logra Rousseau y cómo los lectores aceptaron su propuesta de leer ficción como si fuera real y vincularse emocionalmente para dar salida a sentimientos virtuosos. Berk planteaba lectura intensiva preparando el espíritu para leer y apropiándose del significado del texto para aplicarlo a la propia vida. La lectura te hace libre e independiente y es un escape para expresar nuestro corazón y nuestra mente. Y le atribuí atribuyó esta concepción de la lectura a JJ Rousseau. Berk le dedicó un capítulo y citó en la portada las líneas de la Nouvelle Elloise: "leer poco y meditar mucho nuestras lecturas, o comentarlas extensamente entre nosotros, es la manera de digerirlas cabalmente". Creo que no hubo tal revolución hacia la lectura extensiva. Surgió un espíritu rousseauniano. Rousseau enseño a sus lectores a digerir los libros tan totalmente que la literatura llego a absorberse en la vida. Los lectores rousseaunianos se enamoraban, se casaban y criaban a sus hijos impregnándose en las letras impresas (como me pasó a mí con la biblioteca pediátrica de Johnson & Johnson que me ayudó a establecer ese vínculo increíble y hermoso padre hija con mi chiquita). Pero este modo de religiosidad personal que se aplicó a un género que anteriormente parecía incompatible, la novela, es la herencia calvinista del propio Rousseau y que él mismo aplicó. Quizás esa lectura religiosa que el público aplicó a las novelas de Rousseau también tenga una chispa en la lectura de Nietzsche, Camus o la sicología popular actual. Pero buscarle un paralelo es restarle la importancia que realmente tuvo el rousseaunismo. Ranson y sus contemporáneos fueron una especie peculiar de lectores que surgieron en el siglo XVIII y empezó a desaparecer en la época de Madame Bovary. Los lectores rousseaunianos de la Francia prerrevolucionaria penetraban en los textos con una pasión que apenas podemos imaginar, tan extraña a nosotros como el deseo de pillaje de los normandos...o el temor a los demonios entre los habitantes de Bali. Hay lecturas para agradar (plaire, finales del SXVII), para divertir(distraire, fines siglo XIX), pero también hay para alcanzar el cielo, comprender las leyes de la naturaleza, mejorar sus modales o reparar sus radios. Demasiadas formas. Sería simplista encasillar. Pero la variedad rousseauniana debe reconocerse como un fenómeno histórico diferente porque los lectores del Antiguo Régimen vivieron en un mundo mental que hoy día es casi inconcebible. Ranson encarnó al lector ideal, exactamente el "otro" al que se dirigía Rousseau. El ideal imaginado en el texto y al lector real que compraba los libros. La forma como unió estos papeles muestra la eficacia de la retórica rousseauniana. El escritor y el lector realizaron una transformación en un modo de comunicación que superó la literatura y que dejaría su marca en varias generaciones de revolucionarios y románticos.
Conclusiones: podemos sacar conclusiones acerca de la historia de las mentalités?. Continúa siendo oscuro aunque los franceses han tratado de rodearlo de prolegómenos y discursos del método. Lo más revelador de sus trabajos programáticos es un ensayo de Pierre Chaunu "Un nuevo campo para la historia estadística: cuantificaciones en el tercer nivel". Hace un conjunto de suposiciones que se repiten en toda la historiografía francesa más reciente, en la estructura de las mejores tesis de doctorado, une marxismo y revisionismo y aparece en la revista francesa de historia más influyente Annales: Economías, sociedades, civilizaciones; pueden distinguirse niveles en el pasado, los primeros (economía y demografía y estructura social) influyen en el tercero (cultura) y la cultura puede entenderse como los niveles más profundos(análisis estadístico, juego de estructura y conexiones y considerando los cambios a largo plazo más que los sucesos). Los franceses cuentan, cuantifican. Todo se deriva de la curva (gráfica). Pero la elección ‘del parámetro y su interpretación si miramos las ideologías de los intelectuales, son subjetivas. Las estadísticas sobre precios de la economía, sobre la vida en la demografía y las categorías profesionales en la historia social son fabricados por el historiador. Los objetos culturales no. Los fabrican y significan las personas a las que se estudia. Necesitan ser interpretados, no contados. A pesar del auge hace quince años, perdió impulso en Francia la historia de las mentalidades. Interés excesivo por la cuantificación de la cultura y menos precio del elemento simbólico en las relaciones sociales. Se tiende a asumir que los sistemas culturales derivan de los órdenes sociales. Quizá es así, pero cómo sucede ? esta pregunta generalmente no es reconocida. Orientar la historia cultural hacia una nueva dirección: la antropología. Historia y antropología, ambas disciplinas, están destinadas a converger. Los antropólogos no tienen un modelo común y seguramente si les preguntan por el significado de cultura sin duda terminarán haciendo una guerra de clanes. Pero tienen una orientación compartida cuando confrontan con su tribu: busca el punto de vista del nativo y la dimensión social del significado. Los elementos culturales son compartidos como el lenguaje que hablamos. Y el interés se posa sobre la expresividad, el estilo tanto como la lexicología y la sintaxis y este interés se aplica a las sociedades y a los individuos. Cada quien habla a su modo, pero compartimos la misma gramática, aunque generalmente estamos inconscientes de ésto. Los errores gramaticales los descubre hasta un analfabeto, pero si el error pertenece a un dialecto popular no son errores, algunas cosas se consideran errores y otras no pueden decirse. Los antropólogos pudieron haber exagerado el concepto de la cultura como lenguaje, pero esto es tonificante para los historiadores, pues si la cultura es idiomática, puede recuperarse. Pero cómo podemos reunir los mundos simbólicos que desaparecieron hace muchos siglos? Este libro es un intento de hacer eso exactamente. Pero también evitar el peligro de un positivismo fuera de lugar. Las evidencias culturales no son las páginas del Congressional record. Tampoco el otro extremo y pensar que todo está permitido en la historia antropológica. Podemos entender mal las culturas igual que cometemos errores en el habla. Aunque no lleguemos a exactitud, debemos ponernos en contacto con la otredad de las otras culturas. Mi sugerencia es buscar las partes oscuras de los textos. El momento más promisorio en la busca quizá es el más enigmático. Lo inconcebible es un punto válido para ingresar a una mentalidad extraña. (Nota mía: tomarlo en cuenta al antropologizar al oficial de justicia). Una vez entendido el punto de vista del nativo, entender su mundo simbólico. En la matanza de gatos, entender la broma en un caso tan poco divertido como una matanza ritual de gatos, es el primer paso para "entender" la cultura. Problema: selección arbitraria de material y conclusiones abusivas. Cómo no confundir algo cultural, compartido con algo perteneciente a una idiosincrasia individual. No encuentro una manera clara de distinguir entre idioma e individualidad. No es metodología, pero recomiendo trabajar una y otra vez con los textos y los contextos. No evapora el elemento idiosincrático y permite entrar en el campo común. Ir del idioma a la expresión individual no parece viable porque nunca encontramos el idioma puro. Interpretamos textos. La gramática general de la cultura debe estar empotrada en los documentos que dejaron y debemos poder exhumarla. No estamos de acuerdo con últimas fronteras, respuestas definitivas, las preguntas siguen cambiando. Pero si hubiera serían las palabras de Marc Bloch, no importa su equipaje profesional, confiar en su instinto y en su sentido del olfato "un buen historiador se parece al ogro de la leyenda. Cuando huele la carne humana, sabe que encontrará su presa". (Agrego yo: ya se encargarán los otros de refutarte, pero todas las voces deben gritar )
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