Esperando la carroza

Mientras una gran parte de la población argentina siga creyendo que sus ancestros eran reyes europeos que descendieron en la pampa con sangre azul y triple apellido, mientras no se reconozcan a sí mismos como los hijos de aquellos miserables que se subieron a los barcos huyendo de su nobleza, para no seguir comiendo solo un poco de pan y viviendo hacinados cinco o seis en una pieza sin ventanas. Hijos huyendo de su propia cultura miserable y cruel con policías, jueces, acumulación y propiedad privada. Y que encontraron acá gentes que no conocían la crueldad y que cuando eran tomados prisioneros se burlaban hasta el último suspiro para no doblegarse ni mostrarle miedo a su enemigo. Hasta que no reconozcan su complejo de inferioridad. Hasta que no tomen conciencia de sí seguirán prefiriendo hundir el barco que compartir ciudadanía con los pobres despojos de bárbaros que las civilizadas criaturas descendidas de las naves plenas de civilización aniquilaron.