Tratado de la Equivalencia entre sistema de desigualdades y triada [ética de la caridad-moral práctica de la injusticia-mecanismo disciplinador de la falsa acusación] demostrado por el método analítico
Prólogo
La sociedad de la caridad
P-Porque vivimos en una ética de la caridad
S-¿Eso qué significa?
P-Significa que el primer mandato del deber ser, es que somos mejores cuanto más caritativos
S-Pero a mí me parece que eso es algo lindo
P-Para que podamos llevar una vida caritativa, necesitamos de quienes necesiten caridad, y cuanto más se necesita caridad más formas de ser mejor tenemos, si nadie la necesita, no tenemos forma de ser buenos y mejores según el primer mandato de esta ética. En realidad injusticia y caridad son dos caras de una misma moneda. Para que haya caridad hace falta que haya injusticia: agraciados y perjudicados. Y para que haya injusticia, hace falta que haya caridad, porque si no hubiera caridad, la injusticia seguiría creciendo hasta el infinito, porque la potencia, se potencia a sí misma. La caridad pone un límite a la injusticia, pero la mantiene, la necesita, es su razón de ser.
S-Está bien papá, todo lo que quieras, pero yo te había preguntado por la violencia...
P-Claro, es que la injusticia y la caridad, que como vimos se justifican mutuamente, crean un ciclo de vida social de altos y bajos entre los agraciados, que son los mejores porque son los caritativos, aunque esto es una forma falsa de decir que son los únicos que pueden hacer caridad y por lo tanto los que se arrogan para ellos solos la posibilidad de ser los buenos y los perjudicados que necesitan de la caridad, pero la reciben con la violencia de saberse perjudicados y que como no pueden hacer caridad, eso mismo que la ética reclama, son los malos, entonces son perjudicados y malos, los peores de los peores, pero en este clima de malestar por personas que se sienten las peores, mediante distintos tipos de violencia, los perjudicados algún día logran beneficiarse, pero puesto que padecen una necesidad descarnada de salirse de ese estado de perjuicio, salen con crueldad, la misma crueldad con la que antes habían llegados a beneficiarse los anteriores, y esta dinámica social de beneficiado caritativo-perjudicado necesitado, bueno-malo, todos se mueven en la injusticia, entonces es por eso que te decía que la ética de la caridad, proclamada así en las normas morales, es en los hechos una ética injusta, muy, muy muy, injusta.
S-Algo entendí papá, pero...y si no hubiera caridad, ¿no sería mayor la injusticia ?
P-Si no hay caridad, no se tolera injusticia más allá de ciertos límites, el mismo sistema estalla a no ser que se auto-regule, frenando el grado de injusticia, y manteniéndolo en niveles aceptables, ya que si el perjudicado no recibe caridad y sigue esta retroalimentación en función de la potencia y la impotencia, el beneficio de algunos y el perjuicio de otros, los más perjudicados, morirían. De manera que tienen que ser mantenidos dentro de límites morales por mecanismos que les permita sentirse completos y buenos, y puesto que ya no sentirían la misma necesidad descarnada por salirse de un estado de perjuicio, puesto que no es tal, su ascenso al nivel de beneficiario no se da mediante injusticias, sino por esfuerzo, si es que están dispuestos a ello y si no, no por ello dejarán de tener una vida digna, y el esfuerzo por sí mismo, no genera injusticia y si no hay alguien dispuesto a pasar al lado de los beneficiados a cualquier costo, injustamente, cuando lo sea, será un beneficiado sin injusticia y así será su trato hacia los más perjudicados: moderadamente justo, y así, la dinámica social crea un clima de naturalezas similares que tienen a ser cada vez más cercanas hasta el punto en que muchos individuos pueden potenciarse mutuamente en objetivos comunes y donde el foco ya no está puesto en la necesidad descarnada de pasar a cualquier precio al sector de ciertos beneficiados, sino, en otras actividades, como podría ser, pensar y conocer más y más a nosotros mismos y lo que nos rodea. Y en esta dinámica, se respiraría más justicia, más perfección en el sentido de completitud, y más bondad. Y llegaría un momento, después de mucho tiempo, en que si un visitante llegara y les preguntara sobre la caridad y se los explicara, se horrorizarían, por el solo hecho de pensar que podrían permitirse que uno de los suyos pudiera padecer tanto como para necesitar eso que les explica el visitante y que lo llama caridad...
S-Pero papá, si todo eso fuera así como vos me lo contás, entonces las personas están siendo invitadas a ser injustas, para ser caritativas, porque si son piadosas y sensibles del dolor del otro, no podrán beneficiarse y no podrán ser caritativas y entonces serían malas por no querer ser crueles, eso sería una terrible ironía
P-Es que bueno y malo tiene el significado que le queramos dar, y en la sociedad de la caridad, bueno significa injusto y caritativo y malo significa sensible y sin nada para ofrecer en caridad.
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M-cuando las personas actúan en grupo, se relaja su represión inconsciente
S-Sí, pero papá, ¿porqué algunos grupos hacen siempre mucho daño y otros no?
M-A las conductas humanas que no pueden explicarse comparando y contrastando con los comportamientos individuales, tenemos que buscarles explicación en lo que se llama Ética. Indagar en qué consiste lo bueno, lo correcto y lo práctico para esas personas. Como ya te comenté hija mía, las personas en comunidad siguen inconscientemente innumerables normas de conducta, y dentro de esas hay un conjunto, en comparación reducido, que se diferencia del resto, porque tienen que ver con lo bueno y lo correcto. Son mandatos acerca de cómo debemos actuar, pensar y sentir para estar en lo "bueno" y en lo "correcto" y que si nos salimos de ese marco nos sentimos mal con nosotros mismos, y que si nos movemos dentro de ese marco, sentimos que esa voz interna que nos controla está complacida. Todo ésto está comprendido dentro de lo que llamamos normas morales, es un tipo de moralidad, un modo de deber ser que las comunidades exigen a sus integrantes y sus causas y principios primeros son estudiados por una rama de la filosofía que es llamada Ética.
S-¿Aunque es bastante confuso papá, creo haber entendido: eso significa que si las personas que solitas parecen buenas, pero en grupo son capaces de hacer mucho daño, lo hacen porque han sido educados dentro de una ética que permite o incluso demanda y exige esa crueldad?
M-Yo no hubiera podido haberlo dicho mejor hija. Te agrego algo más. A veces la ética de un grupo está identificada con un líder, otras veces la exigencia de crueldad está explícitamente en las propias enseñanzas que imparte el grupo. Por ejemplo, si un grupo tiene entre sus enseñanzas que los que se niegan a formar parte, son malos, cuando se muevan en masa y con su represión inconsciente reducida, buscarán hacerles daño a esos "malos". O si está bien visto esforzarse y progresar, sin importar cómo, cuando se encuentren motivados entre sí, encuentren satisfactorio progresar a través del uso e incluso del sufrimiento, preferentemente -por una cuestión de identidad social- de los que no pertenecen al grupo, pero si estuviera implícito en el "deber ser", crecer a expensas de los otros integrantes del grupo, se arrancarán los ojos sin ningún cargo de consciencia.
Inicio del Tratado |
Si los datos con certeza absoluta son escasos, el universo implícito deducible difícilmente aportará mucho para dar con las causas del acontecimiento o explicación del efecto, o camino temporo-causal recorrido. Si el caudal de información es lo suficientemente importante y la imaginación ágil, y sugiere un escenario posible, pero desconocido e indemostrable por deducción, podemos tomarlo como hipótesis, a través de un pensamiento abductivo, recorrer algún camino reemplazando las variables desconocidas por incógnitas hasta llegar por mecanismos inductivos de la mente a una identidad o teorema conocido. Si lo logro, habré obtenido teoremas conocidos, un principio causal de la hipótesis que me planteé originalmente y tendré elementos para demostrar este principio causal, por sí mismo, para descartar que no se trate solamente de algunas hipótesis, y así tener una síntesis o demostración del principio o ley.
A lo largo de este largo y sostenido intercambio de ideas con la Sociología, la Antropología, la Filosofía, la Lógica, las Matemáticas y las Ciencias Políticas, mi imaginación me presenta con mucha fuerza, con fuerza de intuición, la hipótesis que ahora busco demostrar, a saber: una triada necesaria y suficiente para sostener un sistema de desigualdades, dada por: una ética: la ética de la caridad y de la gracia de dios o perdón; una moral de hecho: la injusta realidad y un instituto de disciplina necesario: la falsa acusación.
Lo que he de demostrar es, primeramente, que sin esta triada no hay forma posible de llegar al tipo de sociedad en la cual nos encontramos, es decir, a un sistema de privilegios o sistema de desigualdades. Para lo cual, tomaré los tres elementos de la triada por separado. Probaré su necesidad para mantener un statu quo (statu quo entendamos es un eufemismo de sistema de desigualdades o sistema de privilegios) y cómo se perdería el statu quo si uno de estos elementos faltase, lo cual llevaría irremediablemente a una comunidad extremadamente más justa.
Luego demostraré que esta triada no se sostiene en ausencia de un sistema de desigualdades, donde los privilegios son inherentes al propio sistema. Al haber probado su necesidad mutua, habré probado su equivalencia.
Presentaré casos históricos, donde en ausencia de uno de estos pilares, no hay tal sistema de desigualdades. Y cómo fue que otros sistemas mutaron a éste. Y el significado oculto de dichas mutaciones, es decir su genealogía.
De la genealogía, desprenderemos un dato de lo más importante: la falsa acusación es practicada con efectividad solo por el statu quo (institución hierocrática, institución punitiva y los clanes privilegiados) como un acto consciente y voluntario.
En otras palabras, nacemos dentro de un sistema de desigualdad social constituido y sostenido por tres pilares que forman una triada inseparable: una ética, una moral y un instrumento disciplinador (la ética y el instrumento disciplinador, generalmente son sostenidos por las instituciones correspondientes, además el instrumento disciplinador es punitivo).
Dada la triada, tal desigualdad existe necesariamente y es sistémica y no podría existir sin esta triada. Y tal triada no podría justificar su razón de ser, sin una desigualdad sistemática a la cual debe sostener. Son interdependientes y equivalentes.
Si ésto queda demostrado, es directa la vinculación del statu quo: la asociación hierocrática de actividad continuada, los clanes privilegiados y la Asociación punitiva de actividad continuada en el crimen universal: la falsa acusación. Aunque restaría averiguar si su comportamiento individual es inducido, o consciente y voluntario. En este punto, vamos a introducirnos en otro aspecto relevante, y probaremos que se trata de otra verdad necesaria, a saber: la institución que sostiene a la ética de la caridad y de la gracia divina y la que sostiene al instrumento normalizador de la falsa acusación, no pueden ser más que formas de burocracias, estructura acéfala con voluntad externa. Luego, habiendo alcanzado la imposibilidad de que sea de otra manera, nos remitiremos a las conclusiones respecto a los actos dentro de burocracias en general, aprovechando la enorme cantidad de material, fundamentalmente legal, que se ha escrito respecto a los crímenes dentro de burocracias. Inclusive la experiencia en la Segunda Guerra Mundial y durante el régimen despótico durante los años 1976 a 1983 en la Argentina. Aunque también puede tomarse material de la descolonización de África y Asia. Mucho se ha escrito en este aspecto, en la búsqueda casi desesperada del origen del mal radical, cuando no puede identificarse al individuo perverso. Y también acerca de la falacia de la obediencia debida. Uno de los aspectos más asombrosos de esta triada que investigamos es su capacidad para lograr que personas sinceramente interesadas por el otro, actúen injustamente. Esto lo logra mediante mediante presión externa (social) e interna (prejuicios desde la educación más temprana) y deshumanizando a los clanes no pertenecientes al statu quo. (podemos ver un ejemplo en el Anexo al final de este Tratado)
Probaré, finalmente, que el capital tiende a mantenerse estable dentro de los clanes en que podemos partir el sistema de desigualdades(un clan es un grupo que comparte un sentido de pertenencia y de referencia o identidad social, dentro del sistema de desigualdades sociales. El integrante de un clan se auto-reconoce como tal y es reconocido como tal por los otros dentro y fuera del clan).
Falsa acusación sistémica, necesaria e irreemplazable. (Ir a Doc)
Acerca de la necesidad de un sistema de desigualdades, para sostener una triada caridad-injusticia-falsa acusación |
Lo que se demostrará en este apartado es que una institución de la caridad y del perdón divino, más una institución de la falsa acusación y una moral fáctica injusta, no pueden sostenerse en un sistema relativamente justo, sino que necesitan desigualdad de privilegios sistémica.
En un sistema relativamente justo, el grupo no toleraría que uno de sus integrantes pase necesidades más allá de cierto límite. Luego, si alguien manifestara necesidades lo resolvería el grupo en tanto tal, puesto que de otra manera no sería un sistema relativamente justo. La misma costumbre fortalece esta intolerancia hacia padecimientos individuales y lleva a que respirar un aire de cierta justicia (social), sea para la conciencia, indispensable y al superarse cierto umbral de injusticia, se hace necesaria una regulación a nivel del sistema. Y caridad devendría en concepto burlesco, molesto y ofensivo. La misma intolerancia se repetiría hacia la justificación de conductas consideradas universalmente reprochables y que vienen a ser las conductas tendientes a generar privilegios (ya que descartamos la incidencia estadística de la perversión, pues como dijo Primo Levi: "los monstruos no son peligrosos, porque son pocos, los que son verdaderamente peligrosos, son los hombres comunes.." a no ser que el cerebro perverso pertenezca al statu quo, más aun si es líder o la voluntad externa de una de las burocracias o estructura acéfala), y también hacia las falsas acusaciones. Cqd.
Acerca de la necesidad de una ética de la caridad y el perdón divino para evitar que un sistema de desigualdades estalle |
El ser humano, en tanto sujeto social, maneja un rango de sensación interna ética fuera de la cual no soporta su propia existencia. De igual manera, este sujeto, maneja un rango interno de sensación de maltrato, fuera del cual estalla en furia y pierde totalmente el control llegando a ser capaz de cualquier acción, como muestra la experiencia. Podemos resumir diciendo que el intercambio social, solo es compatible con la vida, dentro de un rango de sensación de justicia determinado. Decimos sensación de justicia y no justicia como un valor basado en la asumpción de igualdad de los participantes, porque como veremos, a través de la ética, puede controlarse la sensación de justicia, en relaciones de privilegios sistémicos, es decir, absolutamente injustas.
En un sistema de desigualdades, como ya demostré en el apartado "acerca de la necesidad de una moral práctica injusta en un sistema de desigualdades", cualquier comportamiento, tendiente a preservarlo (al sistema), podría llevarlo a niveles de injusticia más allá de lo que se permite internamente el sujeto. Si en ese momento no actuara algún mecanismo a modo de autoregulación, el sujeto no se toleraría a sí mismo y acabaría suicidándose, recluyéndose, revelándose o exiliándose. Luego es necesaria la existencia de un mecanismo dual caridad-perdón: la forma de regresar, el sujeto dentro de su rango tolerable consigo mismo, es dando caridad a algunos otros o recibiendo la gracia del perdón divino. Y aquel que está a punto de estallar en furia, por ser víctima de maltrato, por pertenecer al grupo de los más perjudicados puede mantenerse dentro del rango de indignación aceptable recibiendo la dulce caridad y bajando su autoestima y de esta forma su ira e indignación, a través de la ética de la caridad, la cual le explica que aquel que da es mejor y más bueno y aquel que recibe es peor y más malo y que por lo tanto él es el peor y el más malo puesto que no es capaz de dar nada.
De otro modo el sistema de desigualdades tendería hacia la justicia, o estallaría. Luego o bien el sistema tendería a estabilizarse con la presencia de ondas de desigualdades de escasa pendiente o bien el sistema perdería su unidad y se desintegraría.
En un sistema de desigualdades, como ya demostré en el apartado "acerca de la necesidad de una moral práctica injusta en un sistema de desigualdades", cualquier comportamiento, tendiente a preservarlo (al sistema), podría llevarlo a niveles de injusticia más allá de lo que se permite internamente el sujeto. Si en ese momento no actuara algún mecanismo a modo de autoregulación, el sujeto no se toleraría a sí mismo y acabaría suicidándose, recluyéndose, revelándose o exiliándose. Luego es necesaria la existencia de un mecanismo dual caridad-perdón: la forma de regresar, el sujeto dentro de su rango tolerable consigo mismo, es dando caridad a algunos otros o recibiendo la gracia del perdón divino. Y aquel que está a punto de estallar en furia, por ser víctima de maltrato, por pertenecer al grupo de los más perjudicados puede mantenerse dentro del rango de indignación aceptable recibiendo la dulce caridad y bajando su autoestima y de esta forma su ira e indignación, a través de la ética de la caridad, la cual le explica que aquel que da es mejor y más bueno y aquel que recibe es peor y más malo y que por lo tanto él es el peor y el más malo puesto que no es capaz de dar nada.
De otro modo el sistema de desigualdades tendería hacia la justicia, o estallaría. Luego o bien el sistema tendería a estabilizarse con la presencia de ondas de desigualdades de escasa pendiente o bien el sistema perdería su unidad y se desintegraría.
Restaría ver si es posible reemplazar la caridad y el perdón divino por otra ética que produzca el mismo efecto, pero, en todo caso, si es posible, puesto que el efecto sería el mismo: regular las sensaciones de justicia para mantenerlas en niveles aceptables ("vivibles"), sería, o bien, simplemente un cambio de nombre, o bien, un mecanismo jamás conocido en la historia de los sistemas de desigualdades, si tenemos en cuenta que estamos dejando afuera todo lo que sea algún tipo de dominación tiránica, y que únicamente nos circunscribimos a sistemas de mayorías como se aclara en el título de este Tratado.
Cqd.
Acerca de la necesidad de una moral de hecho injusta en un sistema de desigualdad |
Acá probaré que un sistema de desigualdades no puede tener otra moral, comportamiento real en la práctica, que injusta.
Supongamos que un individuo se propusiera resistir a la coersión social de actuar con injusticia. En ese caso se estaría resistiendo al sistema de desigualdad. Luego estaría reaccionando. Luego será disciplinado por el instituto punitivo. Como su comportamiento no es injusto, sino piadoso, no habrá ley que lo pueda acusar puesto que estamos en un sistema de mayorías con dominación legítima con leyes para beneficiar a las mayorías. Luego inevitablemente será acusado falsamente. Luego el individuo ya no formará parte del sistema. Luego es imposible el acto orientado a lo justo. Cqd.
Comportamientos comunes: los comportamientos que preservan a un sistema de desigualdades son los inherentes a su propia definición: la simple conciencia de estar en un sistema donde existen individuos que padecen necesidades y lograr aceptarlo sin padecer dolores internos debido a cierto "cargo de conciencia" es el ejemplo más claro y evidente que el comportamiento en general tiende a ser injusto y a preservar privilegios sistémicamente; arrogarse la representación divina y por intermedio de la misma perdonar al injusto que cometió injusticia sin importar la crueldad de su acto, o enseñar que dando caridad se gana la gracia divina, el perdón y por tanto no está en deuda con el universo aunque haya cometido injusticia, y que es mejor y más bueno y que el que no es caritativo es peor y más malo, aunque jamás haya cometido injusticia alguna, y que es natural que existan individuos que padezcan necesidades, que es una verdad universal y de ningún modo, el efecto directo de la triada ética-moral-punitiva; acusar falsamente para castigar al justo que ofreciera resistencia o enfrentara la injusticia de hecho, que, como vemos, es inherente a todo comportamiento funcional al sistema de desigualdad; acaparar o mantener privilegios perjudicando a otros miembros del sistema de desigualdades, es decir, de acuerdo a la moral práctica, de hecho, al sentido común o comportamiento de facto básico del sistema de desigualdad: actuar con injusticia.
Como vimos, los comportamientos inherentes al sistema de desigualdades consisten en el disciplinamiento de elementos reactivos [1] que van contra los privilegios necesariamente mediante falsa acusación, ya que no comete injusticia y por tanto no puede estar alcanzado por leyes elegidas por la mayoría ya que la mayoría no forma parte del statu quo o no estaríamos en un sistema de privilegios; dar o recibir caridad, dar o recibir el perdón divino; intercambiar recursos de manera tal que unos se beneficien y otros se perjudiquen, (luego los beneficiados podrán ser caritativos, luego son mejores y más buenos y recibirán a su vez la gracia y el perdón divinos a través del acto de confesión para mantener su nivel de tolerancia con su propia injusticia mientras que los perjudicados perdieron capacidad para dar caridad, serán los que padezcan necesidades y reciban caridad, luego serán más malos y peores y les bajará su autoestima y ésta baja autoestima les servira para regular su propia furia por haber sido maltratados, perjudicados y en general haber sido objeto de injusticias.
Existe también otro tipo de comportamiento en un sistema de desigualdades, que podemos llamar staff o auxiliar, necesario para la vida de los individuos, pero sobre todo para poner en acción el dominio de unos individuos sobre otros, propio de un sistema de este tipo. Estos comportamientos son los típicos de los intercambios mercantiles. Como se trata de intercambios justos, y son además los más visibles porque pertenecen al ámbito público, participan todos y no solo los miembros del statu quo, contribuyen a mantener un clima general de contradicción, con una sensación ambivalente ya que por un lado hay una aparente preponderancia de intercambios justos, y por otro lado hay privilegios evidentes. Y esta contradicción desaparece si se tiene en cuenta el peso, el efecto en valor absoluto, de estos intercambios mercantiles que parecieran justos y las conductas sistémicas inherentes al sistema de privilegios, ya mencionadas, que aunque en apariencia son menos, porque se resuelven a puertas cerradas, ya que gran parte de ellas pertenecen a las actividades de las instituciones ética y disciplinadora y completan el conjunto intercambios mercantiles injustos, que no se ven así a simple vista, sino que hace falta ahondar en costos de producción, excepciones, fueros, inmunidades diplomáticas y otros datos ocultos para la mayoría. Y tampoco es visible a simple vista, la trama entre un intercambio mercantil, un acto de caridad y perdón divino y una falsa acusación disciplinadora. La falsa acusación puede salirse del instituto punitivo, por ejemplo una falsa acusación pública, que cumple su cometido sin llegar a intervenir el derecho negativo, pero siempre está esta última instancia como recurso del statu quo.
[1] Con respecto a los comportamientos reactivos, de ningún modo tiene que suponerse que se trata de acciones premeditadas. Un ejemplo de comportamiento reactivo podría ser: un miembro decide, para adquirir privilegios, usar su inteligencia y negarse a cualquier tipo de chantaje, sin quererlo, iniciaría un leve resquebrajamiento y dejaría un rastro, una grieta, que podría ser retomada por otros y finalmente resentiría todo el sistema.
Acerca de la necesidad de la Falsa Acusación como método disciplinador cuando el sistema de desigualdades no es una tiranía |
En este apartado se trata de probar que en un sistema de desigualdades no tiránico la falsa acusación es la regla del derecho negativo por antonomasia.
Si el sistema es tiránico, la regla disciplinadora para el que intenta ir en contra del sistema de desigualdades, es explícita puesto que no es necesaria la simulación.
Si el sistema no es tiránico, está basado en algún tipo de dominación legítima. Luego las reglas han de ser reconocidas y aceptadas como satisfactorias por la mayoría. Entre otras cosas, la mayoría debe sentirse en última instancia beneficiado por las mismas. Luego, no pueden ser reglas tiránicas. Luego, la forma de disciplinar al elemento que quiera alterar la desigualdad ha de ser necesariamente disimulada. Una forma podría ser mediante una regla que aparente servir a cierta utilidad beneficiosa para la mayoría y su sentido oculto sea otro. Pero este tipo de regla no es suficiente para disciplinar o deshacerse de un elemento individual y en todos los casos. La única forma posible de hacerlo es mediante una falsa acusación. Cqd.
Ejemplos de intentos infructuosos de encontrar un contraejemplo
Si encuentra un contraejemplo sírvase enviarlo a la casilla de correo benitoElModerno@gmail.com. Muchas gracias
Anexos
Anexos
La doble presión moral en la relación maternal y el rechazo a admitir que un individuo respetable sea capaz de una falsa acusación
Ejemplo de presión moral o freno que siente un individuo si intentara sostener la posibilidad de que cierto rol respetable dentro de cierto sistema de desigualdades, cualquiera (en este caso una madre, pero podría tratarse de un abogado, un perito, un juez, un chaman, un sacerdote, un brujo, un científico, etc.) pudiera ser capaz de una falsa acusación.
hija-¿Papá porqué en la película que vimos ayer ("La mirada del hijo") al hijo le resultaba tan difícil despegarse del dominio materno?
P-porque hay muchos factores de presión en juego hija, y que están todos vinculados a la supervivencia
Hija-eso no me dice nada papá, me surgen más dudas que aclaraciones
P-es que no es un tema sencillo el que me preguntás porque abarca muchos temas a su vez. Los factores de presión involucran al inconsciente y a los hechos sociales.
Hija-¿Qué es un hecho social papá?
P-un hecho social es como una barrera infrarroja que no la notamos hasta que intentamos cruzarle. Cualquier acción, pensamiento o sentimiento que cuando intentás llevarlo a cabo sentís una fuerza externa a tu voluntad que te frena, es un hecho social. Si intentaras pagar con otra moneda, hablar otro idioma, vestir fuera de lo común o dejar de asistir al velorio de tus seres queridos, o a sus cumpleaños, o si saludaras con un "ooh jóvenes" en una fiesta, sentirías en todos esos casos un freno a continuar en tu actitud
S-entiendo papá, pero no veo qué relación puede haber con madres e hijos
P-Bueno, en la sociedad en la que nos ha tocado vivir no está para nada bien visto que un hijo pretenda tomar distancia de su madre, mudarse lejos, ausentarse por mucho tiempo, ausentarse de las reuniones familiares, pedirle que deje de tutelarlo, y mucho menos denunciarla por exagerar como madre en su tutela entrometiéndose en lo que es la vida independiente de una persona autónoma con voluntad propia como también lo es todo hijo ya que un hijo es primero una persona
S-comprendo papá, y por qué me decías al principio que era un tema complicado porque abarcaba a su vez varios otros temas
P-porque las presiones no solo vienen por el lado de la sociedad. Esa censura de la que hablábamos recién podemos circunscribirla en lo que llamaríamos ética de la vergüenza, una moral cuyo influjo para cumplirlo como vimos nos viene del exterior de nosotros mismos. Pero también hay barrera que nos llega desde una parte de nosotros mismos, que es nuestro inconsciente, ese lugar que es como un yo nuestro paralelo y que toma sus propias decisiones en base a sus propias preposiciones y axiomas y reglas y que cuando recibe datos por otras personas de sus creencias, sean verdaderas o no, en los primeros años de vida, las atesora fuertemente con un convencimiento tan profundo que es prácticamente imposible disuadirlo de otra cosa a lo largo del resto de su vida y cuando intentamos hacer algo que contradice esa creencia almacenada en esa parte misteriosa de nosotros mismos, nos llega una fuerza invisible que nos causa mucho dolor hasta que deponemos en nuestra actitud. Esta barrera es lo que podríamos llamar la ética de la culpa. Porque el dolor que sentimos es una especie de sentimiento de culpa como cuando hacemos algo que consideramos malo. El Psicoanálisis trabaja especialmente con estas culpas y ha obtenido increíbles logros para liberar a las personas de esta pesada carga, pero no olvides que también está la otra fuerza, que es la ética de la vergüenza y que como vimos depende de todo el resto de la sociedad
S-papá, más me explicás y más dudas me surgen porque ahora quiero saber porqué se da esta dificultad especialmente en el vínculo madre hijo, y cómo se podría uno desligar de ética de la vergüenza y de la culpabilidad y porqué hay madres que ejercen esa presión durante toda su vida sobre sus hijos y porqué la sociedad no lo comprende y porqué terminaste vinculando el hecho social con la ética de la vergüenza y al inconsciente con la ética de la culpabilidad.
P-por eso cuando empezamos con esto hija mía, te dije que era un tema complejo, porque precisamente al explicarlo se abre un abanico de otras cuestiones
S-y ¿Me podés explicar todas esas cosas papá?
P-Podemos intentarlo juntos, pero nos llevará más tiempo
La ética cristiana
Si reconstruimos el cuerpo normativo subyacente inconsciente a partir del comportamiento verdadero, ese que es de verdad, que actúa explícita e implícitamente en la sociedad que nos toca ser, en la sociedad cristiana, llegaremos a los modos de ser, de pensar y de actuar que poquito a poco se exigen, se premian, se inculcan, se reconocen a modo de elogiosa y necesaria adaptación para el progreso personal, para "triunfar en la vida", para ascender en "la pirámide social", para no sucumbir, para ser considerado sano, es decir, capaz de auto-subsistir, de producir o hacer que otros produzcan, acabaremos por descubrir el real, palpable, poderoso mandato según el cual o somos crueles o los demás lo serán con nosotros, en una palabra, habremos reconstruido una ética de la crueldad, la legítima ética del cristianismo. Fabricar hombres y mujeres agresivos, esquizofrénicos y maltratadores. Desde la familia, la escuela, el hospital, la prisión, el confesor. Seres bajo vigilancia y castigo. Gran Hermano. Maltratar y simular, torturar y ser perdonado con dos aves maría y tres padres nuestro o tomar el café con leche sin azúcar.
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