Clasificar es ejercer el poder. Lo fronterizo no puede ser

Un libro mal colocado en un librero puede desaparecer para siempre Un enemigo definido como infrahumano puede ser aniquilado

Toda actividad humana se realiza dentro de fronteras determinadas por esquemas de clasificación, elaborados o no explícitamente, consciente o inconsciente. Todas las fronteras son peligrosas. Si quedan desprotegidas pueden ser violadas. Nuestras categorías pueden destruirse y nuestro mundo disolverse en el caos.

El temor a lo fronterizo, porque no se lo puede clasificar, delimitar, poner límites, encasillar y por tanto resulta inconcebible, impensable, indescriptible, incontrolable. No se puede controlar aquello que no puede ser pensado.

La historia de la humanidad está minada de ejemplos de crímenes cometidos por acusar de peligroso a personas o poblaciones porque por aspecto físico, por cultura o comportamiento no se los podía encasillar, el daño que generaban era simplemente el temor que generaban porque el cerebro no los podía clasificar.

El universo tiene límites que definen sus partes, y el ser humano parece imitar al universo cuando decide sus mecanismos genéticos de pensamiento: adquisición, uso, creación y administración del conocimiento. Por eso el ser humano tiende a clasificar en forma natural. Y tiene que acordar una función biyectiva que vincule las clasificaciones o acordar tener una sola.  
Esto no tiene nada que ver con el uso de las clasificaciones como medio de dominación. Lo malo no es clasificar, sino que el uso que pueda dársele, a través de asignaciones de valores de verdad, morales, de prioridad, de importancia, estética o su simple taxonomía, perjudique concretamente a algunos individuos en su empleo del conocimiento o en su vinculación con otros individuos. Un trineo puede ser muy útil y valorable para quien se desplace con su uso en la Antártida, pero poco útil y perjudicial para quien pretenda desplazarse con él en la Pampa Húmeda. 

La lengua también clasifica y por tanto definir la lengua es ejercer poder. Y lo mismo puede decirse acerca de las teorías científicas en las ciencias llamadas humanísticas. Una teoría humanística lleva la medida en aquel que la define. Y como regla general, toda clasificación lleva la medida de utilidad en el sujeto que la construye. Aunque es algo demasiado evidente, las teorías se nos imponen y alcanza con cuestionar sus teorías a una persona para dar cuenta que hacen raíces como la propia lengua. 

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