La doble vida del capitalismo

Estas personas acá en la plaza descansando, disfrutando armoniosamente esta paz de este día soleado y calmo, con sus familias, con sus hijos, o con sus amigos, parece una gran familia, todos parecen haberse puesto de acuerdo en hacer que el otro la pase lo mejor posible, sin hacer mucho, se transmiten una implícita simpatía y cariño, pero principalmente hoy nadie hace daño es decir, son todos buenos. 
Caminamos bordeando la plaza, por donde mujeres y hombres de todas las edades pasan caminando a paso veloz, o trotando o en bicicleta. Tras unas rejas se ve en un recinto amplio, con arboleda y cerrado, un cumpleaños de niño pequeño improvisado, con un pelotero de esos que se inflan y los chiquitos cantándoles a los que no se tiran del tobogán inflable -"pata sucia, pata sucia" con sus característicos, hermosos timbres de voz. Es un cumpleaños en un clima cálido, familiar de clase media. Más saludable que los cumpleaños expréss de moda hoy. Viendo a esos chiquitos tan lindos detrás de las rejas se me viene a la memoria una frase, "nada me amarga tanto como ver a los niños enfrentar con valentía su triste destino" 
Y estas personas hoy están acá, pero no es gratis, tienen que pagar cada instante de este día domingo de enero en este espacio arbolado de unas cuantas hectáreas de la capital. Estas personas tienen en común dos cosas, una es que inevitablemente se están muriendo, la otra es que inevitablemente también 10 horas al día forman parte del mundo material del sistema productivo. Un eslabón en la cadena productiva. Estén donde estén, su primera ley mañana será satisfacer u obedecer a su patrón, jefe, cliente, funcionario de mayor rango o mercado. Durante esas horas encontrarán justificaciones del estilo de la necesidad y deber de alimentar a su familia o evitarán enterarse qué producto producen y de qué forma están colaborando en su construcción. Sus actividades dañarán a otros. Contaminarán, agotarán recursos, incitarán a consumir y consumirán, desperdiciarán, mentirán, engañaran, estafarán, presionarán, maltratarán, competirán deslealmente, harán uso ilegítimo y perverso de la legítima fuerza monopólica del Estado, es decir traficarán con esa fuerza legítima monopólica, dejarán morir o matarán, explotarán, esclavizarán, discriminarán, falsificarán, calumniarán, inventarán denuncias, falsearán, simularán saber lo que no saben, negociarán con los cuerpos, con las mentes, con la salud, con las creencias, con la razón y con la fe, con las vidas y serán racialistas, cortarán manos, ejecutarán, matarán de hambre, enseñarán con fraude, abandonarán, se venderán al mejor postor, traicionarán, en una palabra representarán lo malo los unos para los otros, serán todos malos. Fuera de las horas capitalistas, integrarán ongs, lucharán por los derechos de otros. Algunas lucharán por privilegios. Otras lucharán por derechos quitados o nunca concedidos. Pero esencialmente es el domingo, el siguiente, que no dañarán, es decir, volverán a ser realmente buenos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario