A qué le temía Descartes

El genio maligno y engañador le aseguraba su cogito ya que cuanto más intentase engañarlo, más confirmaba que estaba siendo engañado. Más adelante, su clasificación en ideas entre innatas, fabricadas y externas lo llevó a buscar una idea necesariamente externa, para ver si había algo fuera de él, de que pudiera estar seguro. Su clasificación en sustancias entre pensantes y extensas mutuamente excluyentes por un lado y entre sustancias finitas e infinitas por otro le ofrecían dos alternativas y el hecho de que las pensaba le ofrecía dos alternativas. Una: considerar el concepto de infitito como necesariamente externo dado que se consideraba a sí mismo como una sustancia pensante y finita. Por otro lado, podía considerar el concepto de extensión, como necesariamente externo dado que consideraba que la sustancia pensante no era extensa. Y por tanto el concepto de extensión que tenía en sus pensamientos, necesariamente le venía de algo de afuera. Meditando, dice que lo infinito podría producirlo por la negación de lo finito. Sin embargo en lugar de inclinarse por esta alternativa y considerando que el concepto de extensión no podía llegarle por la negación de ningún concepto que poseyera en sí mismo, decidió que el concepto de extensión era "simplemente una mera modalidad de sustancia finita" mientras que la sustancia infinita era una idea "clara y distinta" y compleja que necesariamente le venía de afuera. Y de ahí, a considerar a Dios infinito, perfecto y creador de todas las cosas y la imposibilidad de un genio maligno dada la existencia del Dios bondadoso y eterno que acababa de admitir y a destruir de un plumazo la alternativa válida de considerar que si algo se nos presenta confuso y oscuro es la idea de infinitud y de perfección y que era más "claro y distinto" la noción de extensión y que no era ni innata ni fabricada y que necesariamente le llegaba de afuera y no hubiera tenido que matar al genio maligno que no era otro que el amo del YO que "no es amo en su propia casa". A quién le temía Descartes que nos dejó todo servido para que nosotros deduzcamos el camino válido y que  no obstante, escogió el camino inverosímil, irracional, ni claro ni distinto ?.

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