
Blog de Filosofía. Benito en el Siglo XXI propone una una mirada filosófica, durante un recorrido entre la Física y la Ética en sus estados actuales, es decir, sobre las Ciencias Formales: -Lógica y Matemática-, las Ciencias Básicas -Física, Química y Biología- y las Ciencias Humanísticas -Ciencias Políticas, Sociología y Antropología. Sobre Metafísica y Neurociencias Cognitivas.
Los temores de la burguesía
Así como el Gran Capital, ese que se fuga ilegalmente para no tributar y vuelve a cruzar las fronteras del Estado, legalizado, blanqueado, a modo de deuda pública, es una amenaza que provoca horror a la sociedad informada, el fomento de un frente de masas humanas homogéneo empatizado bajo un pensamiento y líder únicos, también causa el mismo horror a la siempre inconfesa pequeña burguesía, porque se trata de núcleos de poder con la suficiente energía para moldear un Estado a su antojo, convertirlos, si es necesario, en armas de suplicio social, como la historia lo demuestra y desde este punto de vista es que puede entenderse la fobia al estatismo burocratizado, ciego y bobo por un lado y a la acumulación infinita por el otro. Ambos tipos de deformaciones de los Estados han terminado en matanzas, desintegraciones de los Estados o tiranías, como lo muestra la historia reciente de Eurasia, África, Medio Oriente, América del Sur y Central, de ahí que resulte más sabia la interacción de una poliarquía con focos de poder entre organizaciones civiles, no gubernamentales, partidos políticos con sus propios valores, que no llegan a constituir ni un movilizacionismo ni un nacionalismo, el primero no porque haya dado muestras de totalitarismo, sino por la fobia que genera en la burguesía y en el ámbito intelectual, el segundo, porque concluye en totalitarismos. Nunca ha dejado buenos resultados el fomento de nodos de poder a los que la burguesía les tome fobia, sea esta real o imaginaria, porque la burguesía termina recurriendo a cualquier método para terminar con la amenaza así como las masas castigadas se convierten rápidamente en un colectivo homogéneo cuando se sienten amenazadas. No vamos a inventar nada diciendo que la sabiduría pasa por el temple, pero si la historia se repite, no corresponde que pase por anticuado reiterar las mismas propuestas de cambio, cuando se viene repitiendo desde hace más de un siglo la inclinación de la burguesía hacia un grupo de ñiños millonarios que juegan al arte de la guerra en respuesta a su fobia a partidos políticos que reclaman pensamiento homogéneo incluso desde el poder institucional; y del otro lado, la sociedad castigada, sigue viendo como única alternativa para tocar el poder institucional, a esos los frentes populares y carismáticos donde todos se abrazan, desde la biblia hasta el calefón, con el fin de batir al enemigo interno y externo, sin asomar nunca la vista más allá de esta binomia que forma un círculo vicioso, es difícil imaginar como alcanzar un estado de cosas donde las personas puedan experimentar grados de libertad, solidaridad y gratificación que la historia nos muestra como posibles y lejanos. Estas regiones, necesitan liberarse de la educación disciplinaria y homogeneizante de sus religiones imperialistas que las educan en el racialismo y la servidumbre, para desaprender y recordar como es la convivencia en la diversidad, asimilar las leyes básicas para que un Estado pueda garantizar cierta calidad de vida y desarrollo humano como quien investiga en las tres leyes de la mecánica, fuera de lo cual no puede legislarse, bajo riego de que el Estado se desmorone, es decir, las leyes de la redistribución del capital. De esta manera no haría falta confundir ética con nacionalismo, no harían falta esos grandes frentes populares en los que la empatía disuelve rápidamente los valores individuales para dar lugar como resultante a la intersección de todos los valores individuales, esto es, la nihilificación absoluta de la ética, la disolución absoluta de todos los valores, la desaparición de la cultura parcial. En oposición la cración de una poliarquía de instituciones y de militantes activos, el incentivo de un continuo intercambio entre gobernantes y gobernados, acción directa individual en la arena pública, acceso a información pública transparente, es decir, el fortalecimiento de la voz pública individual, el acercamiento del individuo al poder, aunque no tenga la misma fuerza que el frente popular en un extremo ni que la concentración infinita de riqueza en el otro, sería una decisión ni tímida ni temeraria, templada
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