Guia autoayuda para resolver conflictos existenciales
Tanto el cristianismo como el islamismo a contrario de lo que se suele creer popularmente, no fueron soñados por un monje meditabundo perdido en el desierto, fueron diseñados en época de guerra, por imperios que querían mantener su dominio en el mundo, lejos de los símbolos de paz en su lugar solo encontramos contradicciones, una tabla de guerra y sumisión no es compatible con los pañuelos blancos de la democracia y de los derechos universales, hace falta que optemos por otros clubes gestados en democracia
El rol de mujer princesa solo está destinado a mentir para ganarse el favoritismo paterno, según la época, del rey, del señor, del Estado y a ser comida del hombre. Y el hombre a ser bufón del padre, del Rey, del Señor o del Estado, siempre bufón incluso de la mujer cuando ésta tiene el favor del Estado. Los femicidios no tendrán solución de continuidad ante una ética esculpida sobre piedra que le niega a la mujer ser propietaria de sí misma y autónoma en una sociedad civil que pretendería en apariencia, a saber por sus derechos reclamados, alejarse de los vicios patriarcales, pero que en la práctica vive en una nube de fantasía fabulesca
Tanto el cristianismo como el islamismo a contrario de lo que se suele creer popularmente, no fueron soñados por un monje meditabundo perdido en el desierto, fueron diseñados en época de guerra, por imperios que querían mantener su dominio en el mundo, lejos de los símbolos de paz en su lugar solo encontramos contradicciones, una tabla de guerra y sumisión no es compatible con los pañuelos blancos de la democracia y de los derechos universales, hace falta que optemos por otros clubes gestados en democracia
El rol de mujer princesa solo está destinado a mentir para ganarse el favoritismo paterno, según la época, del rey, del señor, del Estado y a ser comida del hombre. Y el hombre a ser bufón del padre, del Rey, del Señor o del Estado, siempre bufón incluso de la mujer cuando ésta tiene el favor del Estado. Los femicidios no tendrán solución de continuidad ante una ética esculpida sobre piedra que le niega a la mujer ser propietaria de sí misma y autónoma en una sociedad civil que pretendería en apariencia, a saber por sus derechos reclamados, alejarse de los vicios patriarcales, pero que en la práctica vive en una nube de fantasía fabulesca
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