Patriarcado autoritario, creador del fascismo

“Oscuro sentimiento místico, anhelo indefinido, nebuloso, pero sin embargo, extremadamente potente, neurosis social provocada por la castración psíquica por parte de un patriarcado autoritario en su afán de mantener sumisos a los hombres y mujeres, peste de neuróticos impotentes para lograr un orgasmo amoroso, anhelantes de esa libertad a la que al mismo tiempo le temen por tantos siglos de subsistir en el sometimiento, a eso llamamos fascismo” (Reich)

 Intenso anhelo de libertad más el miedo a la responsabilidad que demanda la libertad. Son las mismas masas las que dan su consentimiento para su propia sumisión y se empeñan activamente en realizarla. Las mujeres, a las que Hitler prometió sumisión al hombre, sin voz ni voto, lo aclamaron. Prometió terminar con la democracia y ganó las elecciones. Declaró  abiertamente que las masas rinden lo que recibe, porque son, básicamente, infantiles y femeninas y las masas lo aclamaron. Al fin había alguien, que se decía dios en la tierra, que las protegería. Prometió la abolición de las organizaciones socialistas y democráticas. Prometió preservar a la típica autoritaria, compulsiva y castradora familia alemana proyectada ahora en la Nación, la gran familia, y así cada vulgar mortal con toda su miseria y sentimientos de inferioridad podría ser algo grande aunque fuera ilusorio. Prometió eliminar el estigma construido durante dos mil años de dominación cristina: la judeidad, un prejuicio, es decir, una idea irracional construida para beneficiarse de la misma, imposible de derribar racionalmente. Conceptos reaccionarios más emoción revolucionaria; brutalidad sádica unida a misticismo; en una palabra, el ágila despiadada de la colonización cristiana giraba su cabeza y miraba tras de sí en su propia cuna, jactada de elevados valores morales, misericordia y caridad, idealmente superiores a la libertad y equidad, pero imposibles, al tiempo que somete sin parangón, desde su diseño, eso es lo que produce el carácter fascista, que tiene la edad de este patriarcado autoritario, y con su dios alemán, que ganó por el 54% de los votos, solo encontró una expresión extrema.

Predicar sobre la libertad, sin luchar continua y resueltamente a fin de que la responsabilidad implicada en la libertad se establezca y obre en los acontecimientos de la vida cotidiana, y sin crear al mismo tiempo las condiciones previas necesarias para tal libertad, el cristianismo cria corderos, castrados psíquicos impotentes para asumir su propia libertad, y con una fuerte estigmatización del hereje-lobo, es el caldo del fascismo, el mismo de las cruzadas y del nazismo, una vez que criaste corderos con la idea clara de su lobo, prometeles la libertad y terminar con los lobos y serás el líder indiscutido y tendrás asegurada la masacre, como la que provocó el cristianismo en Ruanda donde los hutus masacraron a machetazos en tres meses a las tres cuartas partes de la población de la etnia tutsi, asesinando a 750 mil personas, es una técnica que el cristianimos fue puliendo a lo largo de los siglos, edificado sobre el Malleus Maleficarum

Cada vez que el Estado interviene en la economía para darle acceso a la educación y a las necesidades esenciales a la población, pero que se queda en el camino y es reemplazada por una restauración de los privilegios, antes de que hubieran podido resolverse las ansias de una libertad recientemente descubierta por las masas, educadas en el cristianismo, es el caldo de cultivo, sistemático y premeditado, de las técnicas de estigmatización empleadas desde hace siglos por el poder punitivo, recuperar cuando es necesario el carácter fascista cuidadosamente diseñado, de este patriarcado autoritario, sostenido en un poderoso aparato de Policía, devenido autárquico, y un inquisidor, a la vez que inútil, derecho negativo, diseñado para un imperio gigantesco, que debía mantener sometidos bastos pueblos, sumado a técnicas de neutralización para empoderarse a base de haber sentado las bases en durante los primeros años de vida, de la forma de los futuros chivos expiatorios.

Anhelo inconsciente de felicidad y pureza sexuales más miedo simultáneo a la sexualidad normal y la aversión a la sexualidad perversa, están detrás del sádico prejuicio. Lo que el fascista ve inconscientemente en el sujeto objeto de su estigma es un sujeto "sexualmente sensible". ya se trate de francés, negro, indio, judío, gitano, populismo, o jóvenes ni ni.

Todos los patriarcados autoritarios: Japón, Islamismo, Judaismo ortodoxo, hinduismo, o ciertas sociedades tradicionales que formaban ejércitos permanentes para sostener un imperio, manifiestan neurosis, y a la vez, los estudios etnográficos de Malinowski y otros Antropólogos prueban  que en los matriarcados no existe la neurosis ni los sadismos,  y perversiones que ésta a su vez genera, ni tampoco existe en estas sociedades derecho negativo

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