El crepúsculo de los ídolos, Nietzsche

El crepúsculo de los ídolos, Nietzsche

Los filósofos, sacerdotes y teólogos plantean el mundo tal como lo vemos, como una mera apariencia, aduciendo que hay un mundo real más allá del que se nos aparece, y que sólo ellos y Dios pueden verlo.

Todos los valores están invertidos

La moral es un invento. Al hombre no le hace nada bien, culparse y castigarse por ceder a sus instintos. Y no es culpable porque no depende ni de él, ni de su historia, ni de la sociedad. Porque no hay tal cosa como la voluntad libre. El hombre no es libre de hacer lo que quiera. Y el control y el castigo de lo que llaman pecado solo sirve para la dominación por parte del sacerdote, como juez. 

El mundo no es voluntad y representación como dicen los sacerdotes, sino azar, y ser parte de un todo.

No le corresponde a los seres vivientes valorar la vida pues están inmersos en ella

Kant fue un cristiano fanático.

El cristianismo es la venganza de los menos favorecidos, contra los más  favorecidos, la aristocracia natural.

El amor es la espiritualidad de los instintos.

Dios no ha muerto porque se ha reencarnado en la semántica del lenguaje, como si el lenguaje tuviera vida propia.

El amor falso y exagerado que reclama la religión es peligroso.

Los grandes sabios son tipo s decadentes. Lo fue Sócrates principalmente. No venía de la aristocracia. Era feo. Usó la dialéctica para enfrentar y vengarsse de la aristocracia. Usó la dialéctica, implantó la razón-virtud-felicidad como  salvación. Fue el mayor de los cristianos,  antes del cristianismo. El antiguo aristócrata griego, antes de su decadencia despreciaba la dialéctica, la razón. Se manejaba por órdenes y autoridad.

Los sabios han pretendido que lo verdadero es solo lo eterno e incorruptible. Solo Heráclito estaba en lo cierto: la verdad está en el devenir.

No corresponde al hombre establecer cómo debe ser el hombre No corresponde controlar sus pasiones, las cuales pueden tener épocas en que son perjudiciales y épocas espirituales en que son beneficiosas. Por consiguiente, la moral es conntranatura.

La religión invirtió la causa por el efecto y el efecto por las causas. La causa de los vicios,  no es la debilidad de la voluntad, y causante del hombre enfermo, sino que el hombre enfermo, enfermado por las prohibiciones de la religión, que lo apartan y lo castigan  por querer tomar lo que necesita por ser lo que es, un hombre, es causa de sus vicios. Así, malogrado, enojado consigo mismo, disminuido, enferma y pierde la fuerza para medirse de los excesos.

Los errores de la religión y de toda moral: 
confusión de las causas con las consecuencias; el imperaativo moral; crear causas donde no las hay; imaginar causas. 
La explicación psicológica es que reducir lo desconocido a algo conocido tranquiliza, y aplaca los temores.

El artista y el virtuoso no surgen naturalmente, necesitan embriaguez. La embriaguez de la exitación sexual, y la embriaguez de que van seguido todos los apetitos grandes: la fiesta, la rivalidad, la pieza de virtuosismo, la victoria, todo movimiento extremado, la crueldad, la destrucción, ciertos influjos meteorológicos por ejemplo primaveral, los narcóticos. El artista está pleno y ve pleno y convierte en pleno todo a su alrededor.

La antítesis del artista ebriagado es el cristiano.

La embriaguez puede ser apolínea o dionisíaca, situaciones antitéticas, la una tiene exaltada el ojo, son el caso del poeta épico, el pintor, el escultor, la otra tiene exaltados los afectos, todo lo siente a todo reacciona, quiere alterar, modificar, transformar a través de la mímica y el  histrionismo. Tiene desarrollados los dones de la emoción y la adivinación. El mimo, el bailarín, el actor de teatro, el poeta lírico, que antaño estaban juntos vienen de una misma raiz histriónica. 

El arquitecto, posee la embriaguez de la voluntad. Seducida por el poder. Representa el gran estilo. Caracterizado por el sentimiento de poder, que lo demuestra en el dominio de las formas, de la gravedad y del estillo y que no necesita reconocimiento.

Critica al ateo que aparenta fe. Elogia la jovialidad. 

La vida es lucha, solo cuando es lucha por el poder, de lo contrario, lo que abunda es la abundancia. Y en la lucha, no gana la evolución darwiniana hacia la perfección (notar grave error de interpretación sobre el darwinismo que perduró hasta nuestros días comienzos del SXXI), gana el débil, porque tiene espíritu, lease capacidad para la perseverancia, la paciencia, la simulación, la mimetud. Tiene espíritu solo el que quiere tenerlo porque lo necesita. Crítica a la Alemania de su época que por sentirse fuerte abandonó el espíritu.

La casuística del psicólogo es conocer a los hombres para beneficiarse con ello, es un político.

Lo malvado sin fuerza de voluntad degenera en virtud y el hombre de hoy (su época) ha perdido vicios por comodidad (lo lamenta).

Nada está más restringido que la belleza, pero la belleza se da y solo se da en el placer del hombre por el hombre, pues es el más hondo instinto de supervivencia, una invención del hombre, poniéndose a sí mismo como medida de la perfección, como forma instintiva de preservarse y expandirse como especie, y  se mira reflejado en las cosas, opinando que un mundo es más bello tan solo porque él así lo considera, como si existiera en verdad lo bello fuera de sus ojos, lo único que hay es un mundo más humanizado.

Ell hombre odia instintivamente lo feo porque es decadencia. Por eso lo debilita, lo acongoja,  lo atemoriza. No hay fealdad en la naturaleza. Como la belleza, lo feo solo está en el hombre.

La filosofía, tiene por inspiración la belleza y ésta la procreación.

No existe el arte por el arte, ésto es solo una revelión contra todo intento de moralizar el arte. El arte es el principal motivador de la vida y la tragedia como arte es la forma en que el artista expresa su valentía ante el infortunio inevitable.

El lenguaje no expresa vivencias, sino desprecio y vulgariza al que habla.

La mujer literata que tiene que elegir entre hijos o libros, culta y vanidosa.

La virtud de los impersonales, a quienes ya no les queda espacio de superación, es llegar a ser personales, esta es su penitencia.

El objetivo de la educación superior es formar el hombre-máquina, aburriéndolo con el sentido del deber, el resultado es el funcionario estatal kantiano, el funcionario estatal como cosa en sí, erigido en juez del funcionario estatal como fenómeno.

El derecho a la estupidez. La tontería pura restablece. 

El filósofo admira al hombre que hace, valeroso y le repugna el hombre deseante o deseado. Pero el hombre más valioso es el real, justificado por su propia realidad.

El egoísmo vale lo que el hombre que lo porta.

El cristiano y el anarquista representan lo decadente, ambos consideran que hay un culpable por lo que sufren, el anarquista en los otros, el cristiano en uno mismo. Su finalidad es el cierto placer y embriaguez de poder que les da la queja, pero su principal finalidad es la venganza. La venganza del anarquista es terminar con el otro, y la del cristiano terminar con el más acá, desde el más allá.

La moral de la decadencia cambia egoísmo por altruísmo y acto desinteresado alegando que la vida no vale nada para no reconocer que no sabe satisfacer sus necesidades. Esta moral es contagiosa, peligrosa en lo personal y para los pueblos enteros. Es la moral del cristianismo en la religión y la de Schopenhauer en la filosofía. 

La moral del médico tiene que ayudar al enfermo decadente a tener una muerte consciente, autodeterminada, para librar a la vida y a los otros de tener que padecer su decadencia. No somos culpables de haber nacido, pero podemos librar al mundo de nuestra decadencia si estamos enfermos y no podemos llevar una vida que valga la pena, y esto vale más que la anemia, el renunciamiento y otras virtudes. 

La suavisación de nuestras costumbres es una consecuencia de la decadencia. La debilidad fisiológica necesita más moral de la simpatía. La moral de la compasión es profundamente afín con la moral cristiana.

Libertad es voluntad de auto-responsabilidad, con disposición a enfrentar el dolor, sacrificar incluso la vida, incluso la vida de otros por la causa. Las instituciones liberales fomentan hombres libres mientras se lucha por ellas. Porque la guerra enseña la libertad. Los instintos viriles destacan sobre los instintos de felicidad. Una vez alcanzadas, fomentan hombres cobardes, animalidad gregaria. La libertad se logra por necesidad, es mayor cuanto más cuesta conseguirla, por eso el ambiente para lograrla es el del guerrero, donde puede medirse lo que vale, sus recursos, puede verse en la historia, en la Roma de Julio Cesar, en Venecia, y el ambiente no es el de los tenderos, cristianos, ingleses y otros demócratas. La libertad se tiene y no se tiene, se conquista.

El matrimonio en las democracias modernas fracasa porque no debe fundarse en la idiosincrasia del amor, debe volver a fundarse en el instinto de propiedad, sexual y de dominio, para preservar a través de los siglos el poder ganado, mediante una solidaridad de instintos.

Las instituciones de la modernidad se logran por instintos, pero una vez logradas, estos se pierden, y con ellos la capacidad organizativa. Se pierde la voluntad de tradición, de responsabilidad, de autoridad, de solidaridad. La democracia moderna, occidente entero, ha perdido los instintos, inmersa en un nerviosismo con solo oir la palabra "autoridad"". Solo Rusia los mantiene. 

La cuestión obrera. Se ha educado para señores a quienes se pretende que sean esclavos.

La libertad moderna es un abuso de ella, una liberación sin límite de los instintos que los posiciona en una contradicción fisiológica. Otro síntoma de la decadencia.

El santo es santo porque es más eficaz que ser hipócrita. Vale también para los filósofos. Otra clase de santos.

El progreso es la evolución hacia la decadencia, y la fisiología no puede retroceder, como han pretendido los sacerdotes y moralistas, solo se le puede poner obstáculos. 

Los grandes hombres y las grandes épocas son explosivos y necesarios. El gran hombre es más maduro que su época. Se arroja desprendido a una causa abandonando irremediablemente, inevitablemente su instinto de auto-conservación. Napoleón. El Renacimiento. Se los premia incomprendido con una moral superior que no es tal.

El criminal representa, en esta modernidad domesticada, el mejor exponente del espíritu creador, excluido y autoexcluido, como el chandala indú, porque no representa los valores actuales, del hombre suave y domesticado, cuyo mayor exponente es el sacerdote y llegará el tiempo en que ésto se invertirá. Asi el espíritu creador, como el hombre que baja de las montañas o viene del mar, al tener que reprimir lo que mejor sabe, se convierte en criminal. Los grandes genios tienen este mismo  sentimiento de rebelión, odio y venganza contra lo que ya es.

Por grandeza de alma pueden hacersse cosas indignas. Una mujer que ama sacrifica su honor, un genio su humanidad, un Dios que ama se hizo judío (en sus valores, para Nietzsche la crueldad es una virtud, pero solo admite la crueldad que le viene a su antojo, la del cuerpo, pero no la del  ingenio, la astucia, por eso critica al sacerdote y alaba al guerrero, entrando en una irremontable contradicción porque si elogia la crueldad, la crueldad se caracteriza por no importarle los medios, no existe la crueldad "ética" "decorosa" "honrada" "noble" de la qué él habla como un ingenuo quijotezco inmaduro e infantil. Pareciera estar diciendo "hay no seas astuto conmigo que me hace daño" manifestándose él mismo como débil y llorando porque no lo atacan con las armas que a él le gustaría: la crueldad corporal. Si elogia la dominación, tiene que poner las barbas en remojo ante la superioridad mostrada, según su moral o escala de valores, por sus criticados sacerdotes. No debiera elogiar la crueldad y la dominación y la desigualdad porque entonces cabe concluir que él es débil, inferior y dominado. O bien acepta las armas del sacerdote o del hombre moderno, o bien deja de elogiar la dominación y la desigualdad. O sino habría  que incluir la frase de Discepolín en Cambalache "el que no llora no mama" y aceptar que está llorando. Asimismo parece hablar desde un lugar de indignación y dolor, no se vislumbra un hombre cruel en él)

La belleza no se azar. Se logra a través de generaciones con sacrificio (contradicción con lo sostenido  sobre la belleza como imagen y semejanza con el hombre). Es preciso no dejarse ir ni siquiera delante de sí mismo. Las cosas buenas son costosas. No es lo mismo quién las adquiere que quien las tiene. Todo lo bueno es herencia. Lo que no es heredado es imperfecto, es un comienzo (enorme contradicción sostener que hay una medida de la belleza, de lo bueno, y no mirarse el ombligo y darse cuenta que se está poniendo él mismo como medida) comienza por mejorarse el cuerpo (el ademán, la dieta, la fisiología), luego el alma (al contrario de la funesta suposicióon de los sacerdotes), como hicieron los griegos que por eso los hombres eran más bellos al cabo de unas generaciones, que las mujeres. El cristianismo en cambio ha despreciado el cuerpo y ha sido la más grande desgracia de  la humanidad.

La  doctrina de la igualdad rousseiniana es el final de la justicia. La vuelta a la naturaleza ha de ser, pero la napoleónica, no la rousseiniana. La del guerreo, no la débil moral del que no se soporta a sí mismo. No  debe haber igualdad para los  desiguales. La Revolución Fracesa fue vivida como debió vivirse solo por Goethe: con náuseas (pensamiento ingenuo el de Nietzsche le faltaron unos soldaditos de plomo tal vez, es un farsante de sí mismo, el mayor catedrático de la moralidad, criticándola mientras da cátedra sobre ella, pero no adivino maldad en él, sino indignación, sueña con un mundo de nobleza que habrá aprendido en cuentos de la infancia y que desaparezca todo lo que sea de "mal gusto", pero eso ya de por sí podría considerarse, para otra moralidad distinta o incluso la suya propia, de "mal gusto". Habría que ser un necio para no aprobar toda su crítica a las religiones y a la moralidad y a la represión de los instintos. Pero lamentablemente sse desorienta cuando elogia al guerrero fisiológico, como si hubiera una única forma de guerrero y más aun como si hubiera en el hombre cierta teleología hacia el ser guerrero cuando el propio Nietzsche reniega, y con toda lógica, de la existencia de fines y voluntades en el mundo. Mezcla un mensaje psicologicista y medicinal criticando el mal que le hace a la realidad propia del hombre, que éste sea amansado, doblegado, que por el invento de la moralidad se autocastigue y reprima sus instintos y propone una vuelta a la naturaleza donde el hombre puede expresarse como es sin ideales. Pero esto lo mezcla con el mensaje de un hombre elegido entre los hombres, de un aristócrata de la más bella perfección y que sería el hombre tal cual al ser humano llamado Nietzsche le gustaría, y que ya no es el hombre tal como le resultaría más sano al hombre, ya que lo describe libre, con volundad, cruel y dominador, pero eso sí, solo usando ciertos tipos de fortaleza que son del agrado de Nietzsche, no cualquier otra, lo cual es una perfecta tontería de la más descuidada torpeza ya que si recomienda la crueldad y la dominación, por un lado tiene que reconocer que estas pueden tener infiitas variantes y por otro lado que hay del hombre víctima y dominado, porque si se trata de un hombre que no merece vivir, parece que es el propio caso de él mismo y de la Europa de su época, pueblos que para él son dominados por el sacerdote y el filósofo, moralistas, de modo que plantear una liberación para ocupar el lugar de la dominación y criticando al dominador por las armas que utiliza  mezclado con la faceta más aceptable de no traicionar a los instintos, ya planteada por Spinoza, es hacer una tortilla de cosas útiles con ideales autocontradictorios. A no ser que pensara que en la voluntad libre de los instintos el hombre encuentra la comunión en paz, que sí adquiere esto sí coherencia, pero no se deja esperar con auténticos ejemplos de dominación: Napoleón y el Imperio Romano y su aristocracia de hombres superiores y de mejor estilo y más bellos. Por tanto hubierase quedado en su genial crítica filológica, genealógica y psicológica hacia la moralidad, los valores,  los conceptos y los misticismos y no hubiera entrado en contradicción consigo mismo ) Elogia que Goethe haya recurrido a la historia, a la ciencia natural, a la Antiguedad, a Spinoza y a la actividad práctica. Elogia a Napoleón a quién compara con el dios griego Dionisio. El hombre fuerte, valiente, libre e impersonal.

De la antiguedad elogia a Salustio y a Horacio. Elogia a Roma.  Elogia el epígrafe,  la sentencia que dice más que muchos libros. Dice de su Zaratustra ser el libro más profundo escrito. Critica a Platón por mezclar estilos, aburrido, como artista, pero peor su contenido moralista, cristiano, idealista incapaz de tener el instinto griego y el haber puesto el concepto de bueno como concepto supremo. Cuánto de Platón hay en la Iglesia: en su sistema, organización y praxis. Los más afines son Tucídides con sus pensamientos ocultos que expresan la cultura realista  sofista y el Príncipe de Maquiavelo por no dejarse embaucar y ver la razón en  la realidad, no en la "razón" y menos en la "moral". La filosofía griega es la decadencia del instinto griego. El coraje frente a la realidad es lo que diferencian a Tucídides y Platón. Platón huye al ideal, Tucídides tiene dominio de sí y por consiguiente de las cosas. Yo adivino el instinto de poder oculto en esos griegos, por el psicólogo que llevo dentro. Y cómo intentar doblegarlo los llevó a despedazarse unas ciudades contra otras. En Dioniso encuentra el triunfo de la vida sobre la muerte, con los misterios orgiásticos, el eterno retorno que lograron los griegos antiguos. La voluntad de vida se afirma en el dolor de la parturienta. Es el misterio de  la sexualidad que los griegos veneraron. Solo el cristianismo, que se basa en el resentimiento contra la vida, ha hecho de la sexualidad algo impuro. La tragedia griega, el primero de los valores trastocados, representa esa psicología del misterio orgiástico estimulado por el dolor, es un sí a la vida frente al horror y la compasión.

 











 





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El nacimiento de la Filosofía, Giorgio Colli

El nacimiento de la Filosofía, Giorgio Colli

En una genealogía de la filosofía, ubica a Platón como el primero en identificarla con un amor a la sabiduría. Su referencia tiene más que ver con su veneración por los sabios que consideraba que le habían precedido más que reclamar por un conocimiento inalcanzable. 

La fuente de la sabiduría es la locura,  representada por Apolo, el Dios de la adivinación. El que desvaría o alucina puede recibir el mensaje, confuso, en señales, oracular, sin decir y sin mentir, señalando, proveniente de los dioses. La palabra oracular de los dioses, indicando lo que está por venir. Al sabio, al centrado, le corresponde interpretarlo. 

Apolo, simbolizado por el arco y el arpa, representa la ambiguedad entre la hostilidad y el arte. A los griegos lo enigmático les resultaba cruel y hostil. El lenguaje con los amigos ha de ser franco. Apolo es quien se manifiesta en el oráculo, enigmáticamente.

El nexo entre adivinación y enigma es originario.Aunque el enigma es anterior. El primer enigma documentado es el de la Esfinge enviada como maldición y castigo de los dioses a Tebas. El único que la descifra es Edipo. Corresponde al sabio descifrar el cruel enigma enviado por los crueles dioses. Su arma es la sabiduría. Y la lucha es mortal. Más tarde serán hombres los que se expresen con enigmas. Algo central en el pensamiento de Heráclito.
En Platón el enigma tiene un tratamiento místico y mistérico. Místico en tanto experiencia mística para la que no hay palabras que la expresen, su descripción será ambigua. Y mistérico, en tanto lenguaje oculto y esotérico para obligar a iniciarse en los misterios. En la Apología de Sócrates, el enigma ya no es de un dios, sino humano, malicioso, de Mélito. Es una acusación a Sócrates que oculta una contradicción.
En esta fase humana, madura, del enigma, la contradicción, sugiere engañosamente un contenido: la solución del enigma. Los jueces caen en la trampa, condenan a Sócrates creyendo haber resuelto el enigma y no ven que no es más que una contradicción. 
En las épocas siguientes su uso será social, en los banquetes, o para entrenamiento en la educación de los niños. Aristóteles lo definirá como "decir cosas reales uniendo cosas imposibles". Pero para admitir algo real en una contradicción Aristóteles, para quien la contradicción es nada, dirá que hace falta una metáfora. Con esto el enigma quedará vaciado del "pathos" original. Y se agrega la metáfora al origen de la sabiduría. 
Hay un pasaje desde lo divino o religioso a lo humano, contradictorio y agónico. Agónico, porque ya no se trata de protegerse de los dioses, sino de la lucha por el conocimiento, entre los sabios, o entre los que quieren serlo. Y el que sobresale en el intelecto lo toma como un desafío mortal. El enigma es engaño y el sabio es el que no se deja engañar. Homero, Sócrates y los tebanos mueren por no poder resolver un enigma. Heráclito nos habla con enigmas. Heráclito expresa su pensamiento con enigmas en doble sentido: resolviendo el acertijo podemos llegar a algo así como que lo real no está en lo que se nos aparece, puro devenir indeterminado, sino en lo que no se nos aparece, el alma o en un logos universal. Y el segundo sentido es que eso real, el sentido último, está escondido y quiere permanecer así, escondido, y la realidad se nos manifiesta enigmática, antitética, en oposición de contrarios y que desenmarañandolos llegaríamos a la unidad, a Dios.

De lo dicho vemos que el origen de la sabiduría griega es la manía, la exaltación pítica, en una experiencia mística y mistérica.

Paralelamente surge la dialéctica, en el campo de la agonía humana, sin dioses ni fondo religioso. Probablemente ya Parménides haya planteado la imposibilidad de la contradicción y la exclusión de una tercera vía (en Aristóteles, tercero excluído) ya que se lo ha mostrado como un experto en dialéctica, antes que su alumno Zenón, esté último cuyas argumentaciones eran superiores a las de Platón. 
En la dialéctica, el arte de discutir, alguien desafía con una pregunta y el que acepta el desafío responde afirmando una de las tesis antitéticas que el preguntante intentará contradecir, haciendo preguntas al respondiente , cuyas respuestas serán el hilo argumentativo de su propia refutación. Si el preguntante logra que el respondiente se refute a sí mismo habrá ganado. El preguntante evitará un diseño perspicuo de su argumentación mientras va preguntando para que no se le haga evidente al respondiente.
También nos vienen de ésta época los conceptos de necesidad, posibilidad, universal e identidad. El universal será usado para demostrar una proposición, recurriendo a una abstracción mayor y demostrándolo para esa abstracción o universal. Todo esto quedará reunido en los Tópicos aristotélicos y su silogística aristotélica.
Tanto en el enigma de los dioses y en la pregunta dialéctica hay un desafío en forma de contradicciones explícitas. 
Misticismo y racionalismo serían dos fases sucesivas del mismo fenómeno. Solo que en la agonía dialéctica, nadie muere, o quizás sí: para los antiguos la humillación de la derrota era intolerable.

El griego construye un sistema de la razón,  del "logos", como fenómeno viviente, concreto y oral. Con todo lo que implica la vivencia de una discusión oral. 

Sin embargo la dialéctica tiene un fin destructivo. El perfecto dialéctico siempre refutará a su adversario. Y como el principio del tercero excluído será incontestable, afirmarán y negarán al mismo tiempo todo juicio, toda proposición, todo objeto, creando un universo inconsistente demoliendo toda doctrina, toda proposición científica, toda ciencia que se les proponga.

Parménides universaliza la pregunta dialéctica con su "¿es o no es?" y su ley monista de seguir solo el camino de lo que es, siendo él legislador y poniéndolo en boca de la diosa Aletheia, la "verdad", la que no se esconde, es un intento por evitar que los hombres se destruyan a sí mismos en contradicciones.
Heráclito, más maduro, dejará el enigma sin resolver. Al ver Zenón la fragilidad del monismo de su maestro, intenta salvaguardar la reputación de los dioses, contradiciéndolo, pero además llevando por primera vez la dialéctica hasta una contradicción absolutamente abstracta y universal y a un nihilismo total. El ingenio de Zenón es tal que el propio Aristóteles para refutar  aporías particulares como las de la flecha, Aquiles y la tortuga o de la dicotomía,  tuvo que recurrir a los hechos, es decir una superación de la aporía por accidente, no por razón. Lo mismo su ingenio se ve en el Parménides de Platón, posiblemente menos riguroso que el discurso original.

Hasta Platón, el sentido de esta razón había sido de "discurso", intento de explicar el enigma que hacía referencia al misterio divino escondido. Una referencia a otra cosa, un puente metafísico entre dos mundos, el humano y el divino, sin significación en sí mismo y mucho menos sustancia.

A partir de acá, el "logos" será considerada una sustancia en sí misma, pero arrastrando las normas de un "logos" que hasta ese momento mantenía su autenticidad de arma agonística, de camino, de símbolo manifestante.

Georgias llevará la dialéctica al refinamiento extremo, iniciando quizás la demostración por el absurdo. Sabe usar la cuantificación en la contradicción y las reglas del juicio. Pero su nihilismo absoluto, aunque no será original por lo diicho ya de Zenón,  sí será original en que en sus tres leyes "nada es", "si es, no es inteligible" "si es inteligible, no es comunicable" parecieran poner en duda incluso la naturaleza divina, aquella que Zenón intentara salvaguardar. Quedó atrás todo trasfondo religioso.

En Atenas, la dialéctica se abrirá a la arena política y la discusión le dará paso al discurso, sin un oponente, sino muchos oyentes profanos, con una dialéctica adulterada. Así nace la Retórica, como la vulgarización del lenguaje dialéctico. 

La agonía en la Retórica es con los oyentes. El orador triunfa si logra persuadirlos , y en la persuación intervienen las emociones. Los oyentes lo compararán también con otros oradores. Si son persuadidos habrán sido subyugados. La sabiduría deja de ser un fin en sí, su fin ahora es la potencia. La retórica se pone al servicio de los intereses políticos.

El ambiente que se vive es una mundaneidad sin pudores que ha dejado atrás todo fondo religioso. El propio Giorgias, campeón de la dialéctica y quizás creador de la retórica, emplea distintos estilos y métodos argumentativos en una y otra. Deja de lado la necesidad y posibilidad y abundan las demostraciones por el absurdo, con más fuerte poder persuasivo que el método directo.

El arte retórico, que se ha comparado a una escultura, requería recitar, practicar muchas veces antes del discurso si se quería alcanzar la perfección y la excitación del auditorio. Se usa entonces la escritura como herramienta mnemotécnica. Todos los discursos retóricos necesitan antes ser escritos. Así Zenón solo escribió un discurso dialéctico y Giorgias todos. 

De este uso más frecuente de la escritura en la retórica surge un nuevo género literario, la filosofía.

La vivencia, incluso la vivencia interior al alma, parte fundamental de lo que se quería transmitir en el discurso dialéctico, y solo al alcance de los participantes, se pierde con la espectacularidad de los discursos retóricos y principalmente con la escritura. Con lo cual la falsificación del contenido es radical.

Al sumársele la retórica a la dialéctica en el uso de la escritura, la filosofía incorporará la moral y la política a los temas teóricos. 

Es Platón quien dice explícitamente que nada serio puede ser transmitido por vía escrita por lo que es de pensarse que no considera serio sus propios diálogos, por eso llama "filosofía" a lo que él escribe, diferenciándolo de la "sofía" de los antiguos sabios. Y en el Fedro, en el mito que narra el origen de la escritura, cuenta que es un don de un dios egipcio a un faraón y éste le replica que cómo podría transmitir sus pensamientos en letras inertes, pronto estratificadas y cristalizadas. También narra Platón su experiencia dolorosa cuando el tirano de Siracusa quiso divulgar en un escrito propio la presunta doctrina secreta platónica.

Los diálogos platónicos son el resultado de su inclinación a la política y dotes como literato.

En sus diálogos Platón da nacimiento a la palabra filosofía, a partir de ellos se confunde sabiduría con filosofía a pesar que Platón mismo se encargó de aclarar que la sabiduría de la que hemos estado hablando hasta ahora, no era posible que fuera transmitida por escrito.
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Simposio platónico "Aquellos que pasaron juntos toda la vida...no sabrían siquie

Simposio platónico "Aquellos que pasaron juntos toda la vida...no sabrían siquiera lo que quieren obtener uno del otro. Nadie podrá creer que se trate del contacto de los placeres amorosos...el alma de ambos quiere otra cosa que no es capaz de expresar; de lo que quiere...ella tiene una adivinación, y habla por enigmas"

Husserl y Merleau-Ponty

Universo fenomenológico intersubjetivo genético, generativo y encarnado en un cuerpo.

Una comunidad de mónadas, constituídas por conciencias encarnadas 

Por medio de una reducción fenomenológica que es una invitación  a suspender el juicio sobre el mundo físico y psíquico incluyendo todas las construcciones culturales, espirituales y todo saber de las ciencias, quedando todo reducido a mi yo, que entonces en una nueva apertura redescubro el mundo como fenómeno de mi conciencia. Recupero el asombro por el mundo. Lo vivo, lo vivenciono intencionalmente y tal cual es y vivenciono los objetos como elementos significantes, como significado de mis vivencias intencionales, como siendo el sentido de mis vivencias intencionales.

El fenómeno es una vivencia intencional de la conciencia

En el fenómeno hay una correlación entre la nóesis o vivencia de la conciencia individual y nóema u objeto dado o intencionado o contenido de la vivencia intencional. 

La conciencia individual es conciencia-de. Conciencia de los objetos del mundo vivenciados intencionalmente por ella.

La conciencia es trascendental porque es constitutiva de los objetos trascendentes del mundo (los objetos del mundo exterior o mundo natural o mundo real)

El objeto es dado en la síntesis y unidad de  vivencias intencionales con la condición de que las vivencias mantengan una coherencia en el recorrido inagotable de sus perspectivas y horizones temporales y espaciales. El objeto no se agota en el fenómeno actual tal como se le presenta al sujeto, sino que siempre mantiene infinitos horizontes temporales. 

El objeto fenomenológico, es el objeto real. No es una imagen, ni una réplica, ni una descripción, ni un signo de otro objeto más real. Es la realidad misma.

El tiempo no es una sucesión discreta de presentes, sino un fluir contínuo y el presente es un límite en esta continuidad, pero como un reflector en la oscuridad, abarca una sección de pasado y de futuro.  

El otro se me apresenta, es decir, se presenta mediatamente, co-presenta, por intermedio de otra presencia, por similitud. El cuerpo del otro por similitud con el propio, y su supuesta conciencia se me apresenta haciendo una proyección por similitud con el comportamiento de su propio cuerpo con el comportamiento de mi propio cuerpo que a su vez es parte de mi propia conciencia. Luego si yo tengo una conciencia, el otro cuerpo, que se me apresenta como un cuerpo como el mío, y se comporta como el mío, proyecto que tiene una conciencia como la mía y así lo vivo.

En mi mundo objetivo individual no se agota el mundo, sino que hay un mundo que no me pertenece y que es del otro, ya que no tengo forma de acceder a la conciencia del otro, ni él otro a la mía, y hay un mundo compartido por yo y todas las otredades, el mundo intersubjetivo.

La fenomenología no analiza ni investiga. Su método es descriptivo. El conocimiento más directo está en las vivencias intencionales y su descripción. Toda teorización debe construirse a partir de este conocimiento primero. 

El cuerpo es a la vez psíquico y fisiológico. No se trata de dos naturalezas separadas, sino que están entrelazadas. La percepción y el comportamiento, son intencionales y están en el corazón de la intencionalidad y de la vivencia y es lo que constituye a la conciencia en una conciencia encarnada y con existencia en el mundo. Le da un carácter de ser-en-el-mundo. Como decíamos, la percepción y el comportamiento tienen siempre un sentido, una intención. La existencia del cuerpo no es en-sí, como la de los demás objetos, sino para-sí, como parte de la conciencia.

La existencia en-sí es la de los objetos que están para ser objeto de conciencia, están a la mano de. Pero no vivencia, no intenciona, no es conciencia de otro objeto ni de sí mismo. Y su esencia está determinada. La existencia para-sí, es una existencia indeterminada, cuya esencia tiene que construirse por sí misma, en libertad. Es la existencia de la conciencia, que es conciencia de objetos en-sí y de sí misma, para-sí.

La percepción, el comportamiento y la vivencia intencional en general tiene una faceta actual y una habitual. La habitual, es el cúmulo de influencias debidas al hábito adquirido por vivencias pasadas desde la infancia, las vivencias compartidas y las vivencias históricas. Por eso las vivencias son genéticas y generativas.
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Tesis sobre la historia, Walter Benjamin

Tesis sobre la historia, Walter Benjamin

El materialismo histórico debió incorporar el mesianismo a su utopía. El historiador ha de buscar en la historia, la constelación de hechos, no importa cuan distanciados y salteados se hayan dado, pero que profeticen el tiempo actual como mesiánico. Rememorarlos con un calendario festivo, con emoción y sobriedad. Ya que se trata de la historia de los vencidos, opuesta a la historia oficial: cúmulo de una sucesión temporal de causalidades eficientes que solo hacen de relleno a un tiempo vacío y homogéneo que les sirve a los dominadores actuales, herederos de los vencedores de todos los tiempos y cuyo botín de guerra es la cultura, lograda no sólo a través de  genios y artistas creadores, sino con la servidumbre de sus contemporáneos vencidos. 
La revolución de la sociedad sin clases no se da en una culminación del progreso, sino con su interrupción, ya que es el progreso en sí mismo la destrucción de la humanidad. La utópica sociedad sin clases no ha de seguir en un progreso que es por esencia infinito, perpetuo y automático, sino que ha de interrumpirlo. El error de la izquierda ha sido el de enarbolar la bandera del progreso para combatir al fascismo. Cada documento de progreso cultural, arrastra consigo otro de barbarie. El historiador ha de profetizar mirando vuelto hacia el pasado. El político que camina al paso del presente, sin mirar hacia el pasado, no puede predecir, no ya el futuro, sino ni siquiera el presente, que se le escapa de las manos. 
Hay en los sueños inacabados de los vencidos un material infinitamente valioso para proyectar el futuro. El presente no ha de ser la época redentora de las venideras, sino de las pasadas. La verdad de una época pasada no es un transcurrir, sino una imagen súbita que desaparece justo después de mostrarse por completo como un relámpago. Esta constelación de épocas pasadas no se le aparecen por azar el historiador, sino que son elegidas como mónadas que completan un presente donde el supuesto estado de excepción de las clases oprimidas ya no puede justificarse como excepción, sino como regla. Revolución no es sinónimo de progreso, sino de su freno de emergencia. 
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El escepticismo desde Erasmo hasta Espinoza, Richard Popkin

En la antiguedad se identificaron dos vertientes escépticas, la pirrónica, que cuestiona hasta poner en duda toda teoría dogmática y acepta vivir de acuerdo a lo que se le aparece: los fenómenos, las leyes y las costumbres porque entienden que son tan reprochables como cualesquiera otras y con esta suspensión del juicio dogmático, no crítico, logran serenidad espiritual. La otra vertiente, continuadora de la academia platónica, afirma que es imposible conocer nada, luego son dogmáticos en realidad.

Hasta 1532, los intelectuales humanistas (filósofos y monjes que se enamoran de la antigua cultura greco-romana ) adoptan o debaten sobre el escepticismo académico (dogmático) recuperado por Cicerón y Diógenes Laercio. Dos mundos nuevos descubiertos: la antiguedad clásica y América. No hay menciones a los textos pirrónicos de Sexto Empírico hasta 1532, cuando Lutero cuestiona gravemente que Roma y el Papa sea el legítimo intérprete de las escrituras. En 1560 se publican por primera vez los Esbozos Pirrónicos que levantarán mucha polvareda. (En una sed de textos griegos despertada por los primeros traducidos, los cuales ayudan a los intelectuales a confirmar sus ideas varias, llegan los textos aristotélicos, que afirman la posibilidad del conocimiento racional, y textos de las ciencias liberales árabes e indúes). El cristianismo persigue a los que no se convierten: paganos, o practicantes de otros credos. El pirronismo es usado por los reformadores para poner en duda la autoridad papal. Erasmo primero y Montaigne después la usarán para apoyar un fideismo pirrónico. Lutero se vuelve más papista que el papa, al punto de quemar por hereje a otro reformista por no reconocer a la trinidad. Dice que es el único que tiene la luz de su dios para interpretar la verdad en las escrituras y que en eso radica el iluminado del hereje, en esa intuición, fe de perfecta certidumbre en lo que creen entender. Asimismo Calvino su seguidor. Finalmente Descartes plantea que la duda pirrónica es una certeza en sí misma (algo que Sexto ya había cuestionado y Montaigne había dicho que era una falla del lenguaje: el escepticismo necesitaba de un lenguaje negativo y el lenguaje humano es afirmativo (Mio: necesita una lógica dubitativa). Descartes no acepta el fideismo y mete a su dios por la ventana y se le cuelan conceptos griegos que no eran innatos como él decía. Sanchez plantea un pirronismo positivo, al aceptar al escepticismo y reconocer que en su marco aun queda lugar para un conocimiento parcial y localizado, empírico, de las cosas. Spinoza cuestiona la cosmogonía antropológica que otorga a dios naturaleza humana con inteligencia, voluntad, sentimientos, pasiones, deseos y debilidades cuestiona la voluntad absoluta que el hombre cree tener, cuestiona que la religión hace que el hombre se deteste a sí mismo por no contener sus pasiones,  creyendo que hay en él un alma buena y un cuerpo malo y todo por creer que las cosas y el hombre han sido creados para un fin más allá del conatus (perseverar en su ser).

Montaigne "Todo lo que presentan los filósofos en sus teorías son invenciones humanas". Sanchez, médico judío cuya familia debió huir de España a Francia en el siglo XVI, leyó a Sexto Empírico, su escepticismo es lo más parecido a un estudio analítico del SXX. Tal vez emparentado con Montaigne, cuya madre es judía convertida al catolicismo. Montaigne establece un fideismo pirrónico base de la Contrarreforma Francesa.

Analizando el análisis de Nussbaum sobre el uso práctico de la filosofía

La eterna disputa entre sincera crudeza filosófica y cinismo e hipocrecía cristianos. El kant de la crítica de la razón pura & el kant de la crítica de la razón práctica. Aristóteles &  Epicuro. Espinoza  Descartes. Nietzche, Foucault, Deleuze, Freud &  Jung, Santa Iglesia Católica y movimientos deterministas del SXX.  Salvar a los hombres de su duda existencial que los mortifica, ese es el deber que se auto imponen como autodioses los cristianos, Epicuro, el sicoanálisis- secretamente asociado a la iglesia- edificando un dios a la medida del nuevo poder, el burgués, un dios ateo, Edipo, donde todo quedará resuelto entre papá y mamá, como si las masacres, matanzas, saqueos, genocidios, violaciones y humillaciones tuvieran su conflicto en torno a papá y mamá. El nuevo dios Edipo fue diseñado en una casa burguesa y solo ahí sirve y solo ahí había de servir. Era ahí donde la trinidad necesitaba re-instalarse y como el ave fenix acudir a salvar a la humanidad o al menos a su parte poderosa. Cuénteme, su problema es papá o mamá ? -no sé, mi papá fue muerto por un francés cuando colonizaron mi tierra y luego se casó con mi mamá después que trabajó para él junto con mi hermana (deleuze) En respuesta a la reflexión final de la autora, quien se declara aristotélica y admite que Epicuro podría criticarle que tuvo la suerte de criarse sin necesidades y vivir en una profesión benigna sin las desdichas de otras vidas, discrepo pues la cuestión es porqué alguien puede considerarse el salvador al que deben otros seguir.

Sobre la pluriculturalidad y la pericia antropológica

"La matanza de Lonco Luan"
Pluralidad cultural
La opinión vecinal habla de personas de buenos modales, trabajadores, influenciados por elementos foráneos incitadores, es decir, por un lado adquirieron la cultura oficial del trabajo y los buenos modales, pero receptores pasivos de una religión foránea, sin embargo no no  mencionan sus necesidades insatisfechas detectadas por los servicios sociales:  pobreza, desamparo, abandono y marginación; hacinamiento, problemas de salud, desnutrición, promiscuidad, degeneramiento en la persona, ignorancia, anomia y desintegración familiar, todos indicadores de que no tenían facilitado el acceso a la cultura oficial.
Los peritos oficiales denuncian aculturalismo o semiaculturalismo y analfabetismo.  Es decir que el problema no sería tanto no disponer de la cultura oficial, sino la pérdida por algún motivo de la cultura ancestral.
El primer defensor hace un etiquetado cultural tajante al considerar a los indígenas bárbaros y primitivos, incapaces de comprender la autoría de sus propios actos, dignos de tutelaje como los niños, y anteriormente las mujeres, con la consabida pérdida de derechos y obligaciones cívicos propios de un ciudadano con autonomía. Estigmatiza la condición de indígena y los trata como un grupo sin diferencias individuales, personales independientemente de si fueron autores directos o no.
El segundo defensor, propuesto por el director del AIRA, descarta los elementos culturales, y se enfoca en el estado transitorio emocional en que sucedieron los hechos. Individualiza a las personas y distingue actores directos de presenciales. Es decir, les da a las personas presencia jurídica e  individual, aunque no tiene en cuenta el abandono del estado y la incomprensión cultural de sus leyes.

El perito antropólogo habla de fuerzas culturales aculturativas y contraculturales que influyen destructivamente sobre la personalidad como si la cuestión de la cultura nos llegara de afuera directo a nuestro inconsciente que se batiría entre fuerzas contradictorias .
El juez sostiene una visión cosificada y monolítica de la cultura en la cual una persona tiene una y solo una cultura y si ésta desaparece la persona muere.
Una visión más realista no dejaría de notar que las culturas circulan entre las personas, y las personas las aprovechan, las adaptan, en un tomar de acá y de allá, en un proceso histórico, circunstancial, contextualizado y según lo más conveniente para la persona en un tiempo y lugar aprovechará lo de una o lo de otra. Opciones individuales cuya disponibilidad puede no evidenciarse a simple vista, pero que no significa que no estén presentes.
El pluriculturalismo tiene que ver con hacer a todos participantes e influyentes en el acto de legislar y tener en cuenta en la jurisdicción, que se legitimizan las leyes con infinitos matices subjetivos y la evaluación del contexto completo en el que se desarrolla la acción para comprender el significado que una persona atribuye a un hecho es fundamental.  Nada tiene que ver con tratar a las minorías sociales como a niños o infrahumanos, sino con comprender que cada costumbre social tiene su razón de ser para quien la utiliza y es en sí misma. Las distintas autonomías jurídicas alcanzadas por las personas a causa de la desigualdad es un concepto ortogonal al concepto de cultura. La cultura es un conjunto de elementos, recursos disponibles que como muchos otros recursos inciden en la desigualdad que a su vez incide en el grado de autonomía judicial. Pero la cultura en sí dista mucho de ser una etiqueta.

Las pericias solicitadas  hablan de cisma cultural y de cambios culturales incoordinados como causales de trastornos de la personalidad y del estado de trance. Nuevamente la persona queda ubicada en un rol pasivo, víctima de fuerzas "culturales" de choque que podrían ser armónicas o contradictorias, pero que no lograrían explicar conceptualmente la ambivalencia y los cambios abruptos evidenciados en los protagonistas de este suceso. Y que sí quedan explicados bajo la luz de un paradigma que interprete a la cultura como un proceso en acción, con alternativas que son tomadas o descartadas de acuerdo a los aconteceres históricos, ideológicos, políticos, sociales, psicofísicos y psicológicos en un momento dado.
Estas pericias, hechas por peritos, se establecen como verdades, aunque se basen en fuentes desconocidas, aunque lo sean solo para una comunidad cerrada de profesionales, no inserta en la comunidad científica, pero serán verdades disponibles para que tomándolas  discrecionalmente para premisas en su tesis, construya una Verdad Jurídica,  el juez, protagonista, principalmente cuando se trata de expedirse acerca de la imputabilidad de un acusado, situación en la que ninguna prueba es de por sí determinante, ni la pertenencia a la tabla internacional de enfermedades mentales de la OMS ni efectos transitorios o circunstanciales  sobre una persona que no está catalogada en dicha tabla siendo determinante la conexión intersubjetiva del juez con el acusado y donde finalmente su convicción interna tendrá la última palabra.
Ciertas pericias con sentido antropológico hubieran podido ayudar a dilucidar el caso:
Individualizar a cada uno de los detenidos, evitando homogeneizarlos en un grupo conceptual monolítico y estático de cultura, y las preguntas hubieran recorrido sus vivencias particulares y sus mentalidades particulares consultando acerca de sus valores, creencias, ideas, pensamientos, sentimientos, costumbres cotidianas, deseos, temores, preocupaciones, esperanzas, proyectos, lamentos, extrañamientos, pérdidas, aspiraciones, política, ideologías, verdades, sus verdades, algún tiempo antes y actuales; y el entorno ambiental y dar con el significado concreto que cada uno le aplicó a estos sucesos.
En este sentido, por el contrario, todas las discusiones periciales intentaban argumentar cuánto y de qué manera un conjunto de conceptos cosificados como "cultura mapuche", "religión pentecostal", "religión católica", "cultura oficial" chocaban entre sí en contradicciones irresolubles e impactaban en un grupo de cuerpos pasivos.
En el mismo sentido, distinguir a cada persona por su responsabilidad concreta en los homicidios  sin masificarlos como lo hicieron a modo de "el grupo de indígenas".  Individualizar quién hizo qué cosa, cómo actuó y cómo reaccionó antes y posteriormente.
Considerar la posibilidad de que estuvieran tomando un poco de cada cultura, por conocimiento, por inclinación o mejor opción y que estuvieran mezclando distintos rituales e incluso tal vez cada uno estuviera viviendo un ritual ligeramente diferente. Por ejemplo, si actuaban individual o colectivamente. Si buscaban salvarse individual o colectivamente. Ya que marcaría un punto de corte entre la religión mapuche que busca la salvación colectiva y la pentecostal que es individualista. Pero en un paradigma de conjuntos culturales sin intersecciones cuyos elementos son las personas, no podríamos atender a esta posibilidad de mezcla de costumbres.  Las opciones culturales que se le presentaban como alternativas, ¿estaban realmente a su alcance o por el contrario a pesar de haber intentado resolver sus graves problemas de salud por cualquier medio no contaron con los recursos que necesitaban para cada caso? Por ejemplo: para el socorro con la cultura oficial necesitaban un auto y no contaban con uno, para la religión pentecostal carecían de pastor, y tal vez luego de asignarle a la enfermedad el significado pentecostal de un demonio, pero al no contar con pastor, estuvieran probando con una salvación colectiva al modo de la religión mapuche y así como han dado muestras de que profesaban la cultura oficial y la pentecostal, también usaban la mapuche, como prueba de ésto recordemos que "usaban una lengua mapuche clasista inusual con nomenclaturas de plantas y animales de extraña originalidad". A la situación desesperante en la que se encontraban, no llegaron porque rechazaran toda mezcla cultural, ni porque fueran incapaces de asimilarla, sino porque no eran asistidos en sus derechos oficiales que sí querían, y como muestra basta ver que cuando quedaron libres, se reincorporaron a la vida social, los niños fueron a la escuela y recibieron "buenas calificaciones" y retomaron el negocio del hilado.
Luego la pregunta sería si el grupo en cuestión tenía a su alcance la cultura hegemónica que se imponía como obligatoria, o les resultaba inalcanzable, por no haber sido asistidos en sus derechos fundamentales reconocidos como indispensables por esta misma cultura: salud, alimentación, educación, hábitat en general, lo cual redundaría en un Estado culpable por ausente, situación planteada muy diferente a la de hablar de personas dignas de tutela porque no sabrían desenvolverse en un medio determinado. Sin lugar a dudas hubieran podido desenvolverse perfectamente violando las leyes impuestas por el Estado, lo cual de hecho es lo que hicieron, ya que solo es posible respetarlas cuando se cumple complementariamente cuando menos con los derechos fundamentales.
¿Contemplan las leyes los comportamientos reconocidos como aceptables por las culturas pentecostal, católica, mapuche, o solo presta atención a las costumbres europea occidental y cristiana? por ejemplo, en lo referente a los rituales oficiales destinados a la salud, es decir la salud tal cual la conocemos, con sus comportamientos apropiados dentro de los hospitales, en las visitas médicas, en las altas y las bajas y la elección de un profesional de la salud, la clasificación de las enfermedades y sus tratamientos, etc., ha sido tenido en cuenta todo aquello que en cada cultura en particular, que se ofrezca como una alternativa al alcance de la comunidad en cuestión, es considerado reprobable ? Es decir, ¿están siendo consideradas las culturas existentes en la legislación y en la aplicación de las leyes ?
 Sentido antropológico del múltiple homicidio
De todo lo anterior es aceptable significar los sucesos como el último refugio para curarse de  la enfermedad y debilidad primero intentando , pero sin lograrlo, llegar al hospital hegemónico, luego dándole a la enfermedad cara de demonio pentecostal, pero sin pastor y finalmente recuperando el sentido mapuche de la vida, intentando una salvación colectiva, en un proceso desesperado de adquisición de recursos de todas las culturas que estuvieran a su alcance para cuidar sus vidas.
Como vemos, también se trató de un crimen de Estado por estar absolutamente ausente, un crimen social, ya que descuidó el acceso a los recursos elementales necesarios complementario a la exigencia de cumplimiento de sus normas.
En la legislación se nota la ausencia de un carácter pluricultural, es decir, la ausencia de otras culturas que no sean la cristiana-europea occidental, tanto en la incorporación de elementos favorables, como el uso comunitario de la tierra, como así también en la prohibición de factores de riesgo como la predicación pentecostal de salvación individual y la eventual atribución de carácter demoníaco a cualquier otra persona y agravado por la permisividad y hasta exigencia divina de eliminar al demonio.
En la jurisdicción vemos esta ausencia de un carácter pluricultural, cuando permite la  instalación de sectas sospechosas sin atender a su mensaje criminal.
Sobrevivientes de una cultura originaria aniquilada, de quien se opinaba que eran de buenos modales, trabajadores y humildes, son abandonadas a su suerte quedando absolutamente marginados, enfermos, con hambre y frente al frío patagónico, recurren a la cultura dominante y no responde, toman la religión pentecostal y relacionan sus padecimientos con el demonio, intentan defenderse con las enseñanzas de esta religión y no se curan porque les hace falta un pastor y el pastor los había abandonado, finalmente retoman su cultura ancestral que ante una amenaza hacia el grupo les ordena priorizar al grupo antes que salvarse individualmente, por ese motivo aquellos que creían ser presa del demonio se ofrecían en sacrificio. Ante la ley oficial habría un muerto, un arma e intenciones de matar y conciencia. Ante una ley pluricultural, estas costumbres del pentecostalismo habrían estado prohibidas, y de fallar esta prevención en todo caso habrían sido consideradas las intenciones benévolas de salvación colectiva. Habría un Estado culpable por ausente. Y con respecto a la inimputabilidad y la pérdida de la capacidad de comprensión, no podría atribuírselo a condiciones culturales, sino únicamente al estado de trance alcanzado.





Sobre la utilidad de la pericia antropológica para la defensa y el juez


Causa Coliman  
La legitimidad de las pruebas aportadas en una pericia antropológica o informe socioambiental para un caso de infanticidio se sustenta en que el asunto investigado es un hecho social ya que sin hecho social, no hay delito, y este asunto, no es investigado, en tanto hecho social, por las pericias de otras disciplinas no humanísticas. A esta cualidad del tipo de investigación ofrecida por la Antropología cabe agregar que hace hincapié  sobre el contexto.  Y es ahí, en el contexto, donde puede leerse en forma acabada, los significados que atribuyen los protagonistas y luego desprender su punto de vista en cuanto a la juridicidad del mismo, un contexto que quizás incorpore circunstancias atenuantes, pero no para aguar, desdibujar  con relativismos absolutos cualquier posibilidad de construcción de una verdad jurídica, sino  en el que también se hacen notar y quedan expuestas las actuaciones y responsabilidades con diversos grados de culpabilidad de terceras figuras seguramente no vinculadas desde un primer momento en el expediente atentos que habrán estado en datos aislados sin interrelacionarlos en un devenir histórico psicosocial. Tal es el caso, en el ejemplo que nos toca, de vencindarios  e instituciones incluyendo a las del estado. Y más ricos y develadores serán si logran detectarse los significados sociales y las normas y mandatos sociales no incluídas en ninguna ley, pero con una fuerza implícita implacable y letal, como el mandato de la buena maternidad hacia el género femenino.  Este mandato implícito y tan poderoso no tiene las regulaciones de una ley, no hay quien lo controle, su poder es absoluto y tiránico, hace caso omiso de las dificultades materiales.  Una norma de esta naturaleza, pasará naturalizada por las pericias de otras disciplinas y por los informes de los oficiales de justicia del expediente judicial, luego, nunca podrá suponersela como lo que es: la respuesta al acertijo y verdadero criminal. Si la muerte social es también una muerte y se sabe inevitable  para quien viviendo un embarazo intentara negar una buena maternidad a ese niño por venir, si ni se escapa de la misma ni entregándolo en adopción ni deteniendo el embarazo, por más que por lo alto se diga otra cosa, y si la historia personal huele a indignación es posible que estemos ante el caldo de cultivo para una reacción radical, extrema, un No tajante, una oposición en su máxima expresión, el felicidio mismo. Alternativas como la descripta lejos de crear dudas, mejora la perspectiva, permitiendo ver el bosque entero con todos sus actores, sean estos personas, cosas o ideas y lejos de desacreditar elementos de juicio, agrega nuevos y más sólidos para el pensamiento. Aquellas leyes que contradigan al primer mandato, el de supervivencia, están destinadas a ser violadas. Y esto es así, a cualquier costo. Sea el costo que sea. Y eso es lo que nuestra sociedad culturalmente rígida nunca aprende. Si no hay para alimentar a un hijo, se robará, pues uno mismo muere, si muere un hijo. Y así todo. Ante la plena seguridad de que no querra al hijo por venir, y ante el mandato inclemente de quererlo, se avecina una muerte, es inevitable. La del hijo, o la propia. Muchas mujeres han de optar por entregar su vida. Otras, en un cocktel de indignación, desapego y shock, eligen vivir y vivir es no morir socialmente y eso es no ser mala madre, ni abandonarlo ni abortarlo, pero están convencidas que no lo quieren de modo que no hay forma de satisfacer a los otros, y resta revelarse, pero matarlo también es salvarlo, salvarlo de ellas mismas, de su desamor. A este razonamiento, que reconoce al infanticidio como la única salida visible desde el punto de vista del acusado según sus propios significantes y significados, su vivencia íntima, no podría llegarse a partir de datos exclusivamente psicológicos, ni reconstruyendo una secuencia positiva muda de sentidos. Es necesario acercarse al lenguaje y tiempos del acusado. Es necesario una pericia antropológica.
Y las preguntas conducentes a producirla, en el caso en cuestión, deberán, antes que mostarnos el día superficial, iluminar la noche profunda de la protagonista, la de su vida de bebé en una caja como un perro, el vínculo con su padre y madrastra. Los valores de la comunidad en donde se crió, aquellos valores que tengan que ver con lo sucedido. Esa palabra intraducible que gritó en la cárcel. Traducirla. Su propio comportamiento frente a los otros, que no pertenecen a su mundo, esos que no considera dignos para compartir su noche, como es el caso de los jueces durante las audiencias, ni con autoridad moral para reprocharle a ella su comportamiento.  Cual es esa moral de ella misma. Qué le permite y que le prohibe. Qué significa lo que hizo desde su moral. Investigar si consume marihuana, o pudo haber consumido durante su prisión preventiva. La alucinación que la psicóloga atribuyó a una sicopatía, pero que el siquiatra desestimó pues se lo atribuyó a las sustancias prohibidas que circulan por las cárceles, es o no una sicopatía. En una entrevista con la protagonista del triste suceso, coseguir saber quiénes eran los familiares y amigos de su círculo íntimo y cuales que admiraba.  Entrevistarlos para saber más cosas de ella y qué ven ellos. Obtener el nombre de quien fuera el verdadero padre del bebé y entrevistarlo. Nos quedamos con estas preguntas, siguen muchas otras, pero éste es el tipo de preguntas que requiere una informe socioambiental.





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Sobre libertad condicional



Libertad condicional - Caso Greis
Se castiga la pobreza y a la mano de obra desocupada, por un lado ocasionada por y necesitada de transferencias de capital, en forma de asistencia, hacia los sectores más afectados, pero por otro lado resultado también de la conveniencia que ofrece al libre mercado y a la economía mercantilista contar con mano de obra forzada o contratada en condiciones desfavorables como la que genera la propia prisión la cual entonces se convierte en un dispositivo de producción y reproducción de mano de obra desocupada dispuesta a ofrecer su fuerza de trabajo en condiciones paupérrimas. Disminuye el Estado Asistente y se fortalece el Estado Punitivo. Se genera una situación de retroalimentación, una de cuyas resultantes es que a las víctimas de este proceso se les hace cada vez más difícil salirse de este estado de cosas en el que son sistemáticamente vigilados, perseguidos y encarcelados, y se crean subculturas, a las cuales a su vez se las identifica con el delito y se las persigue y encarcela como tales. Las cárceles lo son de estas subculturas. Y lo son para cotizar en la bolsa. Y lo son como un camino alternativo de resolución del problema del desempleo, -alternativo y opuesto al mencionado más arriba: la transferencia de capital en forma de asistencia,-  que reduce el desempleo incentivando el empleo de mano de obra en malas condiciones y mal paga. Una solución a la medida del capitalismo salvaje.
En el actual Estado punitivo, las poblaciones carcelarias crecen vertiginosamente y la libertad condicional se convierte en un dispositivo de evacuación, pierde su sentido original de reinserción del castigado en la sociedad, adquiere otro sentido: reducción de costos. Sin embargo en determinadas situaciones es casi inevitable la reinsidencia y se requieren de otras soluciones.
Existen y surgen a modo de "respuestas colectivas informalmente institucionalizadas a la condición social de sus protagonistas en las que se combinan el resentimiento contra la cultura convencional y el deseo de alcanzar las formas establecidas de consumo, reconocimiento y poder encarnando los valores soterrados en el mundo convencional, de disfrutar de un estilo de vida hedonista sin pagar el precio del esfuerzo en el mundo del trabajo como tarifa previa" [Miguez, 2008], subculturas del delito, grupos humanos cuya identidad es determinado  tipo de delito prescripto que define la pertenencia endogámica a este sistema y de cuya identidad es determinante. Y la cárcel se convierte en un nodo central, un punto neurálgico de constitución de esta identidad.
Existen ciertos delitos compulsivos y prácticamente inevitables para quien los comete.
Aunque resulte paradójico e irónico, las cárceles pueden ser un lugar de derechos de otra forma no alcanzados, o de ciertos alivios o beneficios, como la paz y tranquilidad,  el ambiente controlado y seguro, un lugar donde se puede descansar, donde no se recibirán golpes, donde su vida corre menos peligro, una especie de estado vacacional,  de alimento y de cuidados de la salud.
En el caso de Greis, en la cárcel coincidieron una serie de circunstancias que le permitieron vivirla como un lugar de contención, donde pudo meditar sobre su vida y mirarse a sí misma. Esta tranquilidad y ausencia de miedo, que no tenía fuera de la cárcel, y la preocupación y cuidado de aquellos con los que se vinculaba desde este para ella nuevo lugar de relación con los demás le permitió encontrar un sentido distinto  a su existencia, esta vez desde un lugar solidario, el de dejar sus memorias para que otros, principalmente sus propias hijas, no cometieran sus mismos errores. Parecía haber encontrado cierta sensación de plenitud en un marco de lazos de reciprocidad, de intercambios positivos, tejiendo para aquellos con los que le tocaba compartir esos días de prisión, y recibiendo atención y enseñanzas, como la sugerencia de que grabara sus memorias.
Nada de ésto había logrado proporcionarse cuando estaba en libertad y nada de ésto lograría sostener una vez recuperada su libertad. Por más que intentó que sus hijas no fueran tras sus pasos, ya estaban marcadas por el abandono previo y no pudo evitarlo mientras en tiempo real presenciaba cómo se prostituían.Al ir descubriendo día a día el destino que le deparaba a sus hijas, y su propia incapacidad para evitarlo, el universo se le desplomó. No tenía ni fuerzas ni contención, su entorno no ayudaba, para relacionarse con el mundo desde esos lazos de reciprocidad positiva. La frustración y el enojo le hizo perder esa parte nueva de sí misma que había podido construir en su aislamiento, y casi por inercia, su vida retomó los pasos previos a su reconversión, volvió sobre sus mismos pasos equivocados, volvió a una relación violenta, volvió a ser madre que no quiere ser madre, volvió a ser despreciada por sus vecinos.
Cabría preguntarse qué elementos le proporcionó la cárcel para que pudiera realizarse, aun estando encerrada, en el marco de una vida sana para ella y para su entorno y cómo es posible lo que resulta una paradoja: que esos mismos elementos no pudieran hallarse en la libertad de la calle.Qué hubiera sucedido si se hubieran aplicado en este caso medidas de asistencia sobre Greis, para que pudiera mantener el clima que encontró dentro de los muros, fuera de ellos.Algunos elementos son claramente materiales: alimentación, seguridad y salud. Otros son emocionales: la existencia de otros dispuestos a cuidarla, a expresarle su preocupación y la posiblilidad de sentirse útil para los demás. Pero sobre todo, o tal vez todos esos elementos lo estaban habilitando, llenaba la necesidad de sentirse buena madre, - y este no es el lugar para meditar sobre la presión social para serlo, sino para cuando ese deseo existe y no puede ser realizado- como no lo había sido antes, cuando tenía a sus hijas junto a ella y como no lo sería después.cuando fuera presa de la frustración. La libertad de Greis operó como una reducción de costos, y no como un procedimiento destinado a la reinserción de la protagonista. Primero porque para faltaba el lugar donde reinsertarse. Segundo porque no hubo nada parecido a una evaluación de su psicología, de sus pensamientos y de sus emociones, de sus anhelos y de sus miedos. Y no se podría decir que faltaba material, ya que había dedicado parte de su larga estadía en documentar su confesión. El presidio actuó como expiador y reparador de una personalidad mala, mala en el sentido de que causa males, vuelta así como reacción ante un entorno malo: pareja violenta, perversa y alcohólica. Pero incluso con esta ventaja a favor de la recuperación del ex-preso, la secuencia de necesidades no satisfechas, una a una, fueron desenterrando la frustración y enojo que tanto tiempo había sido necesario para sepultar. La indiferencia de las hijas, que no habían tenido a su madre cuando les hacía falta, y la fundamental necesidad de un apoyo emocional para los que pasan largos periodos en prisión, llevó a buscar apoyo donde confiaba encontrarlo, en el inconscientemente único tipo de vínculo que creía poder sostener, otro vínculo rodeado de violencia. Terminó en donde empezó, en un ambiente propicio para el tipo de delitos acostumbrada a cometer, que no tenían que ver con malicia o perversión, ni interés personal, sino con necesidades y debilidades emocionales. Como parte del instituto de "libertad condicional", los patronatos independientes que se encargan del seguimiento operativo de reinserción de castigados por delitos, en la sociedad, podrían tomar cartas en cuestiones materiales para que de acuerdo al tipo de delito en cuestión, en el periodo de reinserción, se cree un ambiente propicio para la evitación de la repetición del mismo teniendo en cuenta que en la mayoria de estos casos la detonante principal es la necesidad radical que padecen los protagonistas.

Bibliografía
Le Blank, Guillaume. Vidas ordinarias, vidas precarias. Sobre la exclusión social.  Buenos Aires, Nueva Visión, 2007
Stern, Vivien. Creando criminales. Las cárceles y las personas en una sociedad de mercado. Buenos Aires, Ad-Hoc.2010.
Wacquant, Loic. Las cárceles de la miseria. Buenos Aires, Manantial. 2004
Miguez, Daniel. Delito y cultura. Los códigos de la ilegalidad en la juventud marginal urbana. Buenos Aires, Biblos. 2008
Ley de Ejecución Privativa de la Libertad (24.660/96)
Ojeda, Natalia "Cárcel de mujeres". Revista Sociedad y Economía. Facultad de ciencias sociales y económicas. Universidad del Valle. Colombia. 2013. Nro 25: 237-253
Kalinsky, Beatriz. Condiciones de cumplimiento de la libertad condicional en la Argentina. Revista de Derecho penal. Universidad de Chile
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