El nuevo inquisidor

Pobre ingenua. Quisiste sacarlos de su cautiverio. ¿De verdad creiste que te levantarían un altar para alabarte en señal de gratitud? No me creerías si te cuento lo fácil que me está resultando retornarlos a su corral. Pensaste que aprenderían a ser libres y lo que aprendieron es a creerse astutos y omnipotentes. Es que no ves que les estoy haciendo un favor, evitando que se maten entre sí. Porque, claro, tú me acusas de ser el origen del mal, sin embargo la única creadora del mal eres tú, desde el instante en que pediste solo algo de reconocimiento y a cambio le diste lo que tú consideras que mejor les haría, ya que si de verdad te preocupaba su felicidad, debiste hacer lo que te pedían a gritos, pues qué es la felicidad para ellos, sino lo que ellos creen que lo es, y si durante tanto tiempo se han acostumbrado de esta forma, quién eres tú acaso para venir a perturbarlos con otras ideas. Ya ves cuán rápido me reconocen como su salvador ahora que les he quitado su pesada libertad y que a cambio les doy la seguridad de un camino trazado y me presento como un Dios que les da muestras de comprenderlos. Yo soy el verdadero, y tú solo una impostora . Yo los conozco, he aprendido a controlarlos y en cierta forma a quererlos, sé lo que necesitan y cómo dárselo, tú no los conoces, ni te molestas en acercarte, pretendes no querer nada a cambio, pero exiges que te recuerden y te apareces otra vez pretendiendo liberarlos solo porque tú crees en esa ridícula idea de libertad que será buena para tí, pero no para ellos. Si de verdad los quisieras los entenderías y si fuera así que los entendieras, sabrías ganarte su amor con facilidad ¿Acaso no sabes que odian la libertad, a la que temen ya que se perderían, y que por eso jamás te perdonarán el haber osado quitarles las cadenas?.
Resumen haciendo mucha memoria, y llevado a la situación actual, del Gran Inquisidor (enfrentando a Jesús, aparecido en una plaza medieval) de Fedor Dostoievski

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