Grieta mayor

Hoy presenciamos una aparente grieta, es decir cada cual tiene a su enemigo interno bien identificado, es una ocasión única para prestar atención a quienes, no importa a qué bando pertenezcan, en lugar de reírse de sí mismos, se sacian con el dolor de su enemigo, porque ese, cualquiera sea su ideología, será amenaza de hombres y mujeres libres y es que la única grieta que importa es la que separa a quienes se llenan con el mal de su enemigo, la prueba es que uno puede cambiar fácilmente de enemigo ya que puede pasar de ser asesino a piadoso, peronista a antiperonista, comunista a reaccionario, liberal a socialista, homosexual a heterosexual, heterosexual a multisexual o asexual, justo a injusto, cristiano a musulmán, musulmán a judío, una nacionalidad a otra o incluso de nacionalista a metropolitanista, todas fronteras suaves fácilmente modificables incluso simulables que crean lo único que puede haber más allá de una frontera: el enemigo. Corriendo estas fronteras su identidad no cambiará en lo esencial que es el tamaño de su sed vindicativa inversamente proporcional a su conciencia de su propia finitud. Distintas convicciones propias y ajenas mueven a los hombres a lo largo de su vida por distintos lugares cruzando fronteras, el enemigo es temporal, la sed vindicativa no. Si querés estar a salvo en el futuro de la sed de tus amigos y que no se coman a tus hijos alejate de los fachos no importa de qué línea de la grieta circunstancial estén hoy, cuando hay grietas y con ellas enemigos internos son más fácilmente identificables, y no des demasiada importancia a convicciones ideológicas para hacerte de amigos. Ojo que con el dolor del enemigo no me refiero a la multitud o uno cantando MMLPQTP y cosas por el estilo, no me refiero a la militancia política popular para ganar una necesaria batalla cultural y las elecciones, no me refiero a la guerra política, eso no causa dolor y aun si así fuera, no me refiero a no causar dolor, sino a su goce, no hay liberación sin dolor, no hay guerra sin dolor, pero hasta el mafioso sufre cuando causa dolor, no así el fascista, por eso la verdadera grieta es el fascismo que necesita inventar enemigos, indefensos, siempre indefensos, solo para gozar su dolor

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