Entre 1973 y 1974, Argentina tuvo cuatro presidentes. Lanusse aceptó ante la crisis convocar a elecciones y quitarle la proscripción al peronismo; pero Perón, con 18 años de exilio en el barrio Puerta de Hierro de Madrid, no cumplía con el requisito de los 7 meses de residencia por lo que lo puso a Cámpora, hasta que con el enfrentamiento sangriento durante su multitudinaria recepción en su arribo a Ezeiza, 2 millones de argentinos, demostró que su única cualidad era serle fiel a Perón y ya en nuevas elecciones asume éste como presidente, pero pronto, la persona en la que todo un país parecía haber depositado sus últimas esperanzas, muere por una afección cardíaca y lo sucede su mujer Isabel, en uno de los casos más inexplicables de acceso a una presidencia. El ministro de economía elegido por Perón, fundador y presidente de la CGE, la organización de los "bolicheros" como llamaban despectivamente a los pequeños empresarios, denominación que asumieron con orgullo como propia, así como también los trabajadores hicieron lo suyo con "descamisados", el argentino judío Gelbard que había logrado unir a trabajadores y pequeños empresarios en una misma causa popular en lugar de un enfrentamiento de clases, propuso al Congreso la votación de 20 leyes que de haber sido aprobadas hubieran significado el más ambicioso y progresista plan económico de todos los gobiernos argentinos hacia un "capitalismo popular" como él mismo la denominaba, contra una desigualdad que ya pareciera ser marca registrada de Latinoamérica, ya que se trataba nada menos que de una verdadera reforma agraria. Asombrosamente la CGT, que para ese entonces ya tenía fuertes componentes racistas y conservadores en connivencia con los terratenientes y grandes empresarios, se opusieron, incluso a pesar de que el ministro había logrado elevar en un año la distribución del PBI para los trabajadores de menos del 30% al 47%, y ya se acercaba a los valores del primer gobierno de Perón, 51% mientras que la inflación se había detenido,estable, en 13% anual. A todo ésto asomaba como el brazo derecho de un Perón envejecido y con su salud frágil, "el brujo" , López Rega, un astrólogo, lector de la cábala, ex Cabo y ahora Ministro de bienestar social que daba el visto bueno a los asesinatos perpetrados por su organización paramilitar, la Asociación Anticomunista Argentina. La triple A representaba la derecha de este nuevo peronismo y Montoneros su extremo izquierdo mientras que el Ejército Revolucionario del Pueblo, el ala comunista. Entre las tres se disputaban secuestros, atentados y asesinatos, aunque en su mayoría se debían a la triple A persiguiendo sindicalistas. Los judíos en el 73 eran acusados de comunistas, de capitalistas, de burgueses, de vende patrias, de tener doble nacionalidad y de planes sionistas para invadir el país, sin contar con acusaciones de brujería del propio López Rega. En 1976, en medio de un caos económico y social que parecía no tener fin y con una parte de la sociedad habituada a golpear los cuarteles ante la menor crisis, asumen por la fuerza los militares, esta vez no solo para dar un golpe de timón a la economía de Gelbard, sino para socavar a la sociedad en sus miedos más profundos. Lo que venía era un plan sistemático de aniquilación de ciertos sujetos sociales definidos arbitrariamente, integrados en la noción de Subversivo, por un ejército germanófilo desde sus orígenes y en esta oportunidad entrenado en la contrainsurgencia en la Escuela de las Américas. Sin contar que después de la SGM a la Argentina habían llegado 50 criminales de guerra nazis alemanes con visado del Vaticano y algunos miles de colaboracionistas con el Eje de la zona del Este. Esta vez la sociedad quedaría muy marcada. Los judíos argentinos fueron particularmente perseguidos, murieron más de 2000, muchísimos más que el proporcional poblacional esperado, unos 100. A Gelbard, que debió huir y que había comenzado su carrera vendiendo peines y preservativos en las rutas del Noa, le incautaron 50 millones de dólares y le quitaron la ciudadanía quedando como paria en EEUU. Cuando acusaban a Gelbard, Perón decía "lo que digan de Gelbard, lo están diciendo de mí" y es que el matrimonio Eva Duarte, Juan Perón fueron los promotores de la idea de una argentinidad policultural y dual en una tierra de inmigrantes, que fueran amantes tanto de sus respectivas madres patria como de la Argentina, se opusieron a la intención ultracatólica nacionalista de formatear a un argentino homogéneo "crisol de razas", blanco y católico, por ejemplo menciono que derogaron la ley de la obligatoriedad de enseñanza religiosa en las escuelas y se opusieron al proceso de filtro que habían comenzado a realizar en el Departamento de Inmigraciones, donde habían incluso diseñado y repartido folletines con el perfil de talla y fisonómico que debían tener las personas a ser aceptadas, ese ideal que la germanofilia de nuestra oligarquía y su ejército siempre añoró, desde Sarmiento, pero que nunca logró que vinieran en las cantidades que hubieran deseado, y en lugar de esos inmigrantes "perfectos", vinieron otros menos rubios y menos protestantes, de España, Italia, Alepo y Europa del Este, por eso es que la oligarquía y el ejército han sido desde siempre un reino dentro de otro reino. Perón decía que un buen judío debía dar su vida tanto por Argentina como por Israel, lejos de ver en ello una contradicción, así como un inmigrante italiano debía amar a Italia y uno español a España. Perón confundió a todos los intelectuales de su época y posteriores que cometieron el error proyectivo de meterlo en un molde importado de otras regiones demasiado lejanas y no concebían la coincidencia gubernamental de ciertas características totalitarias: corporativismo burocrático, personalismo, dominación carismática, control sobre los medios de comunicación, mezclado con una verdadera gobernabilidad nacional y popular con bienestar social en hechos concretos, que logró y le dio no solo apoyo, sino legalidad y legitimidad a todas las colectividades y comunidades minoritarias, ya no era necesario ser blanco y católico para tener los mismos derechos sociales y políticos, algo que tuvo una regresión, cuando Perón fue volteado en la sangrienta Revolución Liberadora orquestada por la Iglesia, pero que aun así ya había sembrado un legado de un tipo de argentinidad pluralista y respetuosa de las minorías, que aunque ciertos sectores restauradores desde entonces tratan de desgastar, es imborrable. La fundación de Eva Duarte envió a Israel el cargamento asistencial más grande recibido por Israel en su historia y el mayor enviado por la Argentina, "solo enviamos ropa nueva de la mejor que se pueda fabricar en Argentina" decía Evita, entre otras cosas, la Argentina peronista fue el primer país en enviar su embajador a Israel y nombró a un judío como encargado de la región, a pesar de la oposición árabe, su influencia comercial y energética y la presión árabe local. También le interesaba quedar bien con EEUU desde donde lo miraban de reojo por su neutralidad en la SGM, neutralidad que sirvió para que la carne y cereales argentinos llegaran a Inglaterra sin que los hundieran los submarinos alemanes tal como siempre lo reconoció Inglaterra. Perón tuvo muchos dirigentes judíos argentinos que se le unieron y lo acompañaron, que venían tanto desde el comunismo como desde el sindicalismo, aunque posteriormente algunos sectores hayan buscado borrar esta parte de la historia más progresista de Argentina, ya que todas las minorías tienen mucho para agradecerle al matrimonio Perón-Evita, más importante aun que el intervencionismo económico o capitalismo popular, ha sido desde un punto de vista del fortalecimiento democrático y quizá por eso absolutamente imperdonable para los sentimentales de la restauración, haberse opuesto a ese ultracatolicismo nacionalista, su crisol de razas y su discriminación y haber sentado las bases de una argentinidad multicultural tal como hoy la vivimos.
(Basado en Los muchachos peronistas judíos de Raana Rein )
Preguntas y comentarios
Pregunta
Respuesta MR más allá de las chicaneadas y mexicaneadas políticas, los asesinatos, las persecuciones y los riesgos a la integridad física dentro del país se deben desde fines del SXIX al surgimiento y fomento dentro del catolicismo del ultra nazionalismo católico, con fuerte presencia en la oligarquía y el aparato punitivo y su inherente racialismo basado en un positivismo antropológico y que cuando tuvo poder procuró establecer entre otras cosas la obligatoriedad del culto católico.
(Basado en Los muchachos peronistas judíos de Raana Rein )
Preguntas y comentarios
Pregunta
Respuesta MR más allá de las chicaneadas y mexicaneadas políticas, los asesinatos, las persecuciones y los riesgos a la integridad física dentro del país se deben desde fines del SXIX al surgimiento y fomento dentro del catolicismo del ultra nazionalismo católico, con fuerte presencia en la oligarquía y el aparato punitivo y su inherente racialismo basado en un positivismo antropológico y que cuando tuvo poder procuró establecer entre otras cosas la obligatoriedad del culto católico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario