Gestación de una conciencia social

"No hay que ser agricultor para conocer que una buena cosecha requiere de buena semilla, abono y riego constante. Es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a las semillas y grita con todas sus fuerzas. ¡¡Crece!! Se siembra la semilla, se abona y se riega constantemente. Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo hace no apto para impacientes. En los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años. Un agricultor inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, en el séptimo año, durante un período de solo seis semanas, la planta de bambú crece más de 30 metros. ¿Tardó seis semanas en crecer? no. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años el bambú estaba desarrollando un complejo sistema de raices que permitiría sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años" (autor desconocido). De la misma forma, los hitos sociales, llevaban años, décadas de gestación subterránea. No hay improvisaciones, sino momentos en que una conciencia social en incesante gestación, irrumpe en la superficie y se despliega y manifiesta en toda su cardinalidad. Así es el caso del voto a Cambiemos y así es el caso de la cultura kirchnerista. Cuando Macri, el gran estafador de pueblos inocentes e inepto para negociar a su propio riesgo, rufián y cobarde, dice que la pobreza actual es el costo para un futuro mejor, en su estilo populista burlezco está diciendo que aspira a un acostumbramiento y naturalización de la nueva restauración económica, social y política a la situación anterior a la década ganada. Una parte de la población está preparada y disfruta este cambio y otra parte de la población está preparada para decirle que no, como lo manifestó en la despedida a Cristina, o ni bien conocidos los decretos de la censura, así como el 24 de marzo, y precisamente hoy, día clave frente a la persecución política, censura y proscripción del kirchnerismo. Las diferencias de los modelos de sociedad deseados son demasiado marcados para una asimilación, el vasallaje y la integridad son incompatibles, solo un sistema mixto o un modelo de gobernabilidad nacido en latinoamérica y que tenga en cuenta las aspiraciones de ambas culturas predominantes, tanto integridad como vasallaje, en alguna forma de federalismo pronunciado, como el norteamericano, podrá garantizar la convivencia pacífica, hasta tanto la batalla cultural tenga un ganador. Por lo pronto, esperemos que hoy el sector fascineroso de la justicia no se lleve vidas inocentes y sea un día para festejar para el perseguido movimiento cultural popular, con todos sus errores, orientado a la integridad, kirchnerista."No hay que ser agricultor para conocer que una buena cosecha requiere de buena semilla, abono y riego constante. Es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a las semillas y grita con todas sus fuerzas. ¡¡Crece!! Se siembra la semilla, se abona y se riega constantemente. Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo hace no apto para impacientes. En los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años. Un agricultor inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, en el séptimo año, durante un período de solo seis semanas, la planta de bambú crece más de 30 metros. ¿Tardó seis semanas en crecer? no. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años el bambú estaba desarrollando un complejo sistema de raices que permitiría sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años" (autor desconocido). De la misma forma, los hitos sociales, llevaban años, décadas de gestación subterránea. No hay improvisaciones, sino momentos en que una conciencia social en incesante gestación, irrumpe en la superficie y se despliega y manifiesta en toda su cardinalidad. Así es el caso del voto a Cambiemos y así es el caso de la cultura kirchnerista. Cuando Macri, el gran estafador de pueblos inocentes e inepto para negociar a su propio riesgo, rufián y cobarde, dice que la pobreza actual es el costo para un futuro mejor, en su estilo populista burlezco está diciendo que aspira a un acostumbramiento y naturalización de la nueva restauración económica, social y política a la situación anterior a la década ganada. Una parte de la población está preparada y disfruta este cambio y otra parte de la población está preparada para decirle que no, como lo manifestó en la despedida a Cristina, o ni bien conocidos los decretos de la censura, así como el 24 de marzo, y precisamente hoy, día clave frente a la persecución política, censura y proscripción del kirchnerismo. Las diferencias de los modelos de sociedad deseados son demasiado marcados para una asimilación, el vasallaje y la integridad son incompatibles, solo un sistema mixto o un modelo de gobernabilidad nacido en latinoamérica y que tenga en cuenta las aspiraciones de ambas culturas predominantes, tanto integridad como vasallaje, en alguna forma de federalismo pronunciado, como el norteamericano, podrá garantizar la convivencia pacífica, hasta tanto la batalla cultural tenga un ganador. Por lo pronto, esperemos que hoy el sector fascineroso de la justicia no se lleve vidas inocentes y sea un día para festejar para el perseguido movimiento cultural popular, con todos sus errores, orientado a la integridad, kirchnerista.

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