
Blog de Filosofía. Benito en el Siglo XXI propone una una mirada filosófica, durante un recorrido entre la Física y la Ética en sus estados actuales, es decir, sobre las Ciencias Formales: -Lógica y Matemática-, las Ciencias Básicas -Física, Química y Biología- y las Ciencias Humanísticas -Ciencias Políticas, Sociología y Antropología. Sobre Metafísica y Neurociencias Cognitivas.
Choque de frente
Existe en la cultura cooperativista latinoamericana la falsa idea de que
todo aquel que está más feliz cuando es gobernado por feudos o poderes
concentrados que lo obligan a vivir en una red de vasallaje lo es por
una suerte de amnesia e ilusión colectiva por la que le hacen creer que
la pasa bien cuando la pasa mal y que la pasa mal cuando la pasa bien, y
no es así, al menos del todo, de otra manera, el razonamiento sería tan
obtuso como el que se critica, negándole al otro la
posibilidad de ser feliz como quiera. La verdad es que para un sector
de la población, el ámbito de las relaciones de poder basada en la
competencia desleal, es el espacio en donde han aprendido, elegido o les
ha tocado vivir y aunque las teorías de grupo explican que son lazos
ineficientes y concentradores no solo del capital, sino del bienestar y
en última instancia de la vida, donde son muchos los que no viven,
vegetan para que unos pocos se manifiesten en su ser en su mayor
potencia, los satisface, pues al parecer cierto placer disfrutando el
sufrimiento y sometimiento de los que están por debajo en la pirámide
típica de esta modalidad de red es más intensa que el propio sufrimiento
por su propio sometimiento a los que están por encima en la pirámide, e
ignorar su existencia también es causa inevitable de enfrentamientos
fratricidas ya que desde su punto de vista, la solidaridad es algo
distinto a lo que ve el que la practica, y le atribuyen las mismas
características despectivas que el cooperativista ve en el vasallo,
mediocridad e ignorancia. Habrá que buscar la forma de darle al vasallo
su lugar en la sociedad, sin que esto signifique sacrificar la felicidad
de los cooperativistas, solidarios, socialistas o como se los quiera
llamar, el ser de la gobernabilidad proteccionista y el ser de la
gobernabilidad del vasallaje, o capitalismo cristiano alemán es decir,
el neoliberalismo, que se ha apropiado del léxico capitalista
tergiverzando conceptos, por ejemplo declarando que cuanto más te quitan
o le des a un otro al que llaman inversor, tanto más recibirás y mejor
estarás, en una suerte de magia monetaria, tienen que tener ambos su
lugar ya que representan amplios sectores de la población y reconocerlos
no solo significa reconocer su existencia para librar una batalla
cultural, sino reconocer sus valores y darles su lugar y posibilidad de
manifestarse. De otra manera las gobernabiliades seguirán actuando como
verdugos de los que piensan o viven distinto. De más está decir que lo
mismo le cabe a la gobernabilidad de la competencia desleal actual, que
en lugar de perseguir y pretender la inexistencia o extinción de los
socialistas, debería hacerles su lugar.
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