Sabiduría

Una estudiante aprobó sin saber nada pero dio a todos una gran lección

Populismo

querías saber qué era populismo, en su versión peyorativa, esa que te hicieron creer que es dar al pueblo lo que el pueblo necesita para tener su voto cautivo ? bueno, ahora lo venís viviendo desde su campaña el pro, macri, conmemorando símbolos peronistas, festejando una religión que no profesa, bailando como no le gusta bailar, besando y abrazando a los pobres que le generan rechazo, diciendo todo lo que el pueblo quiere escuchar y después haciendo lo contrario, acercándose a cada símbolo popular que en su fuero ínterno aspira desterrar, ese estilo de gobernabilidad, es populismo tal cual lo define la oligarquía intelectual y que no obstante lo apoya para que elimine al enemigo feudal interno, la parte del pueblo que se mantiene informada y organizada

Choque de frente

Existe en la cultura cooperativista latinoamericana la falsa idea de que todo aquel que está más feliz cuando es gobernado por feudos o poderes concentrados que lo obligan a vivir en una red de vasallaje lo es por una suerte de amnesia e ilusión colectiva por la que le hacen creer que la pasa bien cuando la pasa mal y que la pasa mal cuando la pasa bien, y no es así, al menos del todo, de otra manera, el razonamiento sería tan obtuso como el que se critica, negándole al otro la posibilidad de ser feliz como quiera. La verdad es que para un sector de la población, el ámbito de las relaciones de poder basada en la competencia desleal, es el espacio en donde han aprendido, elegido o les ha tocado vivir y aunque las teorías de grupo explican que son lazos ineficientes y concentradores no solo del capital, sino del bienestar y en última instancia de la vida, donde son muchos los que no viven, vegetan para que unos pocos se manifiesten en su ser en su mayor potencia, los satisface, pues al parecer cierto placer disfrutando el sufrimiento y sometimiento de los que están por debajo en la pirámide típica de esta modalidad de red es más intensa que el propio sufrimiento por su propio sometimiento a los que están por encima en la pirámide, e ignorar su existencia también es causa inevitable de enfrentamientos fratricidas ya que desde su punto de vista, la solidaridad es algo distinto a lo que ve el que la practica, y le atribuyen las mismas características despectivas que el cooperativista ve en el vasallo, mediocridad e ignorancia. Habrá que buscar la forma de darle al vasallo su lugar en la sociedad, sin que esto signifique sacrificar la felicidad de los cooperativistas, solidarios, socialistas o como se los quiera llamar, el ser de la gobernabilidad proteccionista y el ser de la gobernabilidad del vasallaje, o capitalismo cristiano alemán es decir, el neoliberalismo, que se ha apropiado del léxico capitalista tergiverzando conceptos, por ejemplo declarando que cuanto más te quitan o le des a un otro al que llaman inversor, tanto más recibirás y mejor estarás, en una suerte de magia monetaria, tienen que tener ambos su lugar ya que representan amplios sectores de la población y reconocerlos no solo significa reconocer su existencia para librar una batalla cultural, sino reconocer sus valores y darles su lugar y posibilidad de manifestarse. De otra manera las gobernabiliades seguirán actuando como verdugos de los que piensan o viven distinto. De más está decir que lo mismo le cabe a la gobernabilidad de la competencia desleal actual, que en lugar de perseguir y pretender la inexistencia o extinción de los socialistas, debería hacerles su lugar.

Gestación de una conciencia social

"No hay que ser agricultor para conocer que una buena cosecha requiere de buena semilla, abono y riego constante. Es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a las semillas y grita con todas sus fuerzas. ¡¡Crece!! Se siembra la semilla, se abona y se riega constantemente. Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo hace no apto para impacientes. En los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años. Un agricultor inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, en el séptimo año, durante un período de solo seis semanas, la planta de bambú crece más de 30 metros. ¿Tardó seis semanas en crecer? no. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años el bambú estaba desarrollando un complejo sistema de raices que permitiría sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años" (autor desconocido). De la misma forma, los hitos sociales, llevaban años, décadas de gestación subterránea. No hay improvisaciones, sino momentos en que una conciencia social en incesante gestación, irrumpe en la superficie y se despliega y manifiesta en toda su cardinalidad. Así es el caso del voto a Cambiemos y así es el caso de la cultura kirchnerista. Cuando Macri, el gran estafador de pueblos inocentes e inepto para negociar a su propio riesgo, rufián y cobarde, dice que la pobreza actual es el costo para un futuro mejor, en su estilo populista burlezco está diciendo que aspira a un acostumbramiento y naturalización de la nueva restauración económica, social y política a la situación anterior a la década ganada. Una parte de la población está preparada y disfruta este cambio y otra parte de la población está preparada para decirle que no, como lo manifestó en la despedida a Cristina, o ni bien conocidos los decretos de la censura, así como el 24 de marzo, y precisamente hoy, día clave frente a la persecución política, censura y proscripción del kirchnerismo. Las diferencias de los modelos de sociedad deseados son demasiado marcados para una asimilación, el vasallaje y la integridad son incompatibles, solo un sistema mixto o un modelo de gobernabilidad nacido en latinoamérica y que tenga en cuenta las aspiraciones de ambas culturas predominantes, tanto integridad como vasallaje, en alguna forma de federalismo pronunciado, como el norteamericano, podrá garantizar la convivencia pacífica, hasta tanto la batalla cultural tenga un ganador. Por lo pronto, esperemos que hoy el sector fascineroso de la justicia no se lleve vidas inocentes y sea un día para festejar para el perseguido movimiento cultural popular, con todos sus errores, orientado a la integridad, kirchnerista."No hay que ser agricultor para conocer que una buena cosecha requiere de buena semilla, abono y riego constante. Es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a las semillas y grita con todas sus fuerzas. ¡¡Crece!! Se siembra la semilla, se abona y se riega constantemente. Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo hace no apto para impacientes. En los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años. Un agricultor inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, en el séptimo año, durante un período de solo seis semanas, la planta de bambú crece más de 30 metros. ¿Tardó seis semanas en crecer? no. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años el bambú estaba desarrollando un complejo sistema de raices que permitiría sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años" (autor desconocido). De la misma forma, los hitos sociales, llevaban años, décadas de gestación subterránea. No hay improvisaciones, sino momentos en que una conciencia social en incesante gestación, irrumpe en la superficie y se despliega y manifiesta en toda su cardinalidad. Así es el caso del voto a Cambiemos y así es el caso de la cultura kirchnerista. Cuando Macri, el gran estafador de pueblos inocentes e inepto para negociar a su propio riesgo, rufián y cobarde, dice que la pobreza actual es el costo para un futuro mejor, en su estilo populista burlezco está diciendo que aspira a un acostumbramiento y naturalización de la nueva restauración económica, social y política a la situación anterior a la década ganada. Una parte de la población está preparada y disfruta este cambio y otra parte de la población está preparada para decirle que no, como lo manifestó en la despedida a Cristina, o ni bien conocidos los decretos de la censura, así como el 24 de marzo, y precisamente hoy, día clave frente a la persecución política, censura y proscripción del kirchnerismo. Las diferencias de los modelos de sociedad deseados son demasiado marcados para una asimilación, el vasallaje y la integridad son incompatibles, solo un sistema mixto o un modelo de gobernabilidad nacido en latinoamérica y que tenga en cuenta las aspiraciones de ambas culturas predominantes, tanto integridad como vasallaje, en alguna forma de federalismo pronunciado, como el norteamericano, podrá garantizar la convivencia pacífica, hasta tanto la batalla cultural tenga un ganador. Por lo pronto, esperemos que hoy el sector fascineroso de la justicia no se lleve vidas inocentes y sea un día para festejar para el perseguido movimiento cultural popular, con todos sus errores, orientado a la integridad, kirchnerista.

Soberbia

La soberbia es para el cristianismo, el origen del resto de los pecados, y las jerarquías del mal siempre están en orden a los intereses de aquel que las define. El soberbio solo cree en sí mismo. Es indomable por definición

lector-"Me permito decirte que de la soberbia se habla en el antiguo testamento no en el nuevo, pero podríamos referirnos como un concepto judeo cristiano"

Es cierto, y es posible ampliarlo a todas las religiones, en el Islám su equivalente es la arrogancia, y en el Budismo, el respeto y cuidado que merecen los budas y los sacerdotes está entre sus primeras leyes, y en las sociedades tradicionales la palabra del mago, brujo, o el chaman tienen que ser respetados, siempre de distintas formas la impiedad, la herejía, la soberbia y el descuido por las jerarquías son delitos divinos, lo que varía es el castigo hacia el impío, hacia el hereje y hacia el pecador, en las sociedades tradicionales en general ningún delito, divino o terrenal, tenía un castigo más severo que la indiferencia social o el destierro, pero lo que me interesaba en este caso era recalcar la intención de fondo de la acusación sobre Cristina, que evidentemente no es cualquier acusación, en esencia, lo que molesta es que no se doblegue (ante el poderoso), eso es lo que genera ese odio profundo al vasallaje, al que eligió la comodidad de vivir de rodillas y que no soporta al que no se arrodilla, al distinto, al que es feliz de otra manera, en este caso, desafiando a la autoridad de hecho terrenal y de derecho divino, y el acusador es cristiano ya que estamos en una sociedad con hegemonía cristiana, por eso mi referencia, si estuviera en la India hablaría del budismo y sus horribles castas, etc, hablar acá del budismo generaría odio en lugar de autocomprensión, es lo que sucede cuando hablás de un otro lejano. 

Seguramente, y Sócrates tampoco difamaba a los dioses, lo inventó un envidioso y Bernardo no era impío, solo quería razonar sobre la religión, y el Che no era un terrorista era un Comandante del ejército enemigo, y millones de ejemplos donde se fabrica una acusación sobre alquien que pone en jaque un sistema de desigualdades. Mi comentario es sobre la gravedad de la acusación, que no tiene nada de casual, estoy haciendo una lectura sobre el acusador

 

sociedad de control versus sociedad del conocimiento

El vínculo de vasallaje y de todo tipo de dominación se sustenta en la manipulación, y se lo inocula cortando la dependencia por sustitución de deseos, por otros disponibles fuera de dicha red ya que no hay manipulación sustentable en el tiempo sin dependencia. Cuando lo que se manipula es la opinión pública, producirá coerción social, pero si la manipulación no alcanza a todo el conjunto, surgirán divisiones y este es el caso del neoliberalismo colonial, que por las grandes desigualdades que persigue, nunca logra una manipulación total, y recurre a otro método: demonizar las gobernabilidades y exponentes de la búsqueda de un bienestar social, que se manifiestan en toda la trama social, señalándolos como enemigos internos responsables de toda mala gestión y ofreciéndose para gobernar con la promesa de satisfacer sus deseos nuevos, inculcados, silenciosos. De esta manera, la búsqueda originaria de un delegado que debía mostrar condiciones adecuadas para mejorar las vidas del grupo es reemplazada por el sentimiento de una imperiosa necesidad de encontrar y elegir un exponente que garantice la satisfacción del que pasa a ser el deseo íntimo más profundo: venganza y exterminio del enemigo interno expresado en la opinión pública. Y esta dependencia solo puede cortarse desmitificando la existencia de tal amenaza interna. De modo que retomando, dos cosas son fundamentales para cortar las dependencias y lograr que las relaciones de dominación y vasallaje sean neutralizadas, una es sustituir deseos, hacia cosas disponibles fuera del sistema y la otra, desmitificar las demonizaciones mediáticas hacia los subgrupos que no manifiestan dependencias. Una actividad poderosa a la que siempre puede aspirarse como deseo sustituto disponible por fuera del sistema es el deseo de conocimiento, enemigo mortal de toda forma de dominación y explotación. Máxime cuando se estima que el sistema capitalista hoy podría funcionar con el 15% de las horas de trabajo empleadas, con la peligrosa consecuencia vivenciada globalmente de pueblos superfluos, solo útiles como gendarmes de sí mismos y para su abuso, ya no como abuso de explotación, sino como abuso humano en el sentido más radical. Pero esta poderosa actividad liberadora necesita cierta infraestructura básica y tener resueltas otras necesidades primeras, de modo que era esperable que un plan de masas probado infinidad de veces durante siglos en todo el planeta, perfeccionado, sistematizado y tecnificado durante el siglo pasado haya desarticulado los institutos que promueven, generan y satisfacen el deseo de conocimiento, como los centros culturales, el plan Conectar igualdad, etc, etc, a la vez que ha restaurado una ley de la censura en los medios audiovisuales, censura que incluye extorsiones y persecuciones legales, y ha decretado el encarecimiento de los servicios esenciales y los cortes de sus subsidios, es decir, destruyó la infraestructura y se aseguró que las necesidades básicas permanezcan insatisfechas, alimentando por otro lado burócratas gendarmes de oficina, todo un organigrama piramidal destinado a custodiarse y controlarse unos a otros en los más diversos puestos y mecanismos de control, en todas las áreas, productiva, legal, seguridad, de salud, educativa, religiosa, política, publica y privada, mientras solo un 15% está ejerciendo un aporte productivo efectivo, gendarmes de pueblos hambrientos, que si tuvieran acceso al conocimiento, conocerían que para un mundo con tan poca necesidad de mano de obra productiva, los argumentos del liberalismo frente al Estado de bienestar serían aun más indefendibles ya que la opción entre neoliberalismo y bienestar se convierte entrando al SXXI en la opción entre un pueblo de gendarmes de sí mismos o un pueblo de servidores de derechos también de sí mismos