El Yo ha muerto, pero no todo está muerto

Sí, Yo había muerto, sin embargo no me daba cuenta, y seguía deambulando, como un fantasma errante, aunque complacido en la creencia, de que el Otro, era el intruso, en esa casa, que creía mía, y a la que todo el cuidado le prodigaba, como un príncipe con su reino, pero ahora ya sé, mal que me pese, y que me cueste, ya debo aceptarlo, que es Él el que está vivo y es dueño de todo y que el Otro, el fantasma errante, soy Yo. (El Yo hablando acerca del Ello y de sí mismo )

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