Feudos y deuda pública en las colonias neoliberales
Los feudos
constituidos por un puñado de hoy renombrados apellidos que financió en
el SXIX la matanza de indígenas negados a lucrar con la madre tierra,
hoy gobiernan en alianza. La Constitución liberal legalizó esa
acumulación originaria y la ley de Veda a la vagancia, le garantizó mano
de obra obligada a emplearse con los propietarios. Los inmigrantes de
principios de SXX que cubrían las necesidades de los establecimientos
rurales venian con ideas de libertad o de tierra y beneficios
compartidos. Los liberales logran elecciones democráticas durante 16
años y en 1930, un golpe legitimado por la Corte los derroca. Se
restaura la servidumbre sostenida por una ética de nobleza, fidelidad y
sumisión, feudos proveedores de materias primas del imperio capitalista,
explotadores y caritativos. La rama protestante del cristianismo es
sostén moral del liberalismo, premiando el esfuerzo para progresar uno
mismo, la rama católica, lo es de la servidumbre, premiando la sumisión
del siervo, y perdonando el error del divino propietario.
Mientras
cada reclamo popular es reprimido, Perón interpreta el descontento y
encuentra en el keynesianismo un punto intermedio entre comunismo,
servidumbre y liberalismo. En occidente se está instalando formalmente
el nuevo liberalismo, asestándole un golpe mortal al laborismo
identificándolo con totalitarismos. Aunque lo encarcelan para anularlo,
es elegido presidente. Por temor al comunismo, neoliberales se moderan y
feudos tributan, ceden presión y se someten a la ley, al fin y al cabo,
su propia ley. El derecho es la justificación de la coerción para
obligar o prohibir basado en decisiones pasadas, y la gobernabilidad del
bienestar toma esas decisiones pasadas y busca la mejor interpretación
constructiva de la comunidad actual, basada en principios de integridad,
reconociendo una desigual distribución de recursos, y teniendo en
cuenta en cada decisión, que ocasione el menor perjuicio al grupo de
menos recursos. En el derecho divino de los feudos, no hay lugar para
interpretaciones ni integridad y modificar la Constitución con este
propósito creará un conflicto irreconciliable.
Gobernabilidades de
la competencia y la sumisión forman una alianza para combatir el
intervencionismo demonizándolo como despótico. Los liberales locales son
amenaza para feudos, molestia para colonizadores que necesitan mano de
obra barata en la periferia del mapa neoliberal y olvidados del
peronismo, que no toca monopolios ni crea una banca social que subsidie
el valor agregado. Esta frustración resultará costosa.
En 1955 la
alianza toma sangrientamente el poder, el paraíso feudal es restaurado,
el peronismo excomulgado y proscripto y los liberales saborean su
revancha. Se suceden distintos gobiernos, con enfrentamientos, hasta que
en 1976 nuevamente la alianza recurre a la fuerza instalando una
tiranía con resabios del nazismo alemán y contrainsurgencia francesa, un
plan de control social basado en el terror y la desinformación, mano de
obra barata para empresas extranjeras, libertad al capital, poder al
feudo, sumisión y pobreza al pueblo. Cuando sale a la luz, el escándalo
internacional obliga a llamar a elecciones, aunque las leyes y la
cultura neoliberal permanecen.
La gobernabilidad de la alianza para
llegar al poder público y controlar la maya social, o bien genera una
crisis para desestabilizar o bien anula el estado de derecho, es decir,
el Poder Público no se somete a la ley, el poder de policía es utilizado
en todos los trámites administrativos y no solo en los que está en
peligro la soberanía nacional y el Poder Público no es judicializable al
poner jueces a dedo. Hay censura y se reprime la protesta social. El
pueblo sostiene al Estado, pues tributa al consumir productos
esenciales, sin evasión posible. La actividad del monopolio feudal y del
liberalismo colonizador es el tráfico de capital, liberado y sin
controles, evade o simplemente no tributa y puede salir sin costos del
país. No hay control de costos ni de precios, encareciendo los productos
esenciales y transfiriendo recursos desde el pueblo hacia los
monopolios proveedores. El alto índice de desempleo creado
artificialmente debilita la posición del trabajador, empeora las
condiciones laborales, baja el salario, logra estabilidad de precios y
sostiene la diferenciación asegurando el dinamismo necesario para la
competencia. Se desarma la industria, amenaza para feudos y
colonizadores, la competitividad solo es para trabajos basura en
empresas extranjeras o sector monopólico primario.
La deuda pública
es una fábrica mágica de dinero y verdadero legitimador de capital. Los
bancos acreedores usan los bonos igual que efectivo. Crea fabulosas
comisiones para todos los intermediarios. Los bancos se prestan a sí
mismos para cancelar los intereses indefinidamente o reciben beneficios
estatales y no necesitan cumplir con la entrega. El Poder Público recibe
grandes sumas sin recaudar un solo peso, y serán canceladas a largo
plazo por el pueblo, a través del encarecimiento del tributo sobre
productos esenciales. Ninguna decisión soberana puede ser tomada sin
autorización de la auditoria. En suma, el pueblo tributa al banco, y si
además se estatiza deuda privada, el pueblo tributa al feudo y financia
su crecimiento patrimonial. Se hizo en dictadura y con el megacanje del
2001. El pueblo queda sin el dinero destinado a educación y salud. Y
como los feudos como vimos no tributan, su parte de la cuenta corriente
es cubierta por deuda pública, que como dijimos se cancelará con
impuestos sobre productos esenciales, tributando así el pueblo a los
feudos. A su vez, la corrupción, crea una cultura de la evasión, que
obliga a cubrir la cuenta corriente con más deuda pública. El desenlace
es la bancarrota y cuando la república amenaza con disolverse los feudos
ceden, pues sin república ni pueblo que legitime sus leyes, que trabaje
en sus establecimientos y que los proteja, no tienen nada, de modo que
por un tiempo ceden parte de las ganancias.
Hasta ahora el gobierno
del bienestar nunca disolvió monopolios, ni democratizó a jueces y
sacerdotes, ni asimiló el espíritu emprendedor como parte de su ética. Y
la cuestión política parece girar en torno a estas gobernabilidades y
sus estándares de humanidad: servidumbre, competencia e integridad

Blog de Filosofía. Benito en el Siglo XXI propone una una mirada filosófica, durante un recorrido entre la Física y la Ética en sus estados actuales, es decir, sobre las Ciencias Formales: -Lógica y Matemática-, las Ciencias Básicas -Física, Química y Biología- y las Ciencias Humanísticas -Ciencias Políticas, Sociología y Antropología. Sobre Metafísica y Neurociencias Cognitivas.
Mujer
Muchos antropólogos llamaron la atención sobre la ausencia de violencia
en los matriarcados, en las sociedades matrilineales e incluso en donde
el sexo biológico no tenía influencias políticas, como está documentado
sobre tribus africanas, los Nuer, o de las Islas Trobliandesas, antes de
ser cristianizados a la fuerza. El último matriarcado, los Mosuo, en
China, aunque quedan otros menores como en el sur de México, es una
sociedad organizada por mujeres y matrilineal, "en la sociedad mosuo, la
igualdad y el respeto entre hombres y mujeres es total...ausencia de
violencia. Impresiona que no hubiera ni violaciones, ni robos, ni
asesinatos". Anteriormente los Lamas del Tibet y ahora el cristianismo,
intenta, convertirlo al patriarcado, ese que durante la época de la
Inquisición cometió 500 mil asesinatos en la hoguera, documentados, de
mujeres pobres, casualmente ninguna aristócrata, por brujería, para
cargarles las desgracias de las malas administraciones, de otra forma,
sin convertirlo al patriarcado, no puede ingresar. El mismo patriarcado
que rige actualmente y que desde el surgimiento como reacción a
maltratos generalzados del movimiento feminista se lo intenta
contrarrestar a modo de péndulo con fuertes leyes contra el sexo
masculino, que sin embargo mantiene el poder político y social, sobre
todo en los pueblos pequeños. Es decir, las leyes se pusieron del lado
de la mujer, pero la cultura sigue diciendo otra cosa o a veces sucede
que olvidamos que por compartir un mismo grupo social principal no
desaparece ese crisol de éticas que es cada uno, y en el corazón de las
convivencias donde lo implícito, la idealización y lo que se da por
sentado gana preponderancia, el sentimiento de traición es tan frecuente
como los crímenes pasionales, uno de los principales motivos de
asesinatos en tiempos de paz y descartando los asesinatos cometidos por
los Estados, dentro de la ley. El hecho de que la mayoría de las veces
la víctima es mujer podría ser indicio de prueba de la existencia de la
figura del femicidio, en otra situación se equipararían los casos.
Algunos sucesos serán pasionales, y otros estarán reforzados o
completamente basados en una violencia hacia la figura de la mujer. Pero
habría que descartar los casos donde se trata de violencia masculina
sin diferenciar el sexo opuesto. Como sea, el origen parece ser el
conflicto que genera intentar sostener un modelo de familia y político
patriarcal. Se supone que uno de los cuatro factores decisivos para el
surgimiento del homo sapiens sapiens fue la disminución de las
diferencias físicas entre los sexos, los otros factores fueron la
incorporación de la carne a la alimentación, elemental para un cerebro
en crecimiento que consumía el 20% de los recursos, el uso de
herramientas y el aumento de la masa cerebral. La principal amenaza que
padece la humanidad actualmente es su propia violencia, que al parecer
solo surge en sociedades patriarcales donde la ley está centrada en la
protección de la propiedad previamente expropiada bajo algún mecanismo
justificado por sus propias leyes y la familia está diseñada para
heredarla en la linea paterna. Es la familia cristiana patriarcal
capitalista pataleando porque se resiste a desaparecer, y ya no le
alcanza ni siquiera con su propia ley diseñada por sí y para sí y tiene
que recurrir a la instauración y uso de la violencia en la política, en
la opinión pública, en las costumbres, en la educación, tiene que
alimentar constantemente un ser humano violento, para preservar la
propiedad y dominar a la mujer que se levanta de siglos de maltrato
Una historia de jugar con fuego
Se banaliza la cuestión de los prejuicios, y en ello se nos ha ido
siempre la humanidad. Cuando Sócrates decía "sólo sé que no sé nada", no
había humildad en sus palabras, sino orgullo, lo que estaba diciendo es
"yo sé que no sé nada, pero vos, vos sabés mal". Cuando Sanchez y
Descartes dicen algo así como "el sentido común (ahora diríamos, la
capacidad de razonar y arribar a la verdad, ya que sentido común tiene
hoy otro significado: opinión pública, conciencia social, sentido
colectivo) es la capacidad mejor distribuida y abundante pues nadie
considera que le falta" en su ironía está diciendo que todos creemos
reunir las mejores condiciones para llegar a la verdad, porque nos
sentimos cómodos razonando, pero no es lo mismo razonar y sonar
razonable que tener razón, ya que para lo segundo hay que contar con un
método adecuado basado en un espíritu crítico. Prueba de ello decía, es
la enorme variabilidad de opiniones distintas entre culturas y zonas
geográficas o en la misma cultura y aun en las mismas personas a lo
largo del tiempo incluso sobre los mismos asuntos. En esos tiempos no se
conocía la existencia de los prejuicios como se los conoce actualmente,
cierta forma de proposiciones axiomáticas que se establecen en la
amígdala cerebral en etapas tempranas prelógicas en entornos emotivos
como una mesa familiar y dispuestos a derribar cualquier realidad que
los ponga en contradicción. Las hegemonías, en occidente el capitalismo y
el cristianismo, o el capitalismo cristiano, para constituirse como
tales han debido contruir desde la educación, mentalidades sobre
prejuicios que representen sus intereses, de forma tal que más tarde a
los medios de comunicación les alcance con recrear ambientes lógicamente
consistentes, para que se activen, rechazando, inesperadamente para un
expectador, cualquier cosa que se aparezca amenazador para dicha
consistencia. Por ello y porque los prejuicios son imborrables, en que
no juguemos más con ellos, se juega la vida cotidiana, se juegan las
vidas individuales y se juega el futuro de la humanidad.
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