algo de epistemología

La epistemología relativista para la cual no existe posibilidad de conocimiento objetivo y la epistemología pragmática para la cual conocimiento y su utilidad son la misma cosa están estrechamente vinculadas a ideas totalitarias y autoritarias. La epistemología optimista que confía en una verdad revelada que se vería clara y distintamente o que solo bastaría con correr un velo para verla, incluida lo que es su ramificación: la ignorancia conspirativa, en la cual la ignorancia se debería a un acto conspirativo de un genio maligno o de hombres malignos, erran tanto en su versión racionalista, que prioriza como fuente fundamental al intelecto: la razón, la imaginación y la intuición como en su versión empirista, que prioriza como fuente a los sentidos y a la observación. Para el primero el conocimiento se intuye, para el segundo se induce de la observación. Los dos casos mencionados de epistemología optimista que ponen como fuente autorizada de la verdad al hombre, fueron intentos fallidos de escapar a la autoridad divina que desplazaron la autoridad al hombre y su inspiración que en última instancia no deja de ser también divina. Y es que la fuente no es importante, para el conocimiento no hay autoridad, solo una búsqueda a tientas de la verdad basada en cualquier tipo de fuente sin jerarquías tanto el intelecto como la observación, ambas indispensables pero no suficientes en sus formas aisladas, una idea clara y distinta no implica necesariamente conocimiento, aunque sí se da la inversa de que una idea confusa suele implicar error. Muchas de nuestras teorías se sustentan en ideas claras y distintas, pero la mayoría de nuestras teorías están equivocadas, y lo mismo ocurre muchas veces que nuestros sentidos se equivocan y que el mundo no se presenta como un libro abierto fácil de comprender. Estas variantes que basan el conocimiento en una autoridad última, ya sea humana o divina, es típico de las religiones, los fanatismos y también ha sido víctima el propio positivismo que para escapar de la autoridad divina erigió como autoridad a ciertos hombres o a la inspiración y capacidad para recibir la verdad revelada que tendría cualquier hombre, salvo los hombres malignos que conspirarían para que la verdad no sea conocida, ya que si quisieran tienen como cualquier hombre la capacidad para conocer, por lo cual hay que destruirlos. En el otro extremo, la epistemología pesimista niega al humano la posibilidad de acceder al conocimiento, es el relativismo subjetivista o la recurrencia a la serie infinita de fuentes según la cual nunca se llegaría a una primera observación, y es la justificación que sostiene a toda autoridad totalitaria pues justifica su despotismo en que el hombre no sabe ni puede saber por lo tanto si recuperara su libertad atentaría contra sí mismo, relación retratada en el pasaje de El gran inquisidor de Dostoievski, típica del medioevo del cual el positivismo buscaba liberarse, medioevo religioso que perdura en las colonias subdesarrolladas. Las palabras, con sus significados, definiciones y fuentes, salvo para el caso particular de la Historia, no son importantes, no son portadoras de conocimiento por más que sus definiciones sean enunciados, solo son instrumentos para las teorías, más aun, la pretensión de precisión y exactitud en las palabras es un fantasma para el conocimiento. El conocimiento reside en las teorías, son éstas las únicas portadoras, no importa si son desafiantes en cuanto a sus fuentes y contenidos, su riqueza reside en su capacidad para soportar las críticas y es tanto más rica si además la teoría sirve como límite de una teoría mayor que la contenga. De modo que la habilidad en la búsqueda de conocimiento reside en la capacidad para criticar otras teorías, colaborar en las críticas de otros a las propias teorías y la predisposición y entrenamiento para criticar las propias teorías. En esto consiste el conocimiento, plantear conjeturas muy probablemente erróneas y refutarlas y si tenemos mucha suerte alcanzar un conocimiento nuevo hasta que sea refutado o abarcado por otra teoría. En un caso como en el otro el conocimiento no perdió utilidad ya que su refutación o crítica habrá servido para desarrollar una teoría mayor. Esto es exactamente lo que mostró Einstein: Newton se erguía irrefutable como la autoridad del hombre observando fácil el libro abierto del mundo y desalentaba a los filósofos a plantear una epistemología crítica, pero Einstein, al refutar la teoría newtoniana que parecía indestructible y abarcar con su teoría el principio de Galileo y proponer él mismo su propio y desafiante instrumento de crítica, la prueba de la curvatura de la luz por la masa solar, la existencia de singularidades en el espacio y la existencia de las ondas gravitacionales, que recién se probarían un siglo después de que presentara su teoría, su teoría demolió la autoridad de las fuentes, probó que el conocimiento puede venir de todas las fuentes, las fuentes observacionales de la teoría einsteniana propuestas por él mismo culminarían recién un siglo después cuando la tecnología pudo finalmente alcanzar a su teoría, que puede no ser una idea clara fácil de observar, que no existe la certeza, que lo importante es la habilidad para criticar teorías ya sea para refutarlas o para extenderlas, que la teoría es útil solo en la medida en que permita su criticidad, su refutabilidad, es decir que sea falsable y es este el criterio para medir su status científico, una teoría irrefutable no es una teoría, es un vicio. Este es el modo en que avanza el conocimiento humano, a tientas, aproximando a cierta verdad objetiva, pero nadie puede arrogarse ninguna certeza de esa verdad, incluso si alguien diera por casualidad con la última verdad no lo sabría. Para evitar totalitarismos es importante reconocer la existencia de una verdad objetiva factible de ser aproximada es decir rechazar el relativismo, el pragmatismo y el convencionalismo; poner la verdad por encima de cualquier hombre para evitar las teorías conspirativas que justifican la eliminación de los conspiradores; al mismo tiempo evitar también la tendencia a creer que uno puede ser el poseedor de una verdad revelada porque esto no nos permitiría ser críticos ni aceptar críticas en nuestras propias teorías lo cual es como vimos la base de nuestro conocimiento actual. El conocimiento no puede partir de cero por lo tanto depende de la tradición, hay un avance, se hace más específico a la vez que abarca más, esto permite tener una mejor comprensión de todo aquello que se ignora, en esto reside la fuente de la ignorancia: el conocimiento humano es finito y su ignorancia infinita, en este sentido el conocimiento nos permite alcanzar una  cierta culta ignorancia que nos hace comprender la pequeñez de las diferencias entre los distintos conocimientos que separan a los hombres frente a la infinita ignorancia que los iguala.

Una teoría científica nace frente a un problema planteado por observaciones, una necesidad, una idea, que no resuelven, que no explican las teorías actuales es decir la tradición, no surge por inducción de observaciones como suele suponerse, éstas surgen después elegidas como intentos de refutación, el empirismo solo admite tests observacionales, si pasa los más severos tests que podamos planear se la acepta, sino se la rechaza. Las seudociencias en cambio no buscan refutarse, acumulan observaciones para autoconfirmarse. La teoría científica es una conjetura y nunca dejará de serlo, no tiene una justificación lógica, aun suponiendo que nace de una observación no es inferencia lógica, es un enunciado lógico que trasciende a la experiencia, no es posible inducir una ley desde la experiencia, sí tiene justificación lógica su refutación: una observación particular que contradiga la ley general confirma lógicamente por pura deducción lógica su falsedad, es la refutación el punto de contacto de la ciencia con la realidad, la refutación nos dice que estamos equivocados, pero también nos confirma que hay realidad, aun así, la refutación también es incierta en el futuro. En el mundo no hay conocimiento, no hay repeticiones, no hay similitudes, no hay leyes, el instinto del ser vivo sabe cómo y provoca la necesidad de buscar patrones en su entorno sin certeza de encontrarlos, ni de que perduren ni de volver a encontrarlos en el futuro. Aunque el dogma no busca refutarse, sino reforzar su confirmación en cada observación y la ciencia busca refutar sus propias teorías, en ambas la esperanza de éxito ante un nuevo evento es cero como demostró Hume, sin embargo la probabilidad de testabilidad de la primera es cero mientras que la segunda puede aproximarse a uno, así parece más razonable confiar más en la segunda. Es frecuente que el origen de una teoría sea un antiguo mito que toma status científico cuando el equipamiento permite testarlo y permanecerá en este estado conjetural hasta que sea refutado o incorporado a una teoría mayor. Cuando menos esperable es un enunciado mayor es el conocimiento que aporta y lo mismo ocurre en el nivel de las teorías, las teorías improbables cuando se verifican son las teorías que revolucionan a la ciencia.

Para demostrar la imposibilidad de inducir una teoría científica  desde la experiencia Hume propone suponer un conjunto A de observaciones verdaderas pasadas, consistentes y compatibles entre sí, una teoría T que suponemos (es nuestra hipótesis) deducible de A, una observación futura posible B autoconsistente lógicamente, consistente con cualquier conjunto de observaciones pasadas (no puede llevar a una contradicción lógica, es una observación futura posible), en particular es consistente con A, pueden convivir sin contradicción A y B. La lógica pura nos permite afirmar que si B es consistente con A, lo es también con cualquier derivación lógica de A, por hipótesisT es deducible de A así que T es consistente con B. Pero A por el mismo motivo que es consistente con B, también es consistente lógicamente con la observación futura posible No-B . Con el mismo razonamiento anterior podemos deducir que T es consistente con No-B. Acabamos de deducir lógicamente que T es consistente con No-B y con B. Es decir que suponer que una teoría se deduce lógicamente de un conjunto de observaciones nos lleva a que ninguna observación futura podría contradecir a la teoría.

La actitud precientífica es de una sola etapa, conjetural, la actitud científica es de dos etapas: conjetura y refutación. Puede describirse la actitud crítica como el intento consciente por hacer que nuestras teorías, nuestras conjeturas, se sometan en lugar nuestro a la lucha por la supervivencia del más apto. Nos da la posibilidad de sobrevivir a la eliminación de una hipótesis inadecuada en circunstancias en las que una actitud dogmática eliminaría la hipótesis mediante nuestra propia eliminación (hay una conmovedora historia de una comunidad de la India que desapareció debido a su creencia en el carácter sagrado de la vida, inclusive la de los tigres). Algo similar ocurre en una Latinoamérica dogmática precientífica de solapados historicismos, psicologismos, supremacismos fascistas y ortodoxias económicas, vicios irrefutables cuya única hipótesis posible son los cuerpos y su refutación su eliminación, en sus instituciones educacionales se forman soldados dogmáticos no estrategas con pensamiento libre de teorías novedosas con pensamiento crítico inclinado a refutar hipótesis y descartar las absurdas de otros o propias, que se adelanten a la prueba de los cuerpos, conjeturen teorías osadas, disfruten la crítica de los otros, arriesguen a cambiar dicotomías, avanzar mentalmente, no repetir como loro la vida que nos piden que vivamos, no militar a ciegas, no dividir la sociedad como nos dicen que la dividamos, investigar, leer, imaginar, criticar, sobre todo criticar mucho, exploradores sociales que tanteen las alternativas para acercarse a una sociedad más vivible, como el pensamiento científico que han tenido los pueblos sabios, eso no se logra con soldados, se logra con conocimiento y elasticidad mental, para eso dispone el hombre del pensamiento, esa es su mayor utilidad, ser el estratega de su vida a nivel individual y social, como un jugador de ajedrez, adelantarse a la dolorosa e irreparable refutación de los cuerpos.

Es cierto que el Instrumentalismo salva a Galileo y quizá a Newton de la hoguera al lograr que el poder eclesiástico solo vea inocentes modelos matemáticos “pensados para simplificar complicados cálculos celestiales” allí donde en realidad había auténticas descripciones del universo que ponían en jaque el “verdadero” universo planteado hasta entonces por la divinidad.
Irónicamente y contra toda aspiración galileana éste ha sido el gran triunfo del dogmatismo ya que actualmente los científicos son instrumentalistas, solo reconocen en la ciencia su aporte productivo, económico, para mejorar la calidad de vida, etc., aplican pensamiento crítico en su reducto deductivo, aplican tests observacionales críticos con experimentos límites de escasísima probabilidad para refutar sus teorías físicas, pero no las relacionan con la verdad sobre el mundo, conviven entre teorías útiles y mundos dogmáticos. Es que el Instrumentalismo es incapaz de refutar porque para él todas las teorías son instrumentos y un instrumento no se refuta, cuando la Teoría de Einstein superó las pruebas críticas que refutaron a la de Newton demostrando que era una mejor descripción del mundo, para el Instrumentalismo pasó a haber dos teorías útiles cada una mejor para su dominio incapaces de refutar nada, aportando al oscurantismo, pues solo buscando refutaciones puede la ciencia aprender y avanzar con la ciencia como faro para ver mucho más y encontrar nuevos problemas y al despreciar la refutación y reforzar la aplicación termina siendo tan oscurantista como el Esencialismo. El original mito jónico que agrega a la conjetura la refutación, el sabio maestro Tales de Jonia que incentiva a su discípulo Anaximandro a poner en cuestión su cosmología, esa naciente tradición crítica, mito sometido a la presión de la crítica, primera teoría científica. Siglos después el prometedor poder libertario que traía consigo la ciencia de Galileo, la misma actitud crítica, su capacidad para refutar peligrosos dogmas, no fructificó. Siglos después a pesar de la hazaña de Einstein que nos demostró que hay un mundo oculto más allá de nuestros sentidos y que el hombre es capaz de describirlo con un modelo hipotético que “salve las apariencias” comprobable, pruebas rigurosas que no acaban y que son el auténtico escenario de aprendizaje y de avance del conocimiento hacia mejores explicaciones del universo, reconociendo su condición conjetural y única forma de aproximación a la verdad objetiva con que contamos, los científicos instrumentistas solo ven el avance instrumental, no hacen ciencia, privan a la comunidad de la posibilidad de vivir en una sociedad científica, al fortalecer el dogmatismo niegan la libertad que entrañaría a una sociedad que no tuviera lugar para el carácter cínico del fascismo.

Así como necesitamos un universo con patrones regulares de la misma manera necesitamos un entorno social con un comportamiento esperable de lo contrario el temor, la ansiedad desatada por el caos absoluto nos mataría, en una sociedad fascista todo se puede esperar nada se puede descartar así la vida se torna inviable. Lo mismo ocurriría si pretendiéramos dejar atrás la tradición, empezar de cero completamente, bajo tal incertidumbre no hay lugar para el comportamiento racional. En este sentido ciencia y legislación cumplen papeles similares garantizando una reacción esperada del entorno natural y del entorno social ante una acción nuestra, de esta manera esta acción puede ser racional. También cumplen ambas el mismo papel de objeto criticable y mejorable necesario como punto de partida para avanzar con un método racionalista. Como vemos un mito aunque sea incorrecto y una legislación imperfecta ofrecen ese fondo necesario de regularidad y criticabilidad. La esencia del mundo social y lo que lo diferencia del mundo natural es que ninguna acción resulta tal cual como se pretende, sus consecuencias son inesperadas, los que se niegan a ver esta realidad crean realidades conspirativas con profesías autocumplidas como Lenin y Hitler e impiden que el pensamiento racional crítico mejore el mundo en que vivimos.

Refutar lógicamente un enunciado equivale a demostrar su inconsistencia, refutarlo empíricamente equivale a probar que existe una experiencia que lo contradice. Un enunciado matemático es refutable por la lógica probando su inconsistencia (asumiendo que la solución está a nuestro alcance). Un enunciado empírico como las leyes de la mecánica es refutable empíricamente, bastaría hallar un contraejemplo que no las cumpla. Todo enunciado empírico y su negación son irrefutables lógicamente, “hoy es lunes”, “hoy no es lunes”, así existen enunciados falsos que son lógicamente irrefutables. Cualquier enunciado existencial puro, no acotado, es irrefutable empíricamente pues no podemos recorrer todo el dominio, “El unicornio azul existe”, “pronunciando las palabras mágicas con la entonación exacta el genio aparecerá” (imposible recorrer todas los espacios, tiempos, entonaciones, posibles), así vemos dos enunciados empíricamente irrefutables de los cuales sin embargo nos parece más razonable conjeturar que son falsos. Repasemos algunas filosofías vigentes. Determinismo: “el futuro está contenido en el presente, lo determina plenamente”; Idealismo: “el mundo es mi sueño”; Irracionalismo: “la razón no puede acceder a la realidad, solo al fenómeno, uno mismo es realidad, luego usemos medios irracionales o suprarracionales para conocernos a nosotros y así conocer la realidad”; Voluntarismo: “derivación del irracionalismo, si soy voluntad la realidad es voluntad”; Nihilismo: “derivación del irracionalismo, si soy aburrimiento la realidad es nada”. Tanto el determinismo como el indeterminismo son irrefutables pues son consistentes y no acotadas, pero no puede darse que ambas sean verdaderas a la vez ya que son contradictorias entre sí, luego una de las dos es falsa. Es decir que su irrefutabilidad no fue de implicar su verdad: Probamos que irrefutabilidad no implica verdad. Ahora bien, cómo demostrar que las teorías filosóficas anteriores son falsas, dado su carácter de irrefutables. ¿Porqué elegir el indeterminismo realista racionalista?. Todo test serio de una teoría es un intento por refutarla, una teoría científica ha de ser testada empíricamente, luego una teoría científica ha de ser refutable empíricamente, luego una teoría filosófica o metafísica como las anteriores es irrefutable por definición. Cómo probar su falsedad. Clasifiquemos las teorías en lógico-matemáticas, empírico-científicas y filosófico-metefísicas. Con las primeras para testear su validez se hacen pruebas de refutación superficiales, se testear su negación, se profundiza más, se compara con otras teorías, rara vez queda irresoluble. En el segundo caso se procede igual con ensayos críticos sumando argumentos empíricos. En el tercer caso, tomemos como ejemplo el determinismo. El enunciado de que es posible determinar futuras acciones a partir de una descripción verdadera completa del estado de un hombre es un enunciado existencial puro no acotado y por tanto irrefutable empíricamente, además es consistente. El aspecto que justifica una teoría filosófica o científica es su razonabilidad y es razonable solo a la luz del problema que desea resolver, sin cuya información incluso una teoría científica se torna irracional para discutir, y si es presentada como una solución propuesta para un conjunto de problemas, se presta a la discusión crítica aunque no sea empírica ni refutable, así es con el idealismo de Berkeley o Hume simplificado en “el mundo es mi sueño” ambos creían que solo había conocimiento en las impresiones sensoriales y las asociaciones de imágenes, Berkeley y más aun Hume se sintió obligado a adoptar el idealismo contra su voluntad por haber fracasado en su intento por reducir el realismo a impresiones de los sentidos. Es posible rechazar razonablemente su idealismo diciendo que hay teorías del aprendizaje sin sus consecuencias sensacionalistas indeseadas. Kant no hubiera planteado su determinismo moral en el que no creía, si su época no hubiera creído tan firmemente en la teoría de Newton que lo obligaba prácticamente a su determinismo empírico, por el contrario hubiera sido extravagante rechazarlo ante semejante contundencia newtoniana, antes que fuera refutada. El irracionalismo es la consecuencia de un Hume fuertemente racionalista que creía en el inductivismo baconiano al toparse con su propia demostración de que no hay conocimiento inductivo posible: la peor consecuencia racionalista. Sabemos que no somos máquinas inductivas, no es ese el papel del hábito y la costumbre, disuelto el problema de Hume, podemos rechazar racionalmente su conclusión irracionalista. El irracionalismo del también racionalista Schopenhauer tiene su origen en el determinismo fenoménico, la problemática de la cosa en sí y nuestra pertenencia a un mundo de cosas en sí, ante los límites metafísicos kantianos que limitan el conocimiento a la experiencia su solución racionalista fue irracionalista. Ahora que sabemos que el determinismo kantiano debe ser revisado y encaminarse hacia su moral crítica, también es posible rechazar razonablemente esta teoría. Un problema filosófico puede quedar fijo una vez planteado, pero las respuestas, dado que son irrefutables, están sujetas a la crítica a la luz de la actualización del problema que intentaban resolver.

“Pronunciando ciertas palabras en cierto lenguaje antiguo con la entonación exacta se nos aparecerá el diablo, con sus dos cuernos y pezuñas” es un enunciado existencial puro y es empírico, formalmente válido, verificable(basta con repasar todas las posibilidades empíricas, es decir pronunciar las palabras en sus combinaciones y entonaciones posibles), el universo infinito lo hace probable, prácticamente verdadero y es irrefutable (nunca estaríamos seguros de haber recorrido todas las combinaciones). Sin embargo ningún racionalista dudaría de su falsedad. Así, la línea de separación entre lo metafísico y lo empírico no puede estar basada en la formalidad lógica del enunciado, ni en su verificabilidad, ni en su probabilidad, ni en su apariencia empírica. La línea más adecuada para demarcar los enunciados racionales es su testabilidad o refutabilidad

El asunto de la manipulación no se resuelve demonizando al manipulador, sino inoculando a la sociedad de las manipulaciones, ya que exterminando al manipulador, detrás de él vendrá otro posiblemente mucho peor, aquel que alcance el poder con la excusa de exterminar al manipulador, como Hitler y Stalin, y así sucesivamente sin solución de continuidad, mientras que la verdadera manipulación permanece poderosa, en el poder sobre la vida, en la crianza y en la educación, en aquellos lugares donde el carácter hegemónico se preserva a sí mismo, el poder punitivo: el ejército y la policía y el poder sobre la crianza y la educación: el entorno de los juzgados de familia, las escuelas y las universidades, que se aseguran la reproduccción del carácter nazi-católico-germanófilo de Latinoamérica, docilidad canina, obediencia ovejuna, vindicación y cinismo fascista que íntimamente se sabe a sí mismo enemigo del pensamiento crítico necesario para mejorar y alcanzar una sociedad digna de ser viviva, incapaz de controlar su goce vindicativo, sus códigos de fraternidad, así fue criado, en el cinismo mafioso, en el oscurantismo, en el maltrato autoritario cuando no en la perversión. Solo el racionalismo crítico puede salvar a Latinoamérica, porque solo el racionalismo crítico la podría llevar a descubrir que se manipula a sí misma, porque el racionalismo crítico es la única vacuna que inoculiza contra la manipulación

Desde hace 2000 años, la Iglesia ha perfeccionado el siguiente mecanismo de subjetivación con el afán de perseverar en el dominio de su imperio: cría ovejas, amparada en la falsa idea de que el hombre no puede saber, solo a Dios le esta permitido, el hombre se haría mal a sí mismo si no fuese guiado, desde luego profecía autocumplida ya que los hombres criados como ovejas han perdido la capacidad de conocer por sí mismos, esto mismo sostenido desde distintas perspectivas por falsas teorías filosóficas: las epistemologías pesimistas y optimistas: relativismos, conspiracionismos, irracionalismos con sus voluntarismos, existencialismos y nihilismos, esencialismos, idealismos con sus fenomenalismos y psicologismos y el instrumentalismo cientificista que puede adaptarse a cualquiera de ellos sin crítica, es decir contrarios al racionalismo crítico realista. Luego las ovejas cuya esencia es esa docilidad canina y obediencia vacuna, como es de esperar siguen a otro pastor, eso a la Iglesia no le gusta entonces demoniza al pastor y les pide que hagan lío, desemboca en una tiranía que provoca una masacre como el genocidio de Ruanda o la dictadura en Argentina, y la Iglesia, pura y casta se mantiene intacta en su poder infinitamente. Evidentemente el problema no está en el pastor circunstancial, sino en que no es posible que permitamos que nuestros hijos lleven una falsa vida de ovejas por esa falsa idea de que el hombre no puede acceder al conocimiento. El saber tiene dos objetivos, avanzar en nuestro conocimiento del universo y el poder. Evidentemente el conocimiento dogmático está motivado por el segundo y solo el primero lo puede liberar, es cierto que el conocimiento es poder, pero también es cierto que sin conocimiento no hay liberación posible, solo el conocimiento racionalista crítico puede enfrentar al conocimiento dogmático, solo el conocimiento puede enfrentar al conocimiento.

Comentarios

LA
Me gustó lo de que el espacio y el tiempo no forman parte del mundo empírico sino que son parte del "equipo mental" con el que captamos el mundo.

MR “fabuloso, en 1800, un Coloso el hijo de un artesano”

LA “Se ve que hacía uso de una libertad de pensamiento que sobrepasaba su condición social y época, y me atrevería a decir que la nuestra también en muchos aspectos.”

MR “Kant se reveló a la manipulación de la que fue víctima, como Spinoza. Como dice Popper, al filósofo solo se lo puede interpretar frente al problema que intentó resolver, no podemos quedarnos en las ideas kantianas o spinozianas porque sus problemas fueron resueltos y algunas de sus ideas refutadas, pero lo que queda de gran enseñanza es el poder fabuloso del espíritu crítico de Jenofanes, Amaximandro, Galileo, Spinoza, Kant y en el caso de Spinoza y Kant que se revelaron al destino que les habían escrito, y fueron extremadamente fieles a su racionalismo crítico”


LA “Gran parte de lo que decís me hace pensar, entre otras cosas, que no hay que temerle al conocimiento metafísico o al pensamiento a priori, porque sin ellos no nos sería posible construir ninguna clase de pensamiento. Estoy muy equivocada o se acerca bastante?”

MR “Kant se reveló a la manipulación de la que fue víctima, como Spinoza. Como dice Popper, al filósofo solo se lo puede interpretar frente al problema que intentó resolver, no podemos quedarnos en las ideas kantianas o spinozianas porque sus problemas fueron resueltos y algunas de sus ideas refutadas, pero lo que queda de gran enseñanza es el poder fabuloso del espíritu crítico de Jenófanes, Amaximandro, Galileo, Spinoza, Kant y en el caso de Spinoza y Kant que se revelaron al destino que les habían escrito.”

MR “Lo mismo Hume, se hizo irracionalista porque su razonamiento lo llevó a demostrar que no tenía el hombre posibilidad de conocimiento, y no pudo sacarse la creencia de que la única forma de conocimiento era empírica, entonces su conclusión fue que no podíamos conocer nada, que nuestro conocimiento era meramente psicológico y a partir de ahí surgieron los irracionalismos, por eso Kant quería entender cómo Newton había llegado a una ley que aparecía como indestructible si Hume tenía razón entonces llega a su conocimiento a priori y a las leyes morales universales a pesar de que creía en el indeterminismo y en la razón humana, pero así como Hume no podía sacarse su creencia en que solo podía haber conocimiento empírico, Kant no podía dejar de creer en la certeza absoluta de la commología newtoniana, ambos fueron víctimas de algo que se les mostraba muy poderoso, y toda la época, dos siglos estuvieron sujetos a la sombra newtoniana, hasta que Einstein la refutó y mostró que el conocimiento no suele ser tal como las cosas nos parecen que son, que puede tener apariencia metafísica, que lo importante es que la prueba de su verdad sea empírica y sea rigurosamente testeado, que podemos acceder al conocimiento como deseaba Kant o aproximarnos a pesar que Hume estaba en lo cierto en que el universo no nos proporciona conocimiento y entonces solo tenemos hipótesis, conjeturas y nos movemos en conjeturas, pero Hume nos libró de seguir creyendo en la inducción, nos libró de los positivistas y de los idealistas aunque los positivistas y los idealistas dominaron la filosofía montándose falsamente en Kant, hasta la refutación de Einstein a la cual los relativistas e irracionalistas de las ideas totalitarias del SXX falsearon e interpretaron inversamente, ya que lo que probó Einstein y que era el deseo de Hume y de Kant es que es razonable creer en nuestra aproximación.

Hoy la presión de la idiotez es mucho más poderosa que la que padecía Kant en su entorno, es muy difícil no hacerle el idiota y no recibir la presión del entorno.

Conocimiento a priori son los conceptos lógico matemáticos, sabemos que hay que separar bien cuándo una teoría es metafísica y cuándo empírica, pero si te referís a las fuentes del pensamiento, al origen de las teorías, a si tenemos que privarnos de ideas metefísicas por el solo hecho de no estar comprobadas, no lo creo, estoy de acuerdo con vos, ya que sí sabemos también que contrariamente a lo que sostienen los positivistas las teorías científicas se originan en mitos, en ideas metafísicas, en razonamientos abstractos, lo que importa no es la fuente de la teoria sino la actitud crítica, el aprendizaje se centra en crítica y en tratar de refutar nuestras propias teorias, o las de otros, en esa refutación, si es rigurosa requiere mucho esfuerzo mental, es ahí donde surge el conocimiento y el aprendizaje, al refutar teorías necesitas repasar todas las teorías y todas las formas de encontrarles un contraejemplo empírico, ya que para reconocerla como conocimiento la teoría finalmente tiene que "salvar las apariencias" es decir no puede contradecir las observaciones, pero no nace de observaciones, no hubiéramos avanzado si hubiéramos pretendido crear conocimiento desde las observaciones, las grandes teorías nacen de pensamientos poco probables, desafiantes y originalmente metafísicos ya que en principio no se comprueban hasta más adelante.
Te doy un ejemplo que tiene que ver precisamente con lo que decís y lo que ocurriría si separamos como los positivistas validacionistas entre metafísico y empírico, nos perderíamos valiosas teorías y daríamos crédito a teorías que no queremos porque sabemos que son falsas:
“Pronunciando ciertas palabras en cierto lenguaje antiguo con la entonación exacta se nos aparecerá el diablo, con sus dos cuernos y pezuñas” es un enunciado existencial puro y es empírico, formalmente válido, verificable(basta con repasar todas las posibilidades empíricas, es decir pronunciar las palabras en sus combinaciones y entonaciones posibles), el universo infinito lo hace probable, prácticamente verdadero y es irrefutable (nunca estaríamos seguros de haber recorrido todas las combinaciones). Sin embargo ningún racionalista dudaría de su falsedad. Así, la línea de separación entre lo metafísico y lo empírico no puede estar basada en la formalidad lógica del enunciado, ni en su verificabilidad, ni en su probabilidad, ni en su apariencia empírica. La línea más adecuada para demarcar los enunciados racionales es su testabilidad o refutabilidad, pero sin embargo no siempre tenemos las herramientas para refutar, entonces una teoría puede permanecer como un mito como pasó con los mitos de Jonia, con Tales, Anaximandro, refutó a su maestro Tales, le planteó que la Tierra no estaba sostenida flotando en un mar y que estaba sostenida por fuerzas equidistantes del resto de los objetos celestes, y era cierto pero no lo podía probar permaneció como un mito quizá, pero ya era una teoría científica por la rigurosidad a la que Anaximandro la sometía, es decir, lo que nos permitió llegar al conocimiento actual es la fuerte actitud crítica, pero no surgió de observaciones, Anaximandro no tenía datos que lo llevaran a hacer esa conjetura, tampoco Einstein tenía datos que lo llevaran a la conjetura relativista, al contrario ambas teorías se caracterizan porque su probabilidad era prácticamente cero, no había casi posibilidades de que fueran ciertas, pero ambas eran refutables, hoy ambas pueden ser sometidas a prueba empírica rigurosa”




“Si ponemos a prueba nuestra conjetura y logramos refutarla, vemos muy claramente que había una realidad, algo con lo cual podía entrar en conflicto. Nuestras refutaciones, por ende, nos indican los puntos en los que hemos tocado la realidad, por decir así…
Algunas de esas teorías nuestras pueden chocar con la realidad; y cuando esto sucede, sabemos que hay una realidad; que hay algo que nos recuerda el hecho de que nuestras ideas pueden estar equivocadas. Y es por eso por lo cual el realista tiene razón”
Karl Popper


“La especialización puede ser una gran tentación para el científico, pero para el filósofo es un pecado mortal”
Karl Popper